Teatro en el centro histórico

Teatro en el centro histórico

La historia del teatro en Cuba se encuentra plena de edificios cuyos nombres resuenan en las memorias de la Perla del Caribe. Tales fueron los casos de El Principal, Diorama, Tacón y el Villanueva. Aunque muchos de estos han dejado de existir, algunos han logrado sobrevivir al paso del tiempo, mientras otras nuevas edificaciones se han sumado a las antiguas para permitirles el goce del teatro, tanto a los habaneros como a los visitantes de otras latitudes.

Cuatro centros para el disfrute del teatro y la música en el Centro Histórico

El teatro en el Centro Histórico de La Habana cuenta con varios espacios que rebosan de actividad en lo que se refiere a puestas en escena de teatro, danza o espectáculos musicales.

Hoy le sugiero una lista, sin orden de prioridad, para que conozca algunos de los espacios teatrales más importantes y, de paso, disfrute de sus atractivas propuestas culturales durante su visita a la Ciudad Maravilla.

teatro en el centro historico
  1. Teatro Martí, sede del Teatro Lírico

    Entre aquellos coliseos cuya arquitectura ha logrado sobrevivir al paso del tiempo se encuentra el Martí ubicado en Dragones # 58, entre las calles Zulueta y Prado, en La Habana Vieja.

    Fue inaugurado en 1884 bajo el nombre de Irijoa y constituyó el primer teatro en tener condiciones favorables para soportar el clima caluroso, en tanto contaba con cien puertas grandes áreas de jardines y vestíbulo exterior. Durante décadas en ese escenario se presentaron los mejores artistas del Teatro Bufo, género cubano, costumbrista y de impacto social y político, que legó personajes identificativos en el imaginario de la Perla del Caribe, como el Negrito y el Gallego.

    Después de una exhaustiva reparación el Martí abrió sus puertas al público hace pocos años y es la actual sede del Teatro Lírico Nacional. Como parte de su repertorio destacan óperas internacionales y zarzuelas o sainetes, entre ellas Las Leandras, y La Corte del Faraón, así como la cubana Cecilia Valdés de Gonzalo Roig. Esta última rescata el mítico amor imposible, recreado en la novela de Cirilo Villaverde, de una mulata bastarda y su hermano blanco y adinerado.

    No pierda pues la oportunidad de visitar este templo de las artes que mantiene intacta su belleza decimonónica.

  2. Anfiteatro con aires de mar

    Uno de los espacios más peculiares de La Habana Vieja es el Anfiteatro, construido en Avenida del Puerto, entre Cuba y Peña Pobre. Abrió al público en 1936 y desde su fundación ha acogido a prestigiosas figuras cubanas y extranjeras. Llegó a contar con las presentaciones de Pedro Vargas, Benny Moré y Libertad Lamarque en la década de los 50.

    En el presente el Anfiteatro de la Habana mantiene una programación habitual que contempla espacios para niños, en los que se incluyen presentaciones teatrales y principalmente espectáculos musicales. Desde el 2004 con el estreno de Las Leandras, la dirección del lugar ha entregado uno tras otro nuevos títulos, particularmente de prestigiosos musicales ya estrenados en el mundo. Entre ellos destacan: El fantasma de la Ópera, La viuda alegre, El jorobado de Notre Dame, La bella y la bestia, así como La vuelta al musical en 70 minutos, resumen de varios éxitos anteriores.

    El edificio posee características que están muy a tono con este tipo de espectáculo, con obvias condiciones favorables de ventilación por hallarse al aire libre, un vasto graderío, y un escenario de amplias proporciones. Resulta ideal para acoger un género de naturaleza popular ampliamente gustado.

    Así que si gusta del género musical tendrá en el Anfiteatro de La Habana una oportunidad de apreciar la participación del talento criollo en espectáculos laureados del repertorio mundial.

  3. Teatro con niños en la Orden Tercera

    La sala Teatro de la Orden Tercera se localiza en Oficios y Callejón de Churruca. Fue inaugurada el 17 de septiembre de 2005, por el Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, y el entonces Ministro de Cultura. Acoge desde entonces a la afamada compañía infantil La Colmenita, que dirige Carlos Alberto Cremata.

    La pequeña sala teatral cuenta con butacas para 124 espectadores, pequeños camerinos, oficina de administración, taquilla, cabina electrotécnica y escenario con moderno equipamiento de audio y luces. Así se recupera el espacio que antaño fuera ocupado por la Orden Tercera del Convento de San Francisco de Asís (construcción que data de 1579), que durante siglos sufriera grandes transformaciones debido, entre otras causas, a su ocupación como secretaría de Comunicaciones en la década del veinte del siglo pasado.

    El proyecto asumido por la Dirección de Arquitectura Patrimonial de la Oficina del Historiador reconsideró mezclar elementos antiguos propios de la construcción original, como el enrejado y la portada, con un nuevo diseño de paredes lisas en colores neutros, en armonía con los pisos de barro del antiguo convento. En el recibidor de la sala es posible encontrar un mural realizado en cerámica por los artistas Isabel Jimeno y Aniceto Díaz que recrea algunos personajes de cuentos infantiles.

    La Colmenita es un grupo de teatro realizado por niños y dirigido también a los infantes, que se ha convertido en una red con sedes en varias provincias, municipios de Cuba y también en el extranjero. Si transita por La Habana en compañía de su familia, está es excelente opción para el disfrute de sus hijos.

  4. Un arca para el teatro de títeres

    Actualmente, el Teatro de Títeres ha encontrado un espacio en el Centro Histórico, a la par que el teatro con niños y para niños. En la llamada Casa Pedroso, una mansión con elementos constructivos entre los siglos XVII y XX ubicada en la Avenida del Puerto, hoy calle San Pedro esquina a Obrapía, tiene su sede el Teatro – Museo de Títeres El Arca, proyecto que dirige la actriz Liliana Pérez Recio.

    El local cuenta con una sala de 64 localidades y comparte además espacio con las oficinas del doctor Eusebio Leal Spengler, Director de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

    Sobresale, entre sus presentaciones, la obra El gato de Lilo, una agradable versión de El gato con botas realizada con títeres de sombras. El Arca realiza una labor comunitaria en la zona al promover encuentros educativos con niños y escuelas, a partir de la proyección de videos y las experiencias de juego – teatro.

    Este espacio, al igual que el Teatro de la Orden Tercera, es una de las sedes habituales del Festival Internacional de Teatro de La Habana, que se realiza cada dos años.

La Habana Vieja como escenario

En el Centro Histórico habanero cabe destacar que el arte escénico no es privativo de los teatros. Muchos colectivos realizan así su labor en calles y plazas. Las estatuas vivientes, los pasacalles y las obras de grupos como Gigantería y Tropazancos escogen el contacto directo con el público que encuentran a su paso y así esparcen por las calles habaneras su arte y contagioso júbilo.

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