Obra y bienes de Alejo Carpentier

Obra y bienes de Alejo Carpentier

Alejo Carpentier está considerado como uno de los grandes intelectuales de Latinoamérica. Reconocido como escritor, periodista, musicólogo y ensayista, su obra significó una renovación de la literatura en la segunda mitad del siglo XX en el continente. Probablemente, si es usted amante de la buena lectura, habrá disfrutado o escuchado nombrar sus libros «El reino de este mundo» (1949), «El siglo de las luces» (1962) o «Los pasos perdidos» (1953); y de seguro entonces se alegrará de saber que toda la obra literaria y los bienes del escritor son especialmente protegidos en Cuba.

Sepa, pues, que desde enero de 2018, a disposición de la Resolución No.1 del Ministerio de Cultura y en conmemoración de los ciento trece años del natalicio de Carpentier, toda su obra literaria manuscrita e impresa, grabada y filmada, todos los bienes relacionados con su quehacer literario y artístico, el inmueble donde residió en el Vedado habanero, así como sus objetos personales y los bienes que se corresponden con su vida y obra, fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación Cubana.

Conociendo a Carpentier

Alejo Carpentier Valmont nació en Lausana, Suiza, el 26 de diciembre de 1904 y falleció en París, Francia, el 24 de abril de 1980, mientras se desempeñaba como Ministro Consejero de la Embajada de Cuba en ese país.

Estudió música, pero desde muy joven su pasión por las letras lo llevó a ejercer el periodismo, profesión que lo acompañó durante toda su vida tanto en Cuba como en el extranjero. Fue fundador de las revistas «Tiempo Nuevo» y «Orígenes». En su faceta de novelista, se le reconoce como el creador de la corriente literaria de «Lo real maravilloso», influenciado en gran medida por el movimiento surrealista francés. Residió en París y España, donde entró en contacto con la vanguardia literaria de ese continente, y se relacionó con poetas como Federico García Lorca, Rafael Alberti y Pedro Salinas.

Su primera obra de ficción fue «¡Ecué-Yamba-O!», de 1933. Destacan también, entre sus textos representativos editados en varios idiomas «El acoso» (1956), «Guerra del tiempo» (1958), «El recurso del método» (1974), «Concierto barroco» (1974), «La consagración de la primavera» (1978), y «El arpa y la sombra» (1979).

Como musicólogo resalta su libro «La música en Cuba», con una interesante y aún vigente visión del desarrollo cultural de esta manifestación artística. Cuenta con el mérito adicional de haber revelado las composiciones del llamado «Paganini Negro», el violinista Esteban Salas, en la Catedral de Santiago de Cuba. Se destacó igualmente por sus ensayos con una visión renovadora sobre América Latina y la presencia africana en la cultura nacional, lo que contribuyó a redimensionar el imaginario caribeño.

A lo largo de su vida, Carpentier y sus creaciones recibieron numerosos reconocimientos, como los internacionales «Premio Médici», «Cino de Duca» y «Alfonso Reyes». Entre todos, el de mayor relevancia fue el «Premio Cervantes» de literatura, en 1977, que constituye la más alta distinción en las letras hispanas. En aquel momento trascendió como el primer escritor fuera de España a quien se le otorgara.

Alejo Carpentier

La Fundación Alejo Carpentier

En la misma casa donde residieran el escritor y su esposa en La Habana, en la calle E número 254, entre 11 y 13, del Vedado, radica desde 2008 la sede principal de la Fundación Alejo Carpentier. Allí se conserva gran parte de las posesiones del autor, entre las que destacan su papelería, biblioteca y discoteca, recuerdos de viajes, así como la máquina de escribir en la que brotaron muchas de sus obras. La mayoría de estos bienes patrimoniales habían sido guardados con celo por su viuda, Lilia Esteban de Carpentier.

La Fundación fue constituida el 15 de octubre del año 1993 y es la titular de los derechos del autor. Posee, entre sus objetivos, preservar, organizar y poner al servicio de los investigadores el patrimonio legado por el intelectual cubano; desarrollar una amplia labor de animación cultural y editorial en torno a su obra, cuidando el respeto a su integridad, y apoyar intelectual y materialmente a la investigación y a la creación en los ámbitos de la literatura y el arte.

Alejo Carpentier

Quien la visite podrá conocer más de cerca la vida del cubano universal e incluso tener acceso a una muestra cronológica de su prolífica obra literaria y periodística recogida en una de las salas de exhibición de la institución, devenida también en museo. Además, se conserva la casa del novelista en la Calle Empedrado, en el Centro Histórico de La Habana Vieja, primera sede de la Fundación, que en la actualidad alberga talleres artísticos y despliega actividades culturales.

Obra y bienes de Alejo Carpentier

Al morir Alejo Carpentier, muchos cubanos llegaron hasta la base del Monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución, donde fue tendido su cadáver. Se le daba así el último adiós a ese grande de la literatura que no partía de forma definitiva. Para probarlo están su obra y sus bienes, convertidos ya en Patrimonio Cultural de la Nación Cubana.

Tal designación fue posible porque en Cuba se reconoce legalmente que el patrimonio cultural de la nación está integrado por aquellos bienes muebles e inmuebles que son expresión o testimonio de la creación humana y tienen especial relevancia. Entre ellos, en el Decreto 118 del Reglamento para la Ejecución de la Ley de Protección al Patrimonio del 23 de septiembre de 1983, se reconocen:

«Los documentos y demás bienes relacionados con la historia, con inclusión de los de la ciencia y la técnica, así como con la vida de los forjadores de la nacionalidad y la independencia, dirigentes y personalidades sobresalientes, y con los acontecimientos de importancia nacional e internacional.»

A partir de este planteamiento y para garantizar su protección, cualquier nueva forma de utilización, difusión y promoción de los bienes del autor debe ser tramitada con el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

Carpentier y la música

Además de la obra literaria, integran la creación de Alejo Carpentier varios libretos de cantatas como La pasión negra y Las puertas del sol. Igualmente, colaboró con grandes músicos internacionales e, incluso, el compositor cubano Alejandro García Caturla musicalizó algunos de sus textos.

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