Familia y naturaleza en El Nicho

Familia y naturaleza en El Nicho

Tengo una familia grande. De esas que cuesta trabajo reunir porque son tantos los primos que se necesitaría hacer coincidir las vacaciones de todos y una inmensa instalación o parque donde poder congregarlos.

Lomas de Cumanayagua, camino al El Nicho

Todavía recuerdo la última vez que logramos juntar la mayor parte de ellos. Fue en la casa de Frank, allá en las lomas de Cumanayagua. Nunca había ido porque está lejos de donde vivo, pero allí había espacio. ¿Y qué no se hace por la familia?

Viajeros haciendo senderismo en El Nicho

Alquilamos una guagua, una no muy moderna, y hacia allá nos fuimos.

Parque Natural El Nicho

Ubicado en el municipio de Cumanayagua, perteneciente a la provincia de Cienfuegos, donde coexisten el hombre, agrupado en pequeños caseríos, y la naturaleza casi en perfecta comunión y armonía.

Bar restaurant Los Helechos en el Nicho

En uno de esos caseríos, vive Frank. Nunca entendí por qué después de haber estudiado en la ciudad se había regresado a un lugar tan intrincado como aquel. El transporte en el que fuimos llegó casi de milagro porque las pendientes son respetables; sin embargo, la vista en cada curva que tomaba era única e inigualable. El lomerío se agolpaba a los ojos mostrando tonalidades que se destacaban por el efecto del sol sobre ellas. En medio de éste, la presa Hanabanilla avizoraba la presencia de caudalosos ríos. Y el aire puro, limpio te hacía disfrutar de cada respiro. Si esto es así, ¿cómo será lo demás?

Rio y cascada en las inmediaciones de El Nicho

Llegamos y la alegría del encuentro nos hizo abrazarnos, besarnos y conversar en medio de gritos provocados por la emoción. Quería verlos a todos, preguntar a cada uno por su vida, sus familias, sus trabajos pero aquel paisaje era adictivo. Está prácticamente escondido entre el macizo Guamuahaya (Escambray) y créame que posa ante la cámara fotográfica, con ese aspecto virginal que invita a recorrerlo con los ojos y con el lente. Por suerte para mi saber acumulado, luego tuve la oportunidad de recorrer algo de sus trillos perdidos entre la maleza.

Vista de la Sierra de Guamuhaya camino del El Nicho

La invitación llegó luego del tradicional lechón asado que nos esperaba en la púa que lo volteaba sobre las brasas de la leña.

«Vamos a ver al Negro!»

El Rio Negro, poceta y pequena cascada

Nos pide Frank y yo pensé: será algún otro pariente. Y como en los viejos tiempos, cuando visitamos la casa de algún tío, cogimos el monte entre hierbas, arbustos, sorteando los riscos y pedregales que dejaban entrever la maravilla de su naturaleza.

Ruta de senderismo bordeando el Rio Negro

En 1 kilómetro, flora y fauna en todo su esplendor: helechos inmensos, orquídeas en su hábitat natural casi imposible de creer, tocororos que parecen conversar con abierta tranquilidad, el ruido de las cotorras casi era mayor que el nuestro al encontrarnos todos… En fin, un paraíso donde el endemismo de las especies asombra por su salud y esplendor gracias a un microclima especial.

«Hay 65 especies que son endémicas de Cuba.»

Cascada de El Nicho, Trinidad, Sancti Spiritus, Cuba

Dice Frank al oído al verme totalmente sorprendida ante tanto naturalismo. Y cuando iba a preguntarle sobre la nidificación que allí hacen los flamencos, los gritos de júbilo de los niños porque habían llegado al Negro. ¡Ah, era un arroyo! Pero resultó ser mucho más porque el asentamiento de montaña El Nicho es bien conocido por sus saltos de agua. Juro que no lo sabía, pero fue suficiente como para no olvidarlo jamás. La cascada es enorme, por Frank supe que tiene cerca de 30 metros, pero su caída es tan espectacular que al romper sobre las piedras desprenden pequeñas gotas dando la sensación de una neblina constante. Es muy refrescante, sobre todo después de sortear los senderos para llegar hasta ella. No pudimos evitar bañarnos. El agua es fría, pero muy gratificante.

Bella cascada natural en El Nicho

Quería saber tantas cosas de aquel paraíso perdido. Logré que, en medio del disfrute por la reunificación familiar que habíamos logrado, Frank me hablara un poquito de otras especies que habitan allí (venados, jutías, tomeguines); de la cercanía de ese otro lugar, Topes de Collantes perteneciente a Trinidad, a sólo 30 km de allí; de la llamada cueva Martín Infierno con la estalagmita más grande del mundo (67.2 metros de altura) en la que se han encontrado numerosos restos arqueológicos aborígenes; de las decenas de cascadas, saltos y pocetas naturales como la de los Enamorados donde dice la leyenda que la pareja que se bañe en sus aguas será bendecida con el amor eterno.

Viajeros tomandose fotos en loa casacada de El Nicho

Quedé tan impactada con toda aquella riqueza que tardé días (¿meses?) para recuperarme de la euforia que me dejó conocer un lugar así. Sus valores lo hacen único para la observación de la naturaleza, su contemplación, disfrute y la búsqueda de paz interior y para con ella. Desde el punto de vista paisajístico no tiene comparación porque en él se pueden apreciar bosques, también valles e incluso áreas costeras. Esa combinación es muy singular y puede aprovecharse en muy pocos lugares.

Ciertamente quedé prendada de él y no fue necesario preguntarle a Frank por qué prefirió volver aquel remanso natural. Después de creer que conocía los lugares más atractivos de Cuba, supe que había más, mucho más en esta isla que constantemente sorprende con la inmensidad de su belleza.

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