El coral negro es una especie animal que vive en colonias, aunque suele ser confundido en los fondos marinos con un arbusto. Habita en zonas que se encuentran alrededor del borde exterior de la plataforma submarina que bordea continentes e islas.
Taxonomicamente pertenece al orden Antiphataria, un término griego que significa “contra las enfermedades” por lo que se le atribuyen importantes propiedades benéficas. A menudo suele ser usado en bellas piezas de joyería, combinado con oro, plata y piedras preciosas.
El coral, especie protegida
Como reza el proverbio “no todo lo que brilla es oro”, y se podría añadir que no todo lo que en la Perla del Caribe se vende como coral, es tal. El auténtico coral, suele ser comercializado en Cuba solo por la red de tiendas del grupo Comercial Coral Negro.
Es una especie protegida debido a que su crecimiento es lento. Según estudios realizados en la Mayor de las Antillas, solo alcanza seis centímetros lineales y tiene bajo índice de mortalidad natural. La especie, por su belleza, se encuentra sometida a una veda permanente. Debido a esto, en Cuba se mantiene una cuota anual de pesca, estrictamente reglamentada por las autoridades pesqueras y pautada por la Licencia Ambiental # 2339, emitida por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), que autoriza su comercialización, y exportación, como firmante de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora (CITES).
Le invitamos a conocer más sobre el peculiar animal marino, y a enterarse de dónde adquirir productos realizados a partir de este, con la más legítima calidad.
Para apreciar el coral en su entorno vivo
La playa María la Gorda, en la península de Guahanacabibes cuenta con la población de coral negro más grande del archipiélago cubano, que puede apreciarse desde los 5 metros de profundidad en sus cristalinas aguas turquesa. Allí encontrará el Centro Internacional de Buceo María La Gorda que promueve la práctica, tanto científica y contemplativa, del buceo. Esta es una excelente oportunidad para apreciar, en su entorno natural, bellas colonias de estos ejemplares.
Contra el mal de ojo y para la buena suerte
El uso del coral con fines estéticos, medicinales, afrodisíacos y para la suerte es antiguo. Se conoce que ya en el Paleolítico, los hombres podían utilizarlo. Muchos pueblos lo emplearon como un recurso para librarse del mal de ojo, por ejemplo, griegos y romanos, lo extraían del Mar Rojo.
Según la leyenda, Menelao en la guerra de Troya solía valerse de uno para alcanzar la victoria en las batallas y evitar cualquier fatalidad. Por su parte, el sabio romano Plinio lo utilizaba como una suerte de antídoto contra las picaduras de escorpión. Una sustancia elaborada a partir de este, era llamada chartioblepharm, y tenían fines afrodisíacos. Entre los mayas, en América, sin embargo, no debía emplearse como talismán, ya que le atribuían la propiedad de acumular negatividad y proyectarla a quien lo usaba.
Todavía hoy, ciertos estudios metafísicos, le atribuyen propiedades al coral según su color. Se plantea que el negro favorece el sistema inmune al estimular la eliminación de toxinas segregadas a razón de esfuerzos físicos. Asimismo se afirma que tiene posibilidades de regular trastornos del sueño en aquellos que tengan tendencia a dormirse de día. Y por supuesto, protege de influencias negativas, y del mal de ojo, a la par de alejar las enfermedades.
¿Cómo se trabaja la joyería con coral en Cuba?
La joyería que hace empleo del coral negro en la Perla del Caribe, se encuentra reglamentada en varios pasos. A su entrada a la fábrica el coral se corta y cataloga atendiendo a su tamaño. El joyero puede trabajarlo y darle forma a través de un medio manual o mecánico. Luego se pule hasta alcanzar su brillo negro y característico, que el tiempo no consigue lastrar. A veces se laquea con productos a propósito, si alguna veta llega a empeñar su brillo.
Se suele combinar con oro de 18 quilates o plata 925 en joyas que pretenden crear un diseño auténticamente caribeño y cubano, centrándose en producir obras que se inspiran en la flora, fauna y hasta en la arquitectura de la Llave del Golfo.
El Grupo Comercial Coral Negro
Es una empresa que forma parte de la Corporación CIMEX S.A., y fue creado en 1988. Su objetivo es comercializar la más auténtica joyería cubana concebida en coral. Además ofrece también servicios de confección por encargo, o bien de reparación.
Este grupo ha tenido una participación significativa en las Ferias Internacionales de La Habana (FIHV) y EXPOCARIBE, llegando a obtener galardones al diseño y la calidad. Asimismo ha estado presente en Ferias, Expoventas y Expomodas en otros países.
Es posible encontrar las colecciones en su red de tiendas esparcidas a lo largo de todo el país, en las boutiques destinadas al turismo y las tiendas de los aeropuertos.
En La Habana destacan la Joyería del Complejo La Puntilla, en 3era y 0, Miramar; en La Maison en 7ma y 16, Miramar; El Comodoro, en 3ra y 84, Playa; en el Hotel Habana Libre, en 23 entre L y M, Vedado; la del Hotel Nacional en Malecón y O, Vedado.
Fuera de la capital se localizan en Varadero como la Joyería Coral Negro en 64 y 2da, y la del Hotel Sol Meliá; en Cienfuegos destaca la Joyería del Hotel Jagua y la de Rancho Luna; en Cayo Guillermo, la del Hotel Villa Cojímar, y en Cayo Coco, la del Hotel Cayo Coco Tryp. En Holguín está la del Hotel Guardalavaca, y en Santiago de Cuba la del Hotel Reina Isabel.
Otras opciones
Si bien la oferta oficial de Coral Negro Cubano, se encuentra regulada por el estado, existen otras alternativas de joyería más al alcance de cualquier bolsillo y similares en belleza. En las Ferias Artesanales, como la que se localiza en Obispo, entre Habana y Aguiar en La Habana Vieja, o en la Rampa en el Vedado, se comercializan piezas realizadas, con gorgonia, una especie animal también submarina, semejante al coral, en brillo y color, que se combina con metales como acero, o cobre.
La Feria de Artesanía (FIART), en PABEXPO, y la Feria de La Rampa, en el Vedado, son otros escenarios en los que se topará con preciosas creaciones capaces de satisfacer a los más exigentes en cuanto a obras artísticas. Preciosos caprichos de la imaginación que también llevan implícitos la conservación y el cuidado de un medio ambiente totalmente antillano.
