Catedral de Santiago de Cuba, refugio de arte sacro

Catedral de Santiago de Cuba, refugio de arte sacro

Retratan los edificios el alma del pueblo que los construyó. Se yerguen y lanzan su reto al tiempo: ¡¡Somos invulnerables!! Y aunque el tiempo a la postre vence, no es menos cierto que algo sobrevive de ellos: la memoria.

Bella y majestuosa ha sido, por los siglos de los siglos, la arquitectura religiosa en el mundo. Solemne guardiana de los perennes desvelos existenciales del hombre, convertidos, hasta donde cabe, en fe.

Los grandes templos egipcios; las pagodas orientales; las mezquitas islámicas, las catedrales medievales o barrocas ofrecen pruebas de la afirmación anterior. Cuba, que cuando apareció para los europeos, no poseía grandes edificios, hoy exhibe también los suyos.

La Catedral de La Habana, ubicada en la plaza del mismo nombre; la Catedral de la Purísima Concepción, en el centro histórico de Cienfuegos; las múltiples iglesias camagüeyanas y la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Santiago de Cuba.

Indagando en el tiempo

Catedral de Santiago de Cuba

Es esta última, una iglesia de existencia ajetreada, pues se levantó cuatro veces. Su primer edificio se construyó en el siglo XVI, en 1528, de madera y techo de yagua. Luego sufrió los embates de corsarios y piratas; huracanes y terremotos.

El gran sismo de 1766 la derrumbó totalmente y obligó a los santiagueros a levantar una cuarta edificación, esa que hoy admiran todos los cubanos y viajeros en general.

Posee la Catedral de Santiago diversos y valiosos atractivos. Por ejemplo, sus dos torres neoclásicas, imponentes, soberanas; su reloj; la céntrica ubicación en el Parque Céspedes, centro de la ciudad, y el Museo Arquidiocesano Monseñor Enrique Pérez Serantes.

Pinturas y esculturas, un tesoro para una gran ciudad

Catedral de Santiago de Cuba se ubica en el Parque Cespedes

Orgullosa se encuentra Santiago de Cuba de este museo, único de su tipo en la isla, guardián de una impresionante colección de arte sacro. Fue fundado el 28 de diciembre de 1963 por Monseñor Pérez Serantes, de ahí su nombre.

Exhibe piezas de alto valor patrimonial y artístico, propias del arte religioso católico, portadora de un devenir histórico-artístico. Expone desde piezas en sus formas más artesanales hasta el arte preciosista barroco, más acabado y exquisito.

Su colección pictórica atesora algunos originales, obras de afamados artistas. En primer lugar, es menester destacar «El Santo Ecce Homo», de la escuela de Murillo, pintada en Cartagena de Indias en 1610, considerada la pintura religiosa más antigua en Cuba. Ha sido objeto de especial veneración por parte de los vecinos de la villa oriental durante mucho tiempo. Les dio, hasta cierto punto, un asidero moral e identificó en los primeros siglos coloniales al criollo santiaguero con su tierra.

Descubrirá también «La Virgen del Carmen», pintura de Nicolás de la Escalera; «Cristo Rey», de Luis Desangles; «La Virgen de la Caridad del Cobre», óleo sobre cartón, de Víctor Patricio Landaluze.

Y la conocida imagen de Nuestra Señora de Lourdes, obra que ganó el tercer premio de la exposición universal de París en el 1875, y que fue donada al museo en 1878, entre otros muchos cuadros.

El museo guarda una impresionante colección de retratos de obispos y arzobispos de Cuba. Entre ellos, destacan los del primer obispo, Santiago José de Echavarría, y al primer arzobispo, el catalán Joaquín de Osés Orzúa.

Se prestigia la catedral santiaguera con una amplia serie de imágenes en busto, generalmente anónimas y hechas con madera policromada y escayola. Entre ellas se encuentra «San Juan Bautista», de finales del siglo XVII; «Santa María Magdalena penitente», «Santa Eduviges con los pobres» y el grupo escultórico de la Sagrada Familia, todas del siglo XVIII; así como «San José» y una representación de «Nuestra Señora de la Caridad del Cobre», amada protectora de los cubanos independentistas durante las guerras en el siglo XIX.

Documentos valiosos y otras piezas de interés

Documento antiguo de valor museable

Se atesora en el Museo Arquidiocesano Monseñor Enrique Pérez Serantes el acta de la primera misa celebrada en Cuba libre, en septiembre de 1898, así como las actas capitulares de las reuniones del cabildo eclesiástico de Santiago de Cuba.

Muchos visitantes prestan singular atención a la colección de partituras originales del gran músico y presbítero cubano Esteban Salas y del maestro de capilla Juan de Paris, entre otros.

Se exponen la casulla del arzobispo Zubizarreta, bordada en tisú y oro dorado, en 1900, con la cual éste coronó canónicamente a la Virgen de la Caridad del Cobre en 1936. De igual forma se puede apreciar la casulla de Juan Pablo II, ofrecida a la ciudad después de oficiar la misa en 1998, y el reclinatorio utilizado también por él en dicho acto.

Para muchos destaca el muestrario de crucifijos barrocos, entre los cuales sobresale uno de finales del siglo XVII, sobreviviente del incendio de Bayamo, con señales del fuego, así como la urna de dormición y la carroza de la Virgen María, hecha en cedro policromado al estilo barroco.

Otras reliquias llaman la atención, como la copia de uno de los clavos de la crucifixión de Cristo, acompañado por su correspondiente carta de autentificación fechada en 1832.

¿Qué queda por decir…?

Visite este hermoso y sacro museo y no deje que nadie más le cuente sobre él. Disfrute su primoroso inmueble, remozado en 1995, e indague en el pasado y presente de los santiagueros, y de los cubanos en general.

Descubra una faceta viva, actual, de su idiosincrasia. Su profunda religiosidad, y fe inquebrantable ante los embates de la ruda realidad.

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