Guanabacoa, es uno de los municipios más antiguos de la capital de Cuba. Este poblado cargado de tradición, historia y religiosidad, cuyo Centro Histórico fue declarado Monumento Nacional en 1990, también se conoce como la “Villa de Pepe Antonio”, en honor de uno de sus hijos, quien enfrentó con heroísmo a los ingleses durante la toma de La Habana en el siglo XVIII.
Al poblado de Guanabacoa, es posible acceder a través de los servicios de taxis y varias rutas de transporte público como son el A50 y el A30.
Hoy, tras el paso de un tornado en el pasado mes de enero, se recupera y sus habitantes dan la bienvenida a los visitantes con muestras de afabilidad.
Guanabacoa, el nacimiento de una villa
Su antigüedad se remonta al 12 de junio del año 1554, cuando fue fundada para establecer allí a los indios naturales que vagaban por sus alrededores. Pero su nacimiento tuvo también matices religiosos, en tanto, en 1576, se levantó una Iglesia muy pobre, más bien una capilla consagrada a la Asunción de María a los Cielos que fue servida por padres franciscanos.
No sería hasta agosto de 1743, a dos siglos del asentamiento inicial, que se otorgaría al pueblo el título de villa de la Asunción de Guanabacoa a la par de su escudo de armas.
Religiosidad de gran reconocimiento
La presencia católica en Guanabacoa durante el período colonial cubano, conllevaría al desarrollo de una fuerte religiosidad en ese poblado, así como a la creación de varios templos que todavía resultan dignos de atención para los visitantes por su belleza y estilos arquitectónicos.
La Parroquial Mayor de Guanabacoa se crea entre inicios del siglo XVII y principios del XVIII. Su altar mayor de madera tallada y dorada, es de puro carácter churrigueresco, es decir, barroco de decoración recargada. Gracias a este, figura destacadamente entre un corto número de exponentes que legó el siglo XVIII en la Perla del Caribe, de ahí que resulte digno de interés y que le sugiero no dejar de tomarle fotos si es objeto de su visita.
Por otra parte, la que hoy se conoce como Ermita de la Inmaculada Concepción de Guanabacoa, es la capilla del Cementerio Viejo del poblado. La parroquia está situada en la calle Potosí esquina a la Calzada de Guanabacoa.
En su interior se hallan dos sepulcros, uno de ellos datado en 1747, que tiene uno de los más sugestivos epitafios con que cuenta la Llave del Golfo:
“Pasajero que hoy me pisas
párate a considerar
que has de venir a parar
en ser como yo, cenizas”.
Otras de las parroquias que todavía hoy se pueden encontrar en Guanabacoa son la Iglesia de Santo Domingo, y la Iglesia y convento de San Francisco, obras estas del siglo XVIII que permanecen activas con servicios religiosos católicos.
Presencia negra en la Villa de Pepe Antonio
En el pueblo de Guanabacoa, que surgiera para albergar aborígenes y procurar su evangelización, la presencia negra ganaría fuerza en breve, al punto de que quizá por ello fuera uno de los primeros lugares de la nación cubana, donde ocurriera un pronunciamiento antiesclavista.
Justamente en la Ermita de la Inmaculada Concepción los sacerdotes capuchinos, Francisco José de Jaca (1645-1686) y Epifanio Morains (1644-1686), se pronunciaron contra la esclavitud en 1681 como especifica una Tarja del Comité Cubano Ruta del Esclavo (Delegación Monumentos de Guanabacoa) que en esta aparece.
La presencia negra en el pueblo de Guanabacoa ha dado lugar a un intenso proceso de mestizaje cultural con predominio de asimilaciones religiosas africanas.
Cuando a alguien le va mal, popularmente se le recomienda que vaya a “limpiarse” y a ver “al brujo de Guanabacoa”, en tanto esa tierra, donde coexisten diversos cultos afrocubanos, tiene una carga de leyenda que se respira en cada una de sus calles.
La Fiesta del Wemilere
Anualmente se realiza allí, en el mes de noviembre, un festival de raíces africanas llamado Wemilere, con diversas actividades, donde danzas y cantos de las religiones africanas suelen tomar los espacios públicos.
El Wemilere, en el 2018, llegó a su edición 24 y tiene como objetivo desarrollar la unidad cultural de Cuba y los países africanos. Es también un momento muy especial para visitar este lugar cargado de tradición, y en las calles y plazas disfrutar al ritmo de cantos y bailes de origen afrocubano.
Museo de Guanabacoa
Un espacio que ha dado divulgación también a los temas religiosos allí practicados. Se ubica en una antigua casa colonial, y fue creado por José Luis Llerena.
Las distintas salas del museo presentan ante los visitantes disímiles “reglas”. La palabra regla en Cuba se aplica a diversos cultos o religiones sincréticas. Entre ellos, se destacan dos fundamentales: la Regla de Ocha o Regla Lucumí y la Regla Mayombe (palo Monte) o Regla Conga.
La dedicada a la Santería o Regla de Ocha permite el estudio de la conjunción que se estableció entre las creencias traídas por los africanos que pertenecían a la región Yoruba con sus divinidades, u orishas y el culto católico impuesto por los españoles primero a los indios, y más tarde a los negros.
En la sala del museo destinada a la Santería es posible encontrar distintos altares de santos, minuciosos en su reproducción, con ofrendas y símbolos. La oportunidad es ideal para conocer los vestuarios, atributos y colores de cada deidad que identifica a esta práctica.
Otro espacio bien interesante es la sala destinada a la sociedad secreta de hombres, Abakuá, que ha llegado a ser comparada con la masonería, de la cual existen en el presente 14 templos en Guanabacoa.
En una tercera habitación se ilustran las características de cultos vinculados a la naturaleza, Las Reglas Congas o Cultos de Palo Monte de procedencia Bantú. Todos los elementos de esta religión están concentrados como símbolos en recipientes de hierro, o barro, de ella derivan las prendas o fundamentos, resguardos o makutos que trascienden el culto y son incluso hoy conocidas “protecciones” que el pueblo usa para evitar cualquier daño.
El Museo de Guanabacoa permite sin lugar a dudas el conocimiento y estudio de buena parte de la cultura de esa villa, esencialmente de tipo religioso, tanto como los diversos templos erigidos otrora por la Iglesia Católica.
Una villa para no olvidar
Guanabacoa toda rezuma historia y cultura, no local sino propia de toda la nación cubana. Cabe destacar que nacieron y se formaron en esa zona de la ciudad Rita Montaner e Ignacio Villa (Bola de Nieve), importantes músicos cubanos cuya música fue capaz de trascender, gracias también a su particular síntesis de elementos criollos.
Así le invito a recorrer la emblemática villa habanera. Disfrute de su arquitectura, buena parte de ella de tipo colonial; recorra sus calles y sobre todo respire y baile su música, que tantos aportes ha legado a la más conocida: la cubana.
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