La ciudad de Cienfuegos

La ciudad de Cienfuegos

Al oeste de la entrada de la bahía de Cienfuegos, y a 35 kilómetros de esa urbe, se encuentra el pintoresco pueblito Castillo de Jagua-Perché. Allí se hallaron las primeras huellas de aborígenes del centro sur de Cuba y hoy pervive un rico patrimonio intangible asociado a las tradiciones marítimas.

Si quiere conocer las costumbres de los pescadores cubanos tiene que llegar hasta allí. Cientos de embarcaciones con nombres como «Perla», «Marina», «Raquel», adornan el frente de las viviendas típicas marcadas por el paso de los años, el efecto del salitre y los vientos. En la pequeña localidad se heredan de generación en generación las artes de pesca y los secretos del mar.

Turistas toman fotos de la Bahia de Jagua desde el Castillo de Jagua, vigía de las aguas cienfuegueras

Desde allí se puede disfrutar la vista del llamado «cañón de la bahía», entrada de la rada cienfueguera, por donde transitan los veleros y catamaranes pertenecientes a la Marina Marlin o los medianos buques petroleros rumbo la Refinería Camilo Cienfuegos. El perpetuo olor a pescado recién sacado del agua, las carnadas, los cordeles y mallas de pesca tejidas por los propios pobladores, son otros de los matices que adornan el paisaje y dan material para fotografías únicas.

En la comunidad se localiza el baluarte Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, única fortaleza militar española del centro de Cuba construida en el siglo XVIII, a la cual están asociadas las más emblemáticas leyendas cienfuegueras.

Jagua, un viaje en la historia

En la zona predominan las familias con los apellidos Devesa, Pérez, Vera Sánchez, Martel, Rumbaut y Enseñá, entre otros, exponentes de esta cultura centenaria enriquecida por los aportes de los inmigrantes baleares que se asentaron allí durante la segunda mitad del siglo XIX.

Turistas entran por el punete levadizo del Castillo de Jagua

Sin embargo, la historia de la comunidad del Castillo de Jagua se remonta al siglo XVIII, cuando se sumó al sistema de fortificaciones del Caribe el baluarte Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Fue la contienda anglo-española (1739-1748) la causa fundamental de la edificación de este fortín que luego veló por la seguridad de la bahía de Cienfuegos contra los ataques de filibusteros de la talla de Francis Drake, Jacques de Sores, Lorenzo Graff y otros muy temidos en las aguas de Caribe.

El encargado del proyecto fue el ingeniero militar Joseph Tantete Dudruller. Doce años más tarde, en 1745, se inauguró esta fortaleza de estilo renacentista, estructura cónica de dos niveles, con un puente levadizo y garita abovedada. Sin embargo, la forma geométrica de la planta y la conformación del terreno la hacen también una fortificación del tipo americana.

Vista de la rampa principal del Castillo de Jagua en Cienfuegos

Esta joya arquitectónica militar fue declarada Monumento Nacional desde el 10 de octubre de 1978. Al patrimonial inmueble, que hoy abre al público sus puertas como museo, debe su título la comunidad que lo circunda.

El museo militar de la Perla del Sur

Ocho salas están abiertas al público en la actualidad, con huellas de la presencia aborigen en la zona, y en donde se ofrece una amplia museografía sobre el desarrollo socio económico, histórico y constructivo que generó la construcción del bastión.

Turistas suben las escaleras que conducen al Castillo de Jagua en Cienfuegos

Uno de los principales atractivos de la visita al castillo es que aún conserva el único puente levadizo en el país que funciona perfectamente. Su arquitectura, característica de la Edad Media española, se concibió a partir de naves abovedadas y un foso.

Se pueden recorrer los laberintos por donde conducían prisioneros al calabozo prisioneros, contemplar los inmensos cañones que espantaron a los piratas. El reencuentro con la historia colonial bien vale el viaje hasta allí. Pero lo que más fama confiere a esta fortaleza no es la leyenda de la «Dama Azul», que ha perdurado durante siglos.

Coche tirado por caballos circula frente al Castillo de Jagua, símbolo de Cienfuegos

Amor y locura en el Jagua

Los habitantes del lugar cuentan que, según los primeros pobladores del castillo, los graznidos y el vuelo en círculo de una rara ave sobre el recinto militar antecedían a la aparición nocturna de un fantasma femenino de elegantes formas, envuelto en un vaporoso vestido azul y la cabeza cubierta por un velo de igual color.

El cielo azul de Cuba se funde con el Mar Caribe, vista desde el Castillo de Jagua

La leyenda narra que un joven alférez, recién llegado a la dotación, ignoró una noche los consejos de sus veteranos compañeros de armas y fue al encuentro de la aparición. El fantasma salía de la capilla de la fortaleza donde había sido sepultada doña Leonor de Cárdenas, esposa del primer comandante de la guarnición, Juan Cabeza de Vaca. La guardia lo encontró tendido en el piso de una explanada, sin conocimiento y envuelto en un gran manto azul a la mañana siguiente. Desde entonces fue recluido en un manicomio porque perdió para siempre la razón.

Vivir del mar

En años recientes el poblado aledaño al castillo se ha transformado en un pequeño destino dentro de Cienfuegos. Pequeños restaurantes, bares y casas de renta de habitaciones con vistas al mar han surgido en estos tiempos. La comida típicamente marinera de la zona se destaca en deliciosos platos de mariscos frescos.

Vista del pueblo de pescadores Castillo de Jagua, al fondo la fortaleza del mismo nombre

Es posible llegar hasta allí en auto o en el ferry que atraviesa la bahía de Jagua en varios momentos del día. Además, desde el castillo se observan vistas impresionantes de la ciudad, la bahía y hasta de la planta nuclear de Juraguá, un proyecto inconcluso.

Turistas toman fotos desde la muralla de la fortaleza de Jagua

También ha aparecido un nuevo bote de pasaje, que traslada a los visitantes de un extremo al otro de la bahía. En frente de la comunidad se encuentra una de las instalaciones turísticas más reconocidas de la ciudad de Cienfuegos, el Hotel Pasacaballos. Debe su nombre a una de las tradiciones asociadas al pueblo de pescadores Castillo de Jagua-Perché, pues entre este y la playa de Rancho Luna había un camino en las aguas poco profundas por donde transportaban equinos.

Dos rarezas en la ciudad de Cienfuegos

Cuando un piensa que lo ha visto todo en la hermosa ciudad de Cienfuegos, es el momento de cruzar la bahía y conocer el pintoresco pueblito de pescadores y el castillo que lo domina. Es un paseo imperdible, que incluye la encantadora tradición marinera de la comunidad, con sus artes de pesca y secretos culinarios, y un insospechado museo en un castillo que preserva la historia colonial y el arte de pintores populares.

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