Calles con historias: Callejón del Chorro

Calles con historias: Callejón del Chorro

Una de las calles más pequeñas de la parte antigua de la ciudad de La Habana es «el Callejón del Chorro», tal como su nombre sugiere. Más que una calle que conecta puntos antiquísimos de la ciudad, nos adentra sin salida en sus secretos y en la rica historia característica de esa villa colmada de sorpresas.

¿Su ubicación? Pues bien sencilla, muy próxima a la Plaza de la Catedral, a sus míticas construcciones y a la Bodeguita del Medio, en una zona caracterizada por el magnetismo que desprenden las leyendas, la singular arquitectura, el pasado que se huele a casa paso y el buen mojito cubano.

El Callejón de Chorro

En una de las esquinas de la Plaza de la Catedral, próxima al Palacio del Marqués de Aguas Claras y al Museo de Arte Colonial, se halla el Callejón del Chorro. Una pequeña calle que actualmente mide cerca de treinta metros.

La Catedral de La Habana y la Plaza de la que toma su nombre vistas desde el Callejón del Chorro

Según se cuenta, durante los siglos XVI y XVII su extensión era mucho mayor. Nacía en la calle San Ignacio, tal como en la actualidad, pero llegaba hasta Compostela, pasando por las denominadas calles Cuba, Aguiar y Habana, donde existían pequeños puentes que servían de enlace. Con el tiempo sus límites variaron y hoy se reconoce su fin en la calle Cuba, con Empedrado y O’Reilly como arterias paralelas más cercanas al norte y al sur.

Entrada del Taller Experimental de la Grafica de La Habana

En su breve recorrido, alberga varias casas vecinales y como colofón conduce al Taller Experimental de Gráfica de La Habana, un laboratorio de trabajo continuamente colmado de creadores dispuestos a compartir los secretos de sus técnicas con el visitante. El taller se erige en el espacio que antaño ocuparan la cochera y la cocina del Marqués de Arcos, destruidas en 1910 cuando eran las más antiguas construcciones del callejón.

La entrada

Justo en su entrada, donde hace esquina con la calle San Ignacio, el callejón exhibe una inscripción donde se lee:

«Esta agua trajo el Maese del Campo Iván (Juan) de Texeda. Año de mil quinientos noventa y siete.»

Y debajo, un rostro tallado en mármol por cuya boca podemos imaginar que en algún momento brotaba el líquido. ¿Qué conexión existirá entre el nombre del callejón y la lápida?

Fuente del Chorro que le da nombre al Callejon

La indicación se ha preservado a lo largo de los años. Incluso cuando en 1854 se reconstruyó la pared que la albergaba, se procuró cuidarla y volverla a colocar en el sitio original, como testigo de un momento importante en la historia de la villa.

Plaza e inscripcion que anuncia al Callejón del Chorro

Al costado, debajo del letrero referencial y tradicional de las calles cubanas, otra inscripción nos aclara:

«En este Callejón del Chorro derramaba la Zanja que surtía de agua a la ciudad en el año 1592 como su único acueducto.»

Nos vamos dando cuenta, entonces, de que estamos en un sitio trascendental, con mucho que contar.

La Real Zanja y el callejón

La Habana de fines del siglo XVI era una ciudad en expansión que carecía de una fuente regular de suministro de agua potable. Se crea entonces la llamada «Zanja Real», un canal excavado en el suelo con más de 11 kilómetros de largo que llevaba el agua desde el río Almendares, antes de la Chorrera, hasta el interior de la ciudad poblada.

Turistas disfrutan del fresco de las sombrillas de los cafe en el Callejón del Chorro

En su época fue la obra ingeniera más importante de la villa, pues constituyó su primer acueducto y la primera construcción de su tipo realizada por los españoles en el llamado «Nuevo Mundo». Llegaba, inicialmente, a cuatro fuentes de abasto. Una de ellas se encontraba, precisamente, en el Callejón del Chorro, a la que acudían constantemente los capitalinos. Además, desde allí la conductora se bifurcaba en tres ramales que conducían el agua hasta las tropas del puerto, las fortalezas de La Habana y el ganado de las inmediaciones.

Vista del interiror de la paladar Doña Eutimia justo en el Callejón del Chorro

La Zanja que vertía en el Callejón del Chorro fue la principal vía de abastecimiento vital hasta 1835, cuando se creó el Acueducto Fernando VII. A partir de entonces y hasta el siglo XX, continúa prestando servicios sólo para algunas zonas de la ciudad de extramuros, para regadío y otras funciones.

¿Qué encontramos hoy?

En la actualidad, el Chorro es un callejón por lo general apacible, adoquinado aún, que se llena de vida y sorprende entonces con sus ofertas artísticas y culturales. En él se puede degustar de la culinaria y la repostería cubana, adquirir obras de arte o disfrutar de temas musicales en vivo, interpretados igualmente por un guitarrista que por un joven capaz de sorprendernos con la ejecución del violín.

Cafe Orozco en el Callejón del Chorro

En ese universo particular encontramos varios pequeños restaurantes privados o paladares, donde nos deleitarnos con excelente comida. Unos se hallan al aire libre y otros más resguardados, como Doña Eutimia, que es considerado por algunos visitantes como el número uno entre las ofertas de los alrededores, por la excelente atención, el buen servicio y las deliciosas recetas a precios moderados.

Vista del interior del Taller Experimental de la Grafica de La Habana

También a la derecha de la entrada se halla otro sitio en el que pueden adquirirse obras de reconocidos artistas de la plástica cubana, la Galería Víctor Manuel, perteneciente al Fondo de Bienes Culturales. Está situada donde antaño existiera la primera Casa de Baños Públicos de la ciudad, colindante con la Casa del Marqués de Aguas Claras. El trayecto es un rápido pero intenso recorrido por la historia pasada y presente de La Habana que conocen en todo el mundo.

Cerca del Callejón del Chorro

Paladar Esto no es un Cafe en el Callejón del Chorro

Cerca del Callejón del Chorro, La Habana espera con más espacios singulares llenos de historia: el Museo de Arte Colonial, la Plaza de la Catedral, la Bodeguita del Medio, la Casa de la Obra Pía y el Seminario de San Carlos, entre muchos otros para conocer y disfrutar.

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