Conduciendo a Baracoa por el Viaducto La Farola

Conduciendo a Baracoa por el Viaducto La Farola

La provincia de Guantánamo es la más oriental de Cuba, su capital provincial posee el mismo nombre y se encuentra al sureste de la Llave del Golfo. Allí se ubica Baracoa, hacia la costa norte. Esta ciudad fue la primera de las 7 villas fundadas en 1500 por los españoles. Le siguieron Bayamo, Santiago de Cuba, Puerto Príncipe, Trinidad, Sancti Spíritus y la actual capital, San Cristóbal de La Habana.

Esta primera villa llamada en aquel momento Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa se encontraba aislada por tierra del resto de Cuba debido al macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa. Tal situación quedó solucionada solo en los años 60 del pasado siglo XX, después del triunfo de la Revolución Cubana, cuando se construyó la asombrosa vía de acceso, conocida como el viaducto de la Farola. Si escoge esta ruta para llegar a Baracoa podrá descubrir impresionantes paisajes a lo largo de sus 55 kilómetros, y una carretera donde los manantiales naturales, las orquídeas y los lirios silvestres le sorprenderán a su paso.

¿Por qué el Viaducto La Farola es una de las maravillas de la ingeniería civil cubana?

Cartel que anuncia en el punto que comienza el viaducto La Farola

Ganó su inclusión entre las 7 maravillas de la ingeniería civil cubana debido a la agudeza en las técnicas constructivas empleadas y a la proeza que significó su ejecución.

Esta vía se inauguró en 1965 y su construcción era indispensable porque facilitaba la comunicación, por tierra, de Baracoa con el resto de la isla. Otras carreteras de acceso ofrecen recorridos mucho más largos, con cuestas difíciles, entre otras dificultades.

La cimentación de esta vía ofrecía no pocos retos a sus proyectistas. El primero era la imposibilidad de usar dinamita, como se hace tradicionalmente en este tipo de trabajos, pues las rocas de serpentina que conforman este paraje podían perder fortaleza además de provocar deslizamientos de tierra. Debido a estas condiciones físicas, en los tramos donde no se podía crear la carretera sobre el suelo, se levantaban secciones voladizas sobre el precipicio, empleando vigas prefabricadas de hormigón armado, ancladas a la roca y fijadas a través de dados de hormigón fundidos en el lugar.

Tal empresa se creía imposible y los más de 500 obreros que en ella trabajaron arriesgaron su vida en maniobras peligrosas para determinados tramos. Esta vía de acceso posee 11 puentes voladizos y llega a contar con alturas de más de 500 metros sobre el nivel del mar.

En las mayores elevaciones los obreros trabajaron con martillos neumáticos, para poder anclar en las laderas de la montaña los tramos de vía. Se dice que tal hazaña de la ingeniería cubana solo tiene similares en las rutas Berno–Zurich, en Suiza, y Nápoles–Roma, en Italia. El viaducto cubano pertenece a la Vía Azul, carretera de 154 kilómetros que unió a Guantánamo con Baracoa.

Sugerencias para disfrutar esta ruta

Almendron en los campos de Guantanamo

Esta atractiva ruta de acceso a Baracoa puede recorrerla en los autobuses, por ejemplo de la línea Víazul, que salen de Guantánamo rumbo a Baracoa dos veces al día. Pero debe saber que estos transportes no hacen paradas en el medio del trayecto, lo que conllevaría desaprovechar el paisaje, o bien la oportunidad de refrescarse en los manantiales naturales y poder llevar fotos como recuerdo.

Recomendamos alquilar un taxi privado con un chofer experimentado, pues es aconsejable que este se encuentre familiarizado con las muchas curvas del viaducto La Farola; además el precio será una tarifa fija. Este conductor sabrá qué puntos son los mejores y más seguros para tomar una instantánea. Tal opción resulta mejor que la de alquilar un auto de alguna de las empresas nacionales, donde el costo con taxímetro puede ser mayor. No le sugerimos que conduzca un auto, debido a que la carretera puede resultar compleja para quienes no la conozcan.

Cartel que alerta a los conductores la complejidad del viaducto La Farola

Otro consejo sería viajar en la estación seca de la isla, que va desde noviembre hasta abril, pues el viaducto puede resultar peligroso por los deslizamientos de tierra en época de lluvia.

Un recorrido verdaderamente sorprendente

Centro de la ciudad de Guantanamo

El viaje puede comenzar en la ciudad de Guantánamo tomando la árida costa sur hasta llegar a Cajobabo. Justo en este sitio la carretera se enrumba hacia el norte, siguiendo el viaducto La Farola, hasta alcanzar el gran premio: Baracoa.

