Cuba tiene más de un malecón

Cuba tiene más de un malecón

Lo que comenzó siendo un inmenso reto humano de ganarle terreno al mar terminó siendo, con los años, un conjunto de admirables obras donde la gran masa de agua y la ciudad se abrazan para formar un todo inseparable.

Los malecones, esas estructuras ingenieriles, casi como balcones o antesala de la inmensidad azul, recogen gran parte de la historia, la cultura, los valores de la sociedad que protege; no solo del mar, sino también del tiempo.

Coche antiguo americano de los años 50 circula por el Malecon habanero

Son varios los muros dispersos por toda la isla cubana. Algunos de ellos son, eufemísticamente, llamados así por sus habitantes aun cuando sus características y extensiones no clasifiquen como tales. Sin embargo, todos esos pedazos de diques recogen lamentos, decepciones, proyectos, anhelos, aspiraciones y esperanzas; sentimientos que solo lugares como esos podrían reunir durante años.

Entonces le describo algunos de los muros más famosos de Cuba para que los visite y recorra, si está de paso por esas provincias.

El mayor está en La Habana

Indiscutiblemente el de mayor reconocimiento y no solo en Cuba. Ha sido identificado con el hermoso epíteto del banco más largo del mundo gracias a sus 8 kilómetros de extensión. Los arrecifes poblaban la zona que hoy ocupa y no sería hasta 1901 en que se iniciarían las primeras obras.

Vista del Malecon habanero en la zona de Centro Habana

El proyecto primigenio se debe al ingeniero Francisco de Albear, el mismo que construyera el acueducto que aun abastece a la ciudad de La Habana, considerado una de las siete maravillas de ingeniería civil cubana.

El Malecón de La Habana fue construido por tramos. El primero desde el Castillo de La Punta hasta el parque Maceo, localizado en Centro Habana; luego hasta los inicios de la calle Línea, justo frente al monumento a las víctimas del acorazado Maine, en el Vedado y posteriormente hasta La Chorrera, donde concluye 30 años después de haberse iniciado.

Pescadores prueban su suerte en el Malecon habanero

Es un sitio que te atrapa por su embrujo, su magia y la capacidad para reinventarse en cada tramo del litoral que recorre. Ofrece una oportunidad inigualable para acercarse a los cubanos “de a pie”, como suelen decir, y conocer bien de cerca la manera en que interactúan entre sí.

Lugar para enamorados, músicos, vendedores ambulantes, bailarines, humoristas, religiosos, estudiantes, apasionados todos por una ciudad única bañada también por un mar único.

Cienfuegos también tiene su malecón

Fue construido en la ciudad de Cienfuegos en 1930 gracias a la iniciativa de sus vecinos. Vecinos que también quisieron tener su paseo marítimo al poco tiempo de saber que La Habana había comenzado a construir el suyo.

Pescador descansa y fuma un cigarro en el Malecon de Cienfuegos

Es una de las construcciones que identifican a la ciudad conocida como «La Perla del Sur», aproximadamente a 250 km de La Habana. Comienza en el paseo El Prado y se extiende hasta La Punta, en la bahía de Jagua. Muy similar al habanero optó por diferenciarse de aquel gracias a los numerosos cocoteros que la flanquean y que refuerzan la idea de una ciudad caribeña.

Es uno de los sitios más concurridos en las noches cienfuegueras, testigo de eventos acuáticos y exhibiciones náuticas, pero también de las tradicionales fiestas populares, comúnmente llamados «carnavales».

Es un área que se caracteriza por un hermoso paisaje en el que destacan las montañas pertenecientes a la Sierra del Escambray y se hace eco de la fama de la que goza la ciudad, al ser descrita como una de las más limpias de toda Cuba.

Cienfuegos, viajero toma foto de la bahia desde el Malecon

Un precioso espacio que también convida a todos los que prefieren compartir sus secretos con el mar y el muro que lo contiene.

Malecón en Baracoa, con leyenda y todo

Posee 2 kilómetros y está considerado el segundo mayor de Cuba, después del Malecón de La Habana. Su origen data de la década del 50 del siglo pasado, una vez más gracias a colectas públicas y el interés de los moradores de Baracoa por asomarse al mar Caribe.

Jeep UAZ circula por el malecon de la ciudad de Baracoa

Es el espacio público más utilizado en la «Ciudad Primada de Cuba» y se diferencia de los anteriores por contar con medidas diversas en varios tramos del muro: 7, 14 y 16 metros de ancho. Acoge a las principales actividades y eventos de la localidad, ya sean deportivos, campesinos y los habituales carnavales.

Se prolonga desde la Plaza Cacique Hatuey, en homenaje al bravo aborigen que enfrentó a los colonizadores y fue quemado en la hoguera, hasta el Fuerte Matachín, segunda edificación militar destinada al enfrentamiento de la piratería en el siglo XVIII y XIX.

La gran diferencia entre el Malecón baracoense y los anteriormente citados radica en la existencia de una leyenda alimentada por los enamorados. Durante siglos se habla en Baracoa de la extraña luz de Yara, una rara luminiscencia que se atribuye al alma errante de Hatuey, luego de ser quemado, y al amor de su mujer, Yara, quien penó por la pérdida de su amado.

Muchachos en bicicleta en Baracoa, al fondo el Malecon

Sustentada por la tradición oral y devenido en uno de los mitos más antiguos de la zona oriental, muchos jóvenes la perpetúan al frotar prendas de oro, alusivo al metal otrora abundante en esas tierras, contra el muro del malecón para producir luz en señal de amor.

Otros malecones en Cuba

Matanzas

Casas en el Malecon de Matanzas

Bordea la costa sur de la inmensa bahía que distingue a la ciudad y desde él se puede disfrutar de una vista inigualable de la otra parte de la «Atenas de Cuba», sobrenombre que también identifica a Matanzas. En él se localizan pequeñas áreas utilizadas como playas por los lugareños.

Puede apreciarse si va de camino a Varadero pues es el viaducto que conduce hacia el principal balneario de Cuba. Pero también si prefiere viajar hacia el centro del país utilizando el circuito norte, un recorrido poco transitado pero en el que se sentirá permanentemente acompañado por las aguas azules de la isla cubana.

Gibara

Muchachos nadan en las aguas del Malecon de Gibara

Localidad ubicada a 32 kilómetros de la ciudad de Holguín, provincia a la que pertenece. Conocida como la «Villa Blanca de Holguín» es un pueblo marítimo con un turismo creciente gracias a la celebración del Festival de Cine Pobre, a realizarse cada año en el mes de abril; elevaciones naturales como La Silla y el sitio de Bariay, lugar por donde desembarcó Colón, según afirman los historiadores cubanos.

Teniendo el mar como protagonista, Gibara posee un malecón que bordea su bahía. Muy visitado por locales y viajeros es un sitio atractivo desde el cual se disfruta no solo del mar sino del paisaje que caracteriza a esa zona.

Malecones cubanos para conocer y recorrer

En Caibarién, Villa Clara, en Puerto Padre, Las Tunas, en cualquier ciudad