Mural de las Personalidades en La Habana Vieja

Mural de las Personalidades en La Habana Vieja

Las ciudades son piedra muerta sin su gente. Algunos de sus habitantes resultan tan importantes para el alma de la urbe que las generaciones sucesivas los recuerdan y los invocan, a veces con la ayuda de las artes plásticas.

Tal es el caso del Mural de las Personalidades en La Habana Vieja, levantado sobre una vetusta pared de piedra de la Calle Mercaderes. La arteria es una de las más antiguas del núcleo histórico de la capital cubana, pues fue de las vías pioneras desde las cuales creció la «Ciudad Maravilla» según lo dispuesto en las Leyes de Indias: trazar los caminos y calles principales desde la Plaza Mayor.

Mural de las Personalidades en La Habana Vieja

Mercaderes, la vía del comercio y la historia

Mercaderes inicia en la Calle Tacón, cerca de la Catedral de La Habana y termina en la hermosa Plaza Vieja. Desde centurias anteriores, su recorrido se llenó de los comercios donde se vendían infinidad de objetos y esencias, desde los más lujosos, hasta los de uso cotidiano.

Sobre ella, apuntó en 1761 el historiador José Martín Félix de Arrate:

«Algunas de las calles de La Habana no tienen nombre, pero entre todas, la más nombrada es la de Mercaderes (…) siendo su extensión de cuatro cuadras, y por una y otra acera están repartidas las tiendas de mercaderías, en que se halla lo más precioso de los tejidos de lana, lino, seda, plata y oro y otras bujerías (…) las que atraen mucho concurso a este paraje.»

Recorriendo Mercaderes se pueden conocer los museos Casa de Asia, con su rica biblioteca sobre budismo, el del Tabaco, la Casa Museo Simón Bolívar con un cercano monumento al héroe venezolano, el de Armería, y el Museo Nacional de Cerámica Contemporánea, entre otros.

Además hay atracciones como la Perfumería Habana, la Maqueta del Centro Histórico de La Habana, el Cinematógrafo Lumière, el Planetario, el apacible Jardín Ecológico Hans Christian Andersen, y el Parque Rumiñahui, cuyo centro está ocupado por la escultura homónima del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín.

Pero lo que está a la vista y atrae a numerosos paseantes es el Mural de la Personalidades. Las personas gustan de retratarse entre los ilustres del siglo XIX allí inmortalizados, y de paso conocer a través de tales íconos sobre la historia de la urbe.

La escuela de los ilustres

La obra está frente a un antiguo edificio. Como un espejo refleja la fachada de lo que fuera el Palacio del Marqués de Arcos, una mansión colonial que acogió el Liceo Artístico y Literario de La Habana. Desde 1844 allí se reunió lo más selecto de la naciente cultura y la sociedad cubanas, luego que el gobernador de la isla concediera a José de Imaz, José Miró y Ramón Pintó, la petición de convertir la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia en una institución de enseñanza.

Ofreció clases, siempre para blancos, de materias científicas y humanísticas, entre ellas de arte, y algunas becas para alumnos pobres. También allí se organizaron exposiciones, cursos de idiomas y concursos de poesía, además de otras actividades. Entre sus profesores estuvieron cubanos pioneros en sus respectivas ramas del conocimiento. Uno de ellos fue Rafael María de Mendive, maestro del gran escritor y patriota cubano José Martí.

En abril de 1869, poco tiempo después de estallar la Guerra de los Diez Años, primera de las emprendidas por los cubanos contra España para lograr su independencia, cerró el Liceo Artístico y Literario. La filiación anticolonial de muchos de sus integrantes provocó que abandonaran Cuba o se sumaran al Ejército Libertador.

Inmortalizados en un mural

La mayoría, pero no todos los representados en el Mural de las Personalidades del siglo XIX, son habaneros; tampoco el grueso jugó un papel importante en el Liceo. Lo que sí es indiscutible es la valía en el devenir de Cuba durante esa centuria. Para tal consideración colaboró el mismísimo Eusebio Leal, famoso historiador y restaurador de La Habana.

Allí están, en una imaginaria escena de paseo frente a la fachada del Palacio del Marqués de Arcos, los ilustrados guerreros independentistas Carlos Manuel de Céspedes, el «Padre de la Patria» para los cubanos, Ignacio Agramonte y el presbítero y filósofo Félix Varela. En la estampa también se encuentran el gran polemista e historiador José Antonio Saco, precursor de la nacionalidad cubana al oponerse tenazmente a la anexión a Estados Unidos; el poeta romántico José María Heredia, el obispo Juan José Díaz Espada y Landa; el maestro de maestros José de la Luz y Caballero; Cirilo Villaverde, autor de Cecilia Valdés, primera novela cubana; la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda, a quien en su época el machismo le impidió ocupar asiento en la Real Academia Española de la Lengua; y el conocido como «Paganini cubano», Claudio José Domingo Brindis de Salas, entre muchos otros.

¿Cómo se hizo el Mural de las Personalidades en La Habana Vieja?

El artista Andrés Carrillo fue el autor del mural inaugurado en el año 2000. Él realizó una acuciosa investigación para reproducir en tamaño natural y con gran exactitud a las 67 figuras.

Luego utilizó un material novedoso en este tipo de trabajo en Cuba, una mezcla que incluyó texturas de piedra natural y resina acrílica, para lograr resistencia y durabilidad a la intemperie. Con cuatro colores (marrón, rosa, negro y beige) obtuvo una gama de 13 tintes para «dibujar» a los ilustres.

No trabajó solo. Hubiera sido muy difícil porque la obra mide aproximadamente 300 metros cuadrados y tiene 52 paneles. Por eso a Carrillo lo ayudaron el arquitecto Jaime Rodríguez, el escultor Nicolás Ramos Guiardinú y varios alumnos de la Academia de Arte de San Alejandro. El resultado fue impresionante.

Conocer la historia de La Habana en Mercaderes

Hoy Mercaderes es una de las calles mejor conservadas de La Habana Vieja. Trescientos años de historia sobrevuelan la vía. Lámparas antiguas, inmensas puertas de maderas preciosas, tejadillos de arcilla, pareciera que no estamos en el siglo XXI.

La sensación se acrecienta al encontrar una muchedumbre ataviada decimonónicamente. No son reales, están plasmados en el gigantesco «Mural de las Personalidades». Son un bello recuerdo de la historia de Cuba, una obra de arte que resiste bajo el sol y la lluvia en una antigua calle de La Habana, nuestra Ciudad Maravilla.

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