Ciudad de singular belleza creó a lo largo de los siglos una identidad particular, debido al relativo aislamiento que padecía por tierra. Enriquecida culturalmente con la llegada de colonos franceses que huían de la revolución haitiana, Baracoa creció con el cultivo del café que estos traían y, por otra parte, del contrabando marítimo.

El inicio de la espectacular ruta comienza en Cajobabo. Allí hay un sitio histórico de belleza natural conocido como Playitas de Cajobabo. Es un pequeño balneario con pocos metros de arena y piedras, a los pies de un espectacular farallón de 70 metros de altura.

Playa rocosa en Guantanamo

En este sitio desembarcaron los independentistas José Martí y Máximo Gómez, en abril de 1895, para reanudar la guerra por la libertad de Cuba. Como marcadores de este acontecimiento vital para los cubanos, se encuentran varias tarjas de mármol donde aparecen grabadas frases de estos célebres hombres.

Junto a la carretera que conduce a la playa se encuentra un pequeño museo dedicado a exaltar el hecho histórico. El museo fue la casa de Salustiano Leyva, quien conoció a José Martí y Máximo Gómez y en cuya morada descansaron, después de su travesía por mar, para tomar fuerzas y continuar la marcha.

En la zona se encuentra también el Campismo Cajobabo, una opción de mucha aceptación entre los cubanos en la que se puede disfrutar de la naturaleza y realizar juegos recreativos diversos.

Locales montados en caballos se saludan en una zona rural de Guantanamo

Notará que, en la carretera que viene de Guantánamo, el paisaje es semidesértico, único de su tipo en Cuba, por lo que contemplará una vegetación marcada por los cactus y otras plantas de tal tipo de clima. Sin embargo, a medida que comienza el ascenso por el viaducto de La Farola, esta comienza a cambiar poco a poco, hasta transformarse en una selva lluviosa, con helechos, entre los que se encuentran los arborescentes. Varios manantiales de agua fresca y limpia, sorprenden atravesando la vía, también lirios y orquídeas silvestres de brillantes colores que parecen sembrados a propósito.

Si observa con cuidado es posible que observe, trepando por alguna planta, algún ejemplar de los famosos caracoles coloridos llamados polimitas, polymita picta, endémicos de Cuba, en particular de esta zona de la isla. Las vistas a medida que se asciende son espectaculares. El punto más alto de este viaducto es el mirador Alto de Cotilla.

Una parada obligada: el mirador Alto de Cotilla

Hermosa vista panoramica desde uno de los puntos del viaducto La Farola

Se encuentra a más de 500 metros sobre el nivel del mar. Hay quien asegura que en días despejados es posible ver la costa norte y la sur desde este punto y que en las noches se perciben, en la distancia, las luces de Haití.

El mirador posee una torre desde la cual se tiene una magnífica vista a la redonda, del camino recorrido y del que queda por desandar. Está rodeado de altos y frondosos pinos que ululan con la constante brisa amenizando la estancia.

Un verdadero desafío para los ciclistas

Una de las formas que gana popularidad y es muy utilizada para recorrer esta ruta es el ciclismo. Muchos buscan vivir una experiencia más real, en contacto con lo natural y respirar el más puro oxígeno.

En solamente 55 kilómetros podrá retarse a sí mismo en la intrépida subida que va desde el nivel del mar hasta a más de 500 metros de altura sobre este, para descender nuevamente hasta llegar a la hermosa ciudad de Baracoa.

Una vez en la Primada de Cuba…

Turista toma fotos del Yunque de Baracoa

Puede hospedarse en un hotel o en una casa particular. Uno de los más visitados es el Hostal La Rusa, ubicado en el Malecón de la villa. Es un sitio pequeño, pero acogedor. Otros lugares ideales para el descanso son el Hotel Porto Santo, El Castillo y Villa Maguana. No deje de ver el impresionante paisaje del Yunque de Baracoa que tanto cautivó a Cristóbal Colón. Tampoco se pierda la antigua iglesia de Nuestra Señora de la asunción de Baracoa, donde se encuentra la Cruz de la Parra, evidencia del paso de Colón por esas tierras y la única en existencia en toda América. Y por supuesto, deguste el rico cacao, el café y el coco que se cultivan en esta fértil tierra y que identifican a Baracoa.

El Viaducto la Farola, un camino y mil paisajes

Cajobabo

Hoy el viaducto de La Farola se erige como una vía rápida de acceso a la hermosa villa de Baracoa. Esta ruta cuenta con los más hermosos paisajes del oriente cubano, al intrincarse en un sistema montañoso con características de selva tropical, en alto contraste con la zona desértica que deja atrás en Cajobabo e Imías. No se pierda esta experiencia en la isla de Cuba, a través de un viaducto muy especial.

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