Viajar a Cuba en familia

Viajar a Cuba en familia

Hace poco tiempo escuché decir a alguien que uno de los recuerdos más nítidos de su infancia era una mañana de juegos en la playa de Varadero. La arena fina, blanca y cálida toma forma de castillo postmoderno, rodeado de colinas que aún relucen en su mente, mientras sus padres se le enciman repetidamente desde una terraza para aplicarle crema protectora.

Quizás haya interpretaciones propias de la sicología que a mí, en lo particular, no me interesan. Lo que se apropió de mí al escuchar sobre aquella escena, fue la sensación de cariño y cercanía en la memoria de alguien que sin embargo vive lejos en la geografía, al otro lado del Atlántico.

Coche americano recorre las calles de La Habana

Y más extraño aún resulta el tiempo transcurrido desde entonces. Muchos años después de la experiencia y apenas con una foto familiar de aeropuerto para reforzarla, deslucida por la humedad, sus sensaciones parecen claras y certeras. ¿Imaginan cómo sería ahora para esta persona, con mayores comodidades y tecnología muy superior para captar cientos de imágenes y vídeos de nuestros momentos más felices?

Todo ha evolucionado, turísticamente hablando. Ese y todos los destinos de Cuba están dispuestos para los visitantes internacionales, listos para acoger a familias de todas partes y brindarles el entorno adecuado para una estancia agradable y quizás un poco más.

Cuba, hospedaje y experiencias para todas las edades

Más de cien hoteles en Cuba declaran que están diseñados para el turismo de familia o promueven la presencia de niños, bajo condiciones básicas aseguradas para su confort y recreo. Para ello cuentan con personal de elevado compromiso y profesionalidad, clubes infantiles, áreas de juegos y animación especializada para el público más pequeño. Gran Caribe, Brisas, Sol, Paradisus, Iberostar, Memories y Starfish están entre las cadenas  hoteleras que promueven viajar a Cuba en familia.

Piscina lista a primera hora de la manana

Pero algunos viajeros no los consideran suficientes o ideales para sus recorridos y deciden alojarse con familias cubanas. Muchos son los testimonios y comentarios sobre este tema en sitios webs y redes sociales, alabando la favorable experiencia y la oportunidad de compartir la realidad de otras familias en una sociedad diferente y llamativa. Además de la ventaja económica mutua, resulta una práctica enriquecedora.

A modo general, la mayoría coincide en que ha sentido mejores sensaciones en Viñales, La Habana, Cienfuegos, Trinidad, Morón y Camagüey, por citar algunos ejemplos, gracias a la oportunidad de percibir el amor y la preocupación de los anfitriones por los niños y ancianos. La posibilidad de una charla encantadora, la cordialidad en el trato, la posible presencia de mascotas y otros animales domésticos, los amplios espacios en áreas comunes y dormitorios, la flexibilidad de reglas, alimentación y horarios en un contexto relativamente informal, hacen gloriosos estos simples momentos cotidianos, al punto de influir en la duración de la estancia.

Hermosa vista desde la terraza de una casa particular

Algunos opinan que la cena incluida en casa es una ventaja fenomenal, pues tienen la posibilidad de solicitar el menú a la medida y además evita movimientos con niños en las noches después de largos días de paseo, para buscar un restaurante satisfactorio, más allá de los deliciosos sabores criollos propios de cada familia y región. En los hostales particulares no hay obligación de etiqueta, hay higiene directamente supervisada, diversidad de ofertas con calidad, dulces y recetas hogareñas, y dieta equilibrada con alimentos naturales y frescos.

En los burós de turismo, hoteles, agencias o desde las propias casas de hospedaje, también existe la posibilidad de reservar excursiones ideales para los más jóvenes o longevos. Las más llamativas, según algunas opiniones en Internet, pueden ser la visita a La Granja de las Tortugas, en el bellísimo Cayo largo, el espectáculo con leones marinos y delfines en el Acuario Nacional de La Habana y otros similares en los delfinarios de Varadero, Cienfuegos, Cayo Santa María, Jardines del Rey, Holguín y Santiago de Cuba.

Viajar a Cuba en familia

Igualmente, pueden ser verdaderamente atractivos los trayectos en trenes a vapor, las caminatas y exploraciones de la naturaleza. Un paseo en bote por la Cueva del Indio, en Viñales, el bosque petrificado de la Sierra del Chorrillo, en Camagüey, la Laguna del Tesoro en la Ciénaga de Zapata, y una visita al Zoológico de Piedra, en Guantánamo, con más de 300 esculturas de animales, pueden marcar la diferencia.

El destino más seguro del Caribe

Ninguna tierra es perfecta, tampoco sus habitantes. Entonces todo se resume a las probabilidades. En Cuba, estas son muy bajas. Es un país muy seguro, en comparación con la mayoría de sus similares en la región y el mundo. De hecho, ese acápite ha permitido el crecimiento sostenido del número de turistas extranjeros durante las últimas décadas.

Mujeres se divierten bailando en la casa de la musica de Trinidad

La fauna terrestre no exhibe especies venenosas ni fieras peligrosas para los seres humanos y las que podrían presentarse, como los cocodrilos, están controladas en zonas protegidas o de acceso limitado. Las probabilidades de un ataque de tiburón o de peces letales en las zonas empleadas para el baño recreativo, son prácticamente nulas, incluso para los practicantes del buceo.

Buzo en una inmersion en aguas de la plataforma insular cubana

En ese mismo sentido se ha pronunciado repetidamente la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su «Informe sobre la situación mundial de la prevención de la violencia» y Cuba ha utilizado esta ventaja para posicionarse como un destino turístico de «paz, salud y seguridad», amparada en sus eficientes índices sanitarios, altos niveles de instrucción educacional y elevado control sobre las armas. En vista de estos argumentos, ya se ha hecho conocida la entrega de reconocimientos a la isla como país seguro durante la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en España.

Vista Panoramica del Parque Central en La Habana

En cualquier caso, y más allá de las precauciones normales, las medidas que tomemos para proteger a nuestras familias nunca resultarán ociosas. Evitemos el consumo de productos alimenticios que no provengan de fuentes confiables, especialmente en nuestros paseos por las calles; apliquemos protector solar a niños y adultos, portemos sustancias repelentes de insectos; disminuyamos racionalmente los largos viajes por carretera y verifiquemos hasta donde nos sea posible el estado técnico de nuestros vehículos. Así estaremos listos para disfrutar de unos días familiares de lujo en la «Perla del Caribe» y llevarnos cada recuerdo posible, para guardarlo en un lugar especial de nuestra memoria.

En busca de la mejor opción

Gracias a la necesidad y voluntad de compartir experiencias en las redes sociales, actualmente resulta más sencillo encontrar coincidencias favorables en la información sobre Cuba, que facilite nuestra toma de decisiones en cuanto al hotel o casa donde nos vamos a alojar, con la oportunidad de comparar precios, tamaños, apariencia y comodidades para nuestra familia.

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