Hotel Sevilla

Hotel Sevilla

¿Si visitara La Habana donde se alojaría? ¿En súper hotel de lujo, al estilo del Iberostar Grand Packard o Gran Hotel Manzana Kempinski? ¿O prefiere algo más tradicional, aunque cómodo, al estilo del Hotel Santa Isabel o el San Felipe?

¿Quizás busca algo más cerca del mar y prefiera los hoteles de la costa? En cualquier caso, lo invito a echarle un vistazo a una propuesta de alojamiento, arriesgada, algo misteriosa y por ello digna de una novela o una película. Emocionantísimo.

Entremos en cuestión…con un poco de historia

Ubicado en plena avenida de El Prado, exactamente en Trocadero # 55, entre Prado y Zulueta, el Hotel Sevilla abre sus puertas, gozoso, a todo el viajero que desee beber de su historia y leyenda.

Inaugurado en 1908, fue el primer hotel de lujo de La Habana y constituye hoy unos de los cuatro grandes hoteles de la historia habanera. Los otros, el Hotel Inglaterra, el Plaza y el Hotel Saratoga, se encuentran muy cercanos a él, próximos al Parque Central.

Según se dijo en la época y así se confirmó, su diseño fue copiado del famoso Patio de los Leones del Palacio Alhambra, en Granada, sobresaliendo por sus arcadas, columnas y paredes recubiertas de azulejos sevillanos.

A partir de 1924 es comprado por la compañía norteamericana Bowman Hotel, la más grande de su tipo en la época, y esta lo rebautizó Sevilla Biltmore. Hoy es el Hotel Mercure Sevilla, operado por el grupo francés Accord & Mercure & Pullman.

Como el genio de la lámpara maravillosa…

Taxis estacionados frente al Hotel Sevilla

El hotel lo recibirá querido viajero como bien sabe hacerlo «Escucho y obedezco». Y sus sueños y fantasías se harán realidad, al punto que no sabrá si se encuentra en el alcázar de Granada, en la Cueva de las Maravillas o en el Palacio de Harún al-Rashid, califa de Bagdad.

Apenas entra, es recibido por un lobby gigantesco, que parece cubierto de pedrería fina. Una pequeña escalinata escoltada por dos leones dormidos, lo conducirá a la recepción, donde será atendido cual soberano oriental.

El hotel posee ocho niveles, donde están distribuidas sus 178 confortables y elegantes habitaciones, accesibles mediante 2 ascensores. La habitación standard puede tener dos camas individuales para 2 adultos y 1 niño; o una cama doble para dos 2 adultos y 1 niño. Todas disfrutan de la vista sobre la ciudad y combinan buen gusto y comodidad.

Habitación del Hotel Sevilla

Las habitaciones, además, cuentan con aire acondicionado central; televisión satelital, caja de seguridad; salida de emergencia; minibar; teléfono directo; escritorio; baño privado y servicio de habitaciones.

Del hotel, sobresalen también su graciosa y zigzagueante piscina, con instalaciones bien equipadas, sólo destinadas a su relajación y belleza: un gimnasio moderno, sauna y servicios de masaje.

Piscina del Hotel Sevilla

Reúne, en sus predios, algunos bares. Le recomiendo el «Patio Sevillano», capaz de transportarlo a épocas de moros y cristianos. En su último piso se levanta majestuoso y sereno el restaurante Panorámico «Roof Garden», con pianista incluido.

Espacios interiores del Hotel Sevilla

En la planta baja, junto al lobby, encontrará una galería de arte, una tienda de regalos, casa de cambio y un salón de reuniones con espacio hasta para 45 personas.

Es un hotel vivo, que disfruta organizando presentaciones de música tradicional y grupos de baile, así como proyectar películas silentes una vez al mes en el lobby, con pianista y todo.

Dada su ubicación, desde él se puede acceder con facilidad a sitios de interés histórico, como El Capitolio; el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso o recorrer las calles y edificios del Centro Histórico. Momento ideal para mezclarse con la ciudad.

Si de cadáveres en el armario se trata…

Cúpula del Capitolio de La Habana desde el Hotel Sevilla

Este hotel tiene bastantes, y pesados. Desde su inauguración en 1908, el Sevilla fue punto de hospedaje obligatorio de grandes personalidades de visita por La Habana.

Refugió a Enrico Caruso vestido de Radamés, luego de la explosión en el vecino Teatro Nacional, mientras interpretaba Aida. Recibió a Josephine Baker, después de que le negaran el alojamiento en el Hotel Nacional por ser negra.

En él se hospedaron, además, el ajedrecista cubano José Raúl Capablanca, Tin Tan, Lola Flores, Jorge Negrete, Imperio Argentina, Gloria Swanson o Vicente Blasco Ibáñez, entre otros.

Sin embargo, son sus relaciones con la mafia las que han tejido sobre él un aura de leyenda. Destaca la figura de Al Capone como uno de los villanos ilustres que gustaron de su alojamiento. Que se conozca, llegó a Cuba a principios de 1928.

Venía en viaje de negocios, fabricación y tráfico de alcoholes, se alojó en el sexto piso y lo reservó completo, para él y sus hombres. No era nada discreto, gustaba de la publicidad exagerada, de las mujeres y regaló a los empleados de dicho piso un billete de cien dólares a cada uno.

Uno de los bares del Hotel Sevilla

Poco se sabe de sus aventuras habaneras. Una foto lo atrapó en Los jardines de La Tropical, en Marianao, disfrutando de una cerveza con amigos y sonriendo, satisfecho de tanta libertad.

Se dice, que apenas había llegado, repartió regalos a diestra y siniestra. Compró una tarde tres relojes de pulsera Patek Philippe, en Le Palais Royal, de la calle Obispo, la joyería habanera más importante de la época.

Luego partió y nunca, que se conozca, volvió a la isla. En 1946, pese a ser uno de los invitados de la histórica reunión de la Cosa Nostra en el Hotel Nacional, no pudo asistir, débil y enfermo como estaba. Moriría poco tiempo después.

Su fantasma se volvió entonces huésped devoto del Sevilla, algunos lo han visto pasar o han percibido el perfumado aroma de sus habanos.

Hermosa vista de La Habana desde el restaurant del Hotel Sevilla

Otro espectro imprescindible, devoto de los rincones del hotel, es el escritor británico Graham Greene. Que, sin ser un criminal, gustó de codearse con los bajos fondos y sus engendros. En sus novelas, por supuesto. Conviven en ellas toda una fauna de héroes y villanos prestos atrapar al más avisado lector y no dejarlo libre hasta que este acaricia la última página del libro.

Graham Greene visitó Cuba en varias ocasiones, Gustaba del Sloppy Joe’s y de El Floridita y se hospedó varias veces en el Hotel Sevilla. Tal fue su agrado por estos sitios que los incluyó en «Nuestro Hombre en La Habana», su novela de falsos espías y aspiradoras nucleares.

El Sevilla sirvió de punto de encuentro entre estos espías novelescos y ahí no quedó la cosa. Greene alojó a Harry Lime, su protagonista, en la habitación 511 de dicho hotel. Cuanto de azoro y magia tras esos muros y puertas.

Terminando con el Hotel Sevilla…

Bar piscina del Hotel Sevilla

Lo que bien empezó, puede terminar mejor. Visite La Habana y hospédese en el Hotel Sevilla. Si aprecia las aventuras y las experiencias paranormales recorra sus pasillos, duerma en una de sus habitaciones o use sus ascensores. ¿Quién sabe? Tal vez lo sorprenda el delicado aroma de un puro o el sonido sombrío de una aspiradora.

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