Como diría el gran sabio Don Fernando Ortiz, la cultura cubana es un «ajiaco» que, en términos de «pizza» vendría siendo como una «mixta» de muchas culturas de diversas partes del mundo.
Todo comenzó en La Habana Vieja y podríamos decir que además de ser uno de los centros históricos más impresionantes del Nuevo Mundo es el gran escenario donde espectáculos de todos tipos y formas, incluidos culinarios, conviven en feliz armonía.
Los restaurantes y «paladares», así se le llama en Cuba a una suerte de pequeño café o restaurant donde se sirven las más variadas elaboraciones populares, que ofertan comida italiana son mayoritarios. De los más de 100 establecimientos estatales o del sector privado que recoge AlaMesa, directorio de restaurantes y paladares de Cuba, que están ubicados en La Habana Vieja, más de la mitad tiene en su carta elaboraciones italianas.
Pero no nos adelantemos, lo mejor es comenzar por el principio, así que ¿cuándo llegó a Cuba la comida italiana?
La cocina italiana en la historia de Cuba
Podríamos decir que Italia llegó a Cuba desde su descubrimiento, pues el mismo Colón era italiano de nacimiento. Pero la comida italiana, no empezó a divulgarse y popularizarse en la isla hasta tres siglos después, en el XIX, cuando los menús italianos se convirtieron en un lujoso exotismo para la naciente burguesía criolla.
Los primeros restaurantes de comida italiana en La Habana surgieron en la primera mitad del siglo XX, Frascatti, en Prado y Neptuno; Doña Rosina y Montecatini, en el Vedado.
La comida italiana, en especial la pizza, fue un plato socorridísimo en Cuba durante los tiempos de escasez que siguieron al triunfo revolucionario de 1959, producto del bloqueo norteamericano. Tanta era la afición del pueblo cubano por la pasta redonda y tan alto su nivel de consumo que Gabriel García Márquez aseguró, en cierta ocasión, que el monumento a la Revolución Cubana, de hacerse, debía ser redondo, aludiendo a estos alimentos.
Durante las décadas de los setenta y ochenta, del siglo pasado, comer en una pizzería formaba parte de los entretenimientos de la familia cubana, de ahí que en muchos de estos lugares las colas fueran interminables. En los años noventa, surgió lo que puede llamarse la variante cubana de la pizza, comúnmente conocida como «la pizza cubana».
De pizzas «cubanas» y pequeñas paladares
Esta elaboración dista mucho de los patrones napolitanos, pero es disfrutable y hasta ha trascendido las fronteras cubanas. Por ejemplo, es común encontrar en establecimientos cubanos en otros sitios del mundo esta peculiar elaboración que se caracteriza por un tamaño más pequeño, los bordes ligeramente quemados por el calor del horno y el queso bien fundido.
En Cuba se sirve en plato o «doblada» sostenida por una hoja de papel. Puede ser consumida «de pie» o sentados en aquellos espacios un poco más lujosos, pero sépase también que varían los ingredientes y agregos con que son enriquecidas.
Los precios van en dependencia de lugar de consumo y las calidades del local. Pero debemos dejar clara una cuestión: a veces esas elaboraciones más «baratas» que suelen ofertarse en lugares no tan «atractivos», pueden resultar interesantes. Así que si está de pasada, digamos por la calle Obispo y «le pica el hambre», como dicen en buen cubano, haga su cola sin miedo en cualquier establecimiento o paladar pequeña y saldrá satisfecho en menos de 10 minutos.
Pero si dispone de algo más de tiempo y desea un almuerzo a la italiana en la capital de todos los cubanos, específicamente en el centro histórico, estos son los lugares que no debe dejar de visitar.
Cinco Esquinas Trattoria
Ubicada, muy cerca de la Loma del Ángel, ese barrio que fuera escenario de las andanzas de Cecilia Valdés y que en la actualidad es una de las zonas más atractivas y pintorescas del centro histórico habanero. Proyectos culturales comunitarios y una serie de negocios de temática gastronómica habitan en ese barrio, que no debe dejar de recorrer.
La Trattoria de las Cinco Esquinas, está situada específicamente en la calle Habana número 104, esquina a Cuarteles. Sirve desayunos y tiene además una variada oferta de coctelería a precios razonables. Su menú incluye no solo las variedades de pastas elaboradas artesanalmente en su horno de leña, sino que también se acerca a la comida mediterránea.
De las elaboraciones recomendamos especialmente la pizza calzone y unos canelones con cangrejos y espinacas que difícilmente olvidará!
El Mesón de Rosalía
Este local podríamos decirle que está especializado en comida cubana, mas su carta de platos italianos sencillos y sin pretensiones, lo dejarán más que satisfecho.
Está ubicado en la calle Egido número 504, entre Monte y Dragones; debe alejarse del centro histórico, acercándose un poco al Barrio Chino de La Habana. La pizza de la casa o mixta y los espaguetis con frutos del mar constituyen su mejor especialidad.
El Asturianito
Justo al frente del gran monumento de la República, que es el Capitolio Nacional, encontrará un edificio de la colonia que alberga tres restaurantes muy visitados y que gozan de gran fama entre los cubanos: D’Lirios, Los Nardos y El Asturianito. Los dos primeros especializados en comida cubana, española e internacional y el tercero, comparte las anteriores pero mantiene una carta de platos italianos, especialmente pizza, que lo han mantenido en el gusto de los locales y visitantes por más de una década.
El ambiente es acogedor, casi familiar. El local es climatizado; sin embargo, podríamos decir que lo único que conspira en su contra son las grandes filas o colas para entrar casi todos los días. Pero, sin dudas, vale la pena. Nuestra recomendación es su pizza mixta.
Comida italiana a la cubana
La riqueza culinaria que encontrará en las calles de La Habana será innegable, las elaboraciones italianas son tan solicitadas y casi tan cubanas como el lechón asado. En cualquier esquina, portón o ventana, el delicioso olor del queso, la harina y otros ingredientes le animarán a probar estas cubanísimas recetas. ¿Se anima a comprobarlo?