El rostro de mujer de la música cubana

El rostro de mujer de la música cubana

La música cubana es una energía poderosa que habita en todos los hijos de esa isla. Las mujeres, por supuesto, no son la excepción y además de inspirar numerosas canciones, ellas han realizado aportes a ese tesoro, el más preciado de cultura en la Mayor de las Antillas.

El rostro de mujer de la música cubana es universal. ¿Quién no reconoce el reinado en la salsa de Celia Cruz? ¿Quién no recuerda a Rita Montaner, voz inolvidable del célebre tema «El Manisero»?

Y no solo como intérpretes, sino también como compositoras y ejecutantes de instrumentos se han destacado las mujeres, no resignándose a ser solo musas inspiradoras. Le invito a conocer algunas figuras femeninas imprescindibles en su colección de música cubana.

Primeras voces femeninas

Grupo musical en una celebración afrocubana

Las primeras mujeres sobre quienes se tiene noticia en la música cubana vivieron en la colonia. Las negras esclavas, ante la escasez de músicos profesionales en la isla, fueron utilizadas en los coros de iglesia. En Santiago de Cuba existió, hacia el siglo XVII, una pequeña agrupación en la que participaron las hermanas negras y libertas Micaela y Teodora Ginés.

Cuando ese grupo se desmembró, Teodora se hizo famosa por sus canciones, entre las que destaca el clásico Son de la Ma Teodora:

«¿Dónde está la Ma Teodora?
Rajando la leña está
Con su palo y su bandola
Rajando la leña está
¿Dónde está que no la veo?
Rajando la leña está…
«

Luego en el siglo XIX, sobre todo en su segunda mitad, las mujeres procedentes de África ayudaron a la expansión y criollización de la música en Cuba. Cuando se liberaron los esclavos y pasaron a formar parte de la vida urbana, allí estaba la voz femenina en los coros de rumba y las comparsas.

Tuvieron presencia, además, en la llamada «música culta». Entre las famosas de entonces se recuerda a Catalina Berroa (1849 – 1911), compositora, instrumentista, directora de orquesta y maestra. Lideró la capilla musical de la Parroquia Mayor de Trinidad, tocaba ocho instrumentos y compuso música litúrgica o sacra, pero también música popular del género habanera.

En 1898 la primera voz grabada en un registro fonográfico latinoamericano fue la de la soprano cubana Rosalía Díaz de Herrera («Chalía» Herrera), para el sello Bettini. Fue el antecedente de lo que acontecería en las primeras décadas del siglo XX, cuando el canto lírico fue protagonizado en la isla por mujeres (Rosario García Orellana, Pilar Arcos, Esther Borja, Hortensia de Castroverde…), quienes defendieron el repertorio creado por grandes como Rodrigo Prats, Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona.

¿Y cuáles son las imprescindibles?

Cantante saluda al público desde el escenario

Un playlist de música cubana hecha por mujeres es tarea difícil, no por su ausencia, sino por la extraordinaria presencia femenina en este arte. Me arriesgaré a recomendarle algunas intérpretes y autoras solo para despertar el interés por descubrir ese vasto universo.

«La única» Rita Montaner (1900 – 1958) fue una de las más grandes de todos los tiempos. Su extraordinaria voz y carisma la hicieron brillar lo mismo en géneros cultos y «populares», como las zarzuelas y romanzas, canciones, pregones y óperas en teatros, radio y cine. Paseó su arte con éxito por Francia, España, América del Sur y Estados Unidos.

En la música lírica hay que escuchar las grabaciones de Esther Borja (1913 – 2013), quien mejor interpretó la obra del maestro Ernesto Lecuona, y es muy recordada por ponerle voz a su «Damisela encantadora». Borja también cantó las creaciones de otras mujeres de la familia Lecuona, como las de Ernestina (compositora y pianista), hermana mayor de Ernesto, y la prima Margarita Lecuona, autora de famosas obras como «Babalú».

En el bolero y la trova, géneros dominados tradicionalmente por voces y autores masculinos, sentó cátedra María Teresa Vera (1895 – 1965). Su calidad brilló en dúos como el que sostuvo con Rafael Zequeira y Lorenzo Hierrezuelo, y en conjuntos como los fundados por el gran Ignacio Piñeiro: el Sexteto Occidente, luego convertido en Sexteto Nacional, donde Vera se convirtió en la primera mujer sonera reconocida. A su creación debemos ese clásico inmortal que es «Veinte años».

A propósito, una de las voces que más ha popularizado esa canción de María Teresa Vera es Omara Portuondo, un verdadero mito de la música cubana que aún está activa en los escenarios, conocida como la «Diva del Buena Vista Social Club».

Portuondo fue una de las integrantes del famoso cuarteto femenino Las D´ Aida (el mejor de la primera mitad del siglo XX), donde también brilló la gran Elena Burke (1928 – 2002), una de las mejores voces cubanas de todos los tiempos. La Burke fue un símbolo del movimiento del feeling (o «filin»), canciones a medio camino entre la trova y el jazz, y compartió escenario con Pedro Vargas, Libertad Lamarque, Nat King Cole y Edith Piaf, entre otros grandes intérpretes.

Celia Cruz (1925 – 2011) fue otra de las estrellas de la música popular bailable cubana. Sobresalió por su carisma y talento vocal que alentó una mítica carrera, reconocida con dos Grammy Awards, y con el indiscutido título de «Reina de la Salsa».

Quedan muchas por mencionar. ¿Cómo olvidar a la soprano Marta Pérez, única cubana que cantó en La Scala, en Milán? ¿O a las pianistas, compositoras y arreglistas Isolina Carrillo y Enriqueta Almanza? Isolina es autora del bolero famoso «Dos gardenias».

En los ritmos afrocubanos también ha de recordarse a Celeste Mendoza, llamada «La Reina del Guaguancó», y a Merceditas Valdés, «La pequeña aché». En el teatro musical son referentes las vedettes Rosita Fornés y María de los Ángeles Santana. Y la música campesina encontró a su diosa en Celina González, cantante y compositora.

Las nuevas voces y compositoras

Intérprete y compositora cubana Gretell Barreiro

Quizá como nunca antes, actualmente hay gran cantidad de mujeres dejando huellas en la música cubana, como líderes de sus propias bandas, explorando nuevas sonoridades o destacándose como grandes intérpretes de canciones o instrumentos.

Un fenómeno contemporáneo es la carrera de Daymé Arocena, a la vanguardia del jazz actual. Su canción «Mambo Na’ Má» fue considerada por la NPR Music de Estados Unidos como una de las 200 mejores escritas por mujeres en lo que va del siglo XXI, junto a temas de Beyoncé, Adele, Concha Buika y Amy Winehouse.

Todo lo hace bien Daymé, e impresiona con su fenomenal voz y proyección escénica. Acaba de lanzar su cuarto disco, Sonocardiogram, (Brownswood Recordings), donde vuelve a exhibir su poderosa influencia de la música afrocubana.

Con los instrumentos se destacan las chicas. Yissy García es una de las mejores bateristas del país y directora de su exitosa agrupación jazzista Bandancha, donde combina ese género con el funk y la música electrónica.

Yissy García directora de la exitosa agrupación cubana, Bandacha

Otras jóvenes marcan pautas en la escena musical contemporánea, como la cantante y tocadora de tambores Brenda Navarrete; la rapera Danay Suárez ganadora de un premio Gaviota en el Festival Viña del Mar (Chile); y la cantante y compositora Eme Alfonso.

Conocer la música cubana con toque de mujer

El rostro de mujer de la música cubana

«La isla de la música» no deja de seducir con sus sonoridades a todo el mundo. En esa historia han sido protagonistas (cantando, dirigiendo y componiendo) las mujeres, desde la colonia hasta la contemporaneidad, desde los géneros tradicionales hasta la música clásica y la más experimental.

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