La Habana es una ciudad con historia mitos y tradiciones, quizá por eso está llena de museos. Una amplia gama de tipologías y las más disímiles temáticas pueden encontrarse en esas instituciones dedicadas a preservar y divulgar la memoria.
El Museo de Historia Natural, es una institución de carácter científico cultural especializada en la historia natural de la nación cubana, la cual socializa a través de la exhibición de las colecciones que desarrolla.
La historia del museo está ligada a los inicios de la Revolución cubana. En el año 1960, Fidel Castro anuncia la creación de la institución, a partir de la conformación de una comisión para su creación, presidida por el capitán Antonio Núñez Jiménez.
El grupo se encargó de centralizar y organizar las colecciones de carácter zoológico, botánico, geológico, etnográfico y arqueológico dispersos por instituciones vigentes durante la República (1902 – 1959), como la Real Academia de Ciencias.
Cuatro años después de su formación quedó inaugurado el museo. Primeramente estuvo ubicado en los salones del Capitolio Nacional y desde la década del noventa, del siglo pasado, se instala en el inmueble sito en las calles Obispo y Oficios, en los alrededores de la Plaza de Armas, sitio que ocupa actualmente.
Cuando el Museo de Historia Natural estaba en el Capitolio
Mientras el Museo de Ciencia Naturales tuvo su sede en el Capitolio Nacional se vio enriquecido por lo impresionante de la construcción. Sus grandes pasillos y la iluminación de la que gozaba, ayudaban a favorecer y recrear el ambiente.
Contaba con una sala ambientaba, semejante a una selva, donde la figura de un tigre en posición de ataque atraía a los cientos de niños que pasaban minutos asombrados por la imagen. Una de sus principales atracciones era el Planetario, interesante recreación del espacio donde se apreciaban las constelaciones en todo su esplendor.
El museo en su sede actual
Las colecciones científicas del museo están compuestos por más de sesenta y cuatro mil ejemplares divididas en dos grandes colecciones: una paleontológica y una neontológica.
Cuenta con cuatro grandes espacios expositivos: El museo por dentro, Historia de la Tierra y de la vida, Mamíferos, Aves y Reptiles de otras partes del mundo y Naturaleza cubana.
Peculiares son las dos salas didácticas dedicadas al trabajo con niñas y niños quienes interactúan con las colecciones y desarrollan actividades encaminadas a promover el amor por la naturaleza. La más visitada, la sala Colibrí.
La otra, Almiquí, propone una programación audiovisual sistemática con el fin de apoyar las muestras expositivas con materiales también didácticos.
El museo ofrece servicio de alquiler de espacios para conferencias, cursos y venta de productos informativos resultado de la labor investigativa del museo. El discurso museográfico persigue que el visitante descubra y se acerque no solo al trabajo científico cubano, si no a exponer la grandiosa biodiversidad de Cuba.
Otros sitios para el interés científico en La Habana: La Cámara Oscura, El Planetario y el Observatorio de Belén
Ciertamente el Museo de Ciencias Naturales, posee el encanto de una institución consolidada, mas, si uno de sus intereses es la ciencia, no es esta su única opción.
Muy cerca del museo, existen tres centros que son de visita obligada si desea cercarse al universo científico cubano.
La primera, ubicada en la Plaza Vieja, la Cámara Oscura. Este pequeño lugar, pero gigantesco en historia, nos acerca a la obra de Leonardo Da Vinci. Gracias a un sistema de espejos se puede observar, en tiempo real, la vida en el centro histórico de La Habana Vieja.
Casi a dos puertas de la Cámara Oscura se encuentra el Planetario, inaugurado por la Oficina del Historiador de La Habana y en cooperación con el Gobierno del Japón en conmemoración al cuatrocientos aniversario de la invención del primer catalejo por Galileo Galilei. En dicho centro hallará recreaciones del «Big Bang», será protagonista de un recorrido por el Sol, así como realizará un viaje cósmico imaginario, y todo esto sin moverse de la Plaza Vieja.
El último, y no menos importante, es el Observatorio de Belén. Este centro inaugurado hace menos de un año pone a su disfrute interesantes colecciones dedicadas a resaltar la labor investigativa de las ciencias, principalmente los logros de la meteorología y astronomía en Cuba.
Fundado originalmente por la Compañía de Jesús, el actual observatorio que posee equipos con medios para la visualización y el enlace digital, y una terraza – mirador a 24 metros sobre el nivel del mar, que proporcionará una vista panorámica del entorno más antiguo de la capital cubana.
La instalación ocupa la torre noroeste del edificio donde radicaba la orden religiosa, con cinco niveles, tres salas expositivas, aula multipropósito, estación meteorológica y observatorio astronómico.
Lugares en La Habana para satisfacer el interés por las ciencias
Puede partir de la hipótesis de que existen en La Habana, sitios dedicados a resaltar todas y cada una de las facetas de la cultura cubana. Por eso le invito a que investigue, observe, pregunte y disfrute de todas las sorpresas que puede encontrar en ese pequeño pero inmenso archipiélago.