Dicen que Pascual Cervera y Topete conminó a sus marinos a vestirse de gala el día de la batalla, porque no habría momento más solemne en sus vidas que el de morir por la Patria. La suerte estaba echada, ya se sabía de antemano el desenlace. Su rival los aventajaba en número, pero, aun así, el Almirante estaba convencido de que no los igualaba en valor.
Era el tercer día de julio de 1898 y en la salida de la Bahía de Santiago de Cuba iba a tener lugar un controvertido enfrentamiento naval que pondría fin a la guerra hispano-cubano-estadounidense.
El resultado fue catastrófico, once acorazados estadounidenses hicieron trizas a seis buques de la flota ibérica que les pretendía hacer frente, con la única certidumbre de ser una de las escuadras navales más prestigiosas de la España del siglo XIX.
Algunas fuentes reseñan que como resultado del combate desigual y atroz hubo un solo marinero norteamericano muerto y dos heridos leves, frente a los 343 españoles caídos, 151 lesionados y mil 890 prisioneros, entre ellos el Almirante Cervera.
Pues sí, amantes de los fondos marinos, esta es la historia de valentía y honor que pervive en el Parque Subacuático Batalla Naval de Santiago de Cuba: seis sitios arqueológicos, donde descansan las armazones y restos de los cazatorpederos españoles Furor, en playa Mar Verde; Plutón, en Rancho Cruz; el crucero acorazado Almirante Oquendo, en la playa Juan González; el crucero Vizcaya, en playa Aserradero, y el crucero Cristóbal Colón, en playa La Mula, quizá el barco sumergido de su tipo y su época mejor conservado en el mundo. A ellos se suman dos embarcaciones norteamericanas.
El crucero protegido, Infanta María Teresa, buque insignia de la escuadra hispana y el primero en salir de la Bahía a batirse con el enemigo, quedó incendiado cerca de la costa y los norteamericanos, en su afán de conservarlo como trofeo de guerra, lo remolcaron hacia Estados Unidos, pero fracasaron cuando un mal tiempo hizo zozobrar el barco en Bahamas cerca de la Isla del Gato.
Otras bondades del lugar
Santiago de Cuba es considerada la ciudad más caribeña de la Mayor de las Antillas y la más caliente también, pues durante el verano (que en Cuba casi es eterno) las temperaturas sobrepasan los 35 grados centígrados. De ahí que para muchos expertos de las actividades subacuáticas el clima y la calidez de las aguas en la ínsula constituyen una verdadera panacea. A ello, añádale la posibilidad de avistar esos pecios del siglo XIX frente a la cordillera de la Sierra Maestra, en un entorno de espectacular belleza en el mar Caribe, y coincidirá con nosotros en que la aventura resulta también un verdadero privilegio.
Por otra parte, se trata de uno de los conjuntos del Patrimonio Cultural y Natural Subacuático de mayor significado histórico de ese país, que además exhibe la condición de Monumento Nacional. En la fortaleza San Pedro de la Roca (El Morro santiaguero) una tarja da fe de los valores otorgados a los siete pecios y fue emplazada en presencia de Pascual Cervera de la Chica, biznieto del mismísimo Almirante Cervera y presidente de la fundación que lleva por nombre el insigne apellido.
Más atracciones
En Cuba existen más de 500 zonas de inmersiones bien estudiadas con paisajes submarinos, rincones exóticos, cuevas, paredes verticales y túneles. En ellas pueden hallarse además acantilados y canales con infinitas opciones para esta práctica, tanto diurna como nocturna. Sin embargo, las aguas que rodean el archipiélago todavía albergan muchos misterios. Carabelas cargadas de tesoros del nuevo mundo naufragaron cerca de las costas cubanas, víctimas de piratas y tempestades. De igual manera, el hundimiento de los barcos de la flota española aún mantiene secretos por descubrir en la línea costera que va desde la entrada de la Bahía de Santiago de Cuba hasta la desembocadura del Río Turquino, a unos 90 kilómetros al oeste de esa ciudad.
Mucho se ha hecho en materia audiovisual en la zona, pero no quiere decir que sea suficiente. Existe una serie documental titulada Cuba, 1898: una isla entre dos imperios, cuyas filmaciones submarinas contaron con el apoyo de la Fundación Cervera.
Un reto que se avecina
Ya decíamos que de manera general las aguas territoriales de la Llave del Golfo son pródigas tanto de hermosura como de material arqueológico, por esa razón Cuba es sede de diversos eventos de fotografía submarina, lo que la convierte en un destino privilegiado para el buceo. Cada año se celebra el Encuentro Internacional de Fotografía Subacuática, IMASUB , auspiciado por el grupo de turismo Gaviota S.A., que esta vez tendrá como escenario el Parque Nacional Guanahacabibes, en el occidente del país.
Imágenes subacuáticas increíbles pululan por toda la isla de Cuba. Las que preserva Santiago de Cuba, en especial, son de las más valiosas por todo lo que de historia y cultura encierra. No pierda la oportunidad de acercarse a este entorno, uno de los más sorprendentes de la gran isla antillana.