Una visita inolvidable al Valle de Viñales

Una visita inolvidable al Valle de Viñales

Para los cubanos, no existe nada más parecido al paraíso que el Valle de Viñales, orgullo y refugio para los sentidos y el alma. A unos 210 kilómetros al oeste de La Habana, nos recibe la campiña de fiesta permanente. Y no hablo de algarabías y pasiones desenfrenadas, son los ojos que se agotan entre formas y colores, el aire que respiras desde que arranca la mañana.

Algunos aún se empeñan en poner precio al amanecer desde patios y terrazas. Entonces, cuánto podría valer una puesta de sol envueltos en amor, amigos o familia. Hay competencia, no lo duden. Cada momento, cada sector del valle, cada experiencia, cada elevación de esas que llaman mogotes, se disputa un lugar como la imagen preferida, la que se prende a la retina como súmmum de los días.

Patrimonio mundial

Paisaje Cultural de la Humanidad

En 1999, el Valle de Viñales fue declarado por la UNESCO como Paisaje Cultural de la Humanidad y es administrado bajo el Sistema de Áreas Protegidas de la Isla, con un mesurado balance entre regulaciones ecológicas, urbanas y turísticas que permiten una explotación sostenible, abierta y conservacionista.

El paisaje está dominado por «formaciones geomorfológicas muy singulares» del ciclo jurásico que llegan a medir centenares de metros de altura, conocidas como mogotes, y que semejan una gran diversidad de formas. Dicen que sólo se le comparan algunas localizadas en China y en la península de Malaca.

Entorno ideal para el descanso activo

Entorno ideal para el descanso activo

En Viñales se impone el descanso activo; tiene que ser así. Nadie se conforma con el alcance de su vista. Todos quieren atrapar el horizonte, por vías distintas, y comprobar entre la angustia y la razón que el paraíso no es infinito.

Algunos tienen el impulso de disfrutarlo desde arriba y aventurarse en el proceso. Para ello pueden practicar la escalada, instituida ya como deporte de riesgo con un club establecido en la región, con asesoría internacional y estatutos bien concebidos.

Sembrado de tabaco y casa de tabaco en el Valle de Vinales, al fondo uno de los pintorescos 'mogotes' simbolos de la zona

Pero la manera más corriente de apropiarse de la belleza puede ser, sencillamente, salir a caminar hasta que la energía se agote y recargar baterías mientras se interactúa con los lugareños, gente que no es santa pero conserva la nobleza y hospitalidad de los habitantes del campo.

Salir a caminar hasta que la energía se agote

Otros se disponen a llegar más lejos, sobre el lomo de un caballo. Las cabalgatas son muy populares en esta zona. Quizás hacen sentirse compatibles, a tono con las exigencias del medio natural. También existe otro segmento de visitantes que prefiere recorrer el valle en bicicleta, sobre todo durante el tenue invierno caribeño.

Tan buenas son las condiciones y llamativos los retos para el ejercicio de la bicicleta montañesa, que Viñales ha sido incluido en varias etapas de la competición Titan Tropic, la versión en Cuba de la célebre Titan Desert.

Montañas, ríos y cavernas

Cueva del Indio

Las opciones se multiplican, maravillosamente, cuando recorremos en bote la Cueva del Indio a través de un río subterráneo, rodeados de mitos, estalactitas y estalagmitas. También podemos practicar la espeleología en la caverna de Santo Tomás, una de las más extensas de América, entre murciélagos, el majá de Santa María y evidencias de antiguas civilizaciones.

Precisamente para los amantes de la historia, se guardan 47 sitios arqueológicos con restos aborígenes. Unos 19 ostentan restos funerarios precolombinos y otros 20 muestran la huella de los esclavos africanos prófugos de las haciendas, conocidos como cimarrones.

El Mural de la Prehistoria

Por su parte, al aire libre y con la montaña como lienzo, encontramos El Mural de la Prehistoria, un símbolo creado por el hombre moderno para unir a la humanidad con la naturaleza y sus raíces, a través de una obra de arte de 120 metros de largo por 160 de ancho, todo un espectáculo visual.

Alojamiento y gastronomía

La Ermita

Varios hoteles administrados por la compañía Cubanacán S.A. brindan alojamiento en el valle. Los Jazmines, Rancho San Vicente y La Ermita, ofrecen una cantidad de habitaciones generalmente insuficientes ante el flujo permanente de visitantes. Por eso en el poblado de Viñales, inconfundible por sus techos de tejas rojas y anaranjadas, se desarrollan con solidez los hostales privados, administrados por sus propietarios, con una fama bien ganada en portales especializados como TripAdvisor.

Los Jazmines

Algo similar sucede con la gastronomía, diversa y caprichosa, en manos de los restaurantes particulares, extensamente reconocidos bajo la denominación de «paladares». Entre la oferta estatal sobresale El Palenque de los Cimarrones, sitio recurrente para la mayoría de las excursiones.

Agroturismo y tabaco en Viñales

Casa de Tabaco

Una de las opciones más atractivas en Viñales puede materializarse en las vegas de tabaco, un cultivo que ha hecho famosa a la provincia más occidental de Cuba, Pinar del Río, y que permite vivir junto a los campesinos, conocer de primera mano sus costumbres y avatares cotidianos.

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