Ernesto Guevara de la Serna, el “Che”, es un famoso símbolo de rebeldía. Imágenes suyas se pueden ver por doquier en Cuba porque fue uno de los principales líderes de la triunfante Revolución Cubana de 1959.
El Che en Pinar del Río tuvo una, poco conocida, comandancia del ejercito revolucionario, en la Cueva de los Portales (municipio La Palma), al interior del fascinante paisaje natural, también área protegida, Mil Cumbres.
Santa Clara, en el centro de la isla, es una ciudad particularmente devota de su figura porque el Che libró en ella una importante batalla contra el gobierno de Batista. Allí están sus restos en un impresionante mausoleo. También en las montañas orientales de la Sierra Maestra y las centrales del Escambray hay vestigios de su paso en campamentos guerrilleros.
Una cueva con historia
El parque nacional donde está la caverna se encuentra en la Sierra de los Órganos. Es una de las cuevas más impresionantes de la Mayor de las Antillas, pareciera una iglesia gótica producida por la fuerza del río Caiguanabo en el interior de la montaña, que ocasionó tres espacios amplios y abiertos en perfecta armonía con la selva circundante. Le aconsejo llevar consigo un dispositivo con cámara fotográfica y así poderla atrapar en imágenes.
En la cueva habitaron aborígenes antes de la conquista española y luego fue refugio de cimarrones (negros esclavos fugitivos). Se le conoce como Cueva de los Portales desde inicios del siglo XIX, algunos dicen que por el apellido de un lugareño, otros que por la apariencia de la oquedad y sus grandes galerías.
La visitó en 1839 el narrador cubano Cirilo Villaverde, como consignó en “Excursión a Vueltabajo”. Otro escritor, el estadounidense Samuel Hazard, llegó en 1966 y lo contó en el libro “Cuba a pluma y lápiz”.
¿Qué fascinación tiene este paisaje sobre los hombres de letras? No sabemos, pero casualmente, en el siglo XX otro escritor estuvo allí: el colombiano José María Vargas Vila. Llegó con el hacendado José Manuel Cortina, senador de la República de Cuba y dueño de las tierras donde se encontraba la cueva.
En 1947 Cortina acondicionó la cueva y la convirtió en un refugio para el esparcimiento de su familia y amigos. Entonces se construyó un sistema de balcones, escaleras y pasillos con la influencia asiática de intervenir los paisajes, vías que llevan a los visitantes a otras dos aberturas: la Cueva de los Espejos y la de la Catedral.
La comandancia del guerrillero
En 1962 el mundo estuvo a punto de comenzar una guerra nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que tuvo a Cuba como centro. Aquellos días se conocen como la Crisis de Octubre. La isla estuvo movilizada para el inicio de la guerra y a Guevara se le asignó la zona militar de Pinar del Río, la más cercana a territorio norteamericano.
Cuando el comandante guerrillero llegó allí escogió la Cueva de los Portales como puesto de mando. Eso se conoce apenas se llega, mediante las placas conmemorativas que recuerdan los hechos. Adentro aguarda parte del mobiliario que utilizó el Che y otros objetos.
Alrededor de un mes estuvo el Che Guevara rodeado por el paradisíaco paisaje de la Sierra de los Órganos, contemplando tanta belleza que desaparecería si la guerra estallaba. En una carta posterior a Fidel Castro, recordó aquellas jornadas como:“los días luminosos y tristes de la Crisis de Octubre”.
Dentro de la cueva del Che en Pinar del Río
La organizó como un edificio de estado mayor, con una sección de comunicaciones aparte. Sobre una enorme roca estableció el puesto del oficial de guardia y la retaguardia fuera de ella, en la hacienda del antiguo dueño José Manuel Cortina. Cada espacio tenía un teléfono de magneto.
Dentro de la Cueva de los Portales mandó a construir un pequeño cuarto de bloques, que aún se conserva. Adentro están dos camas muy humildes, casi espartanas. En una de ellas dormía Che Guevara, aquejado de su asma crónica.
Entre los objetos personales que se conservan está una mesa de ajedrez, al que Che era un gran aficionado. También sobreviven varias plantas que él mandó a sembrar.
Aunque intrincado y oculto, el sitio fue objeto de vuelos rasantes de aviones caza norteamericanos. Por su interés histórico, en 1987 declararon a la Cueva de los Portales Monumento Nacional.
¿Dónde hospedarse?
La belleza de la zona siempre atrajo a los visitantes. El mismo Fidel Castro cuando era primer ministro (1959) visitó La Palma junto a la guerrillera Celia Sánchez y el explorador cubano Antonio Núñez Jiménez e idearon convertir la cueva en un espacio turístico.
Esos planes reaparecieron cuando en 1981 se creó el campismo Cueva de Los Portales, un hospedaje de 12 cabañas privadas, acogedoras y climatizadas. Es un alojamiento económico, concebido para excursionistas.
Diariamente hay salidas hacia la “cueva del Che” y a la playa Pajarito que tiene condiciones para el buceo. También hay otras atracciones cercanas, como el Mural de la Prehistoria, la Cueva del Indio, Cayo Levisa y el Valle de Viñales.
Se destaca, a unos 8 kilómetros, el Parque La Güira, los baños de aguas sulfurosas en Bermejales (a 3 kilómetros) y las ruinas del caserío Caiguanabo, entre las que hay un cementerio aún utilizado, un barracón de esclavos y el horno de cal.
Entre las opciones que brindan en el alojamiento también se encuentran los baños en el río, senderismo y acampadas, salón de baile, observación de aves, paseos a caballo…
Conocer la historia del Che en Pinar del Río
Es bellísimo el parque natural Mil Cumbres, en el que se encuentra la Cueva de los Portales. Las abundantes y variadas especies de aves atraen a muchos observadores. Además, hay otras cuevas como El Espejo, El Salvador y Cueva Oscura.
La zona de La Palma también tiene sembrados de café y tabaco, con sus típicas construcciones campesinas, a las que podrá llegar mediante caminatas organizadas en el campismo. Ir hasta el campamento guerrillero de Che Guevara, en la Cueva de los Portales, es una doble ganancia porque se encuentra la historia con la naturaleza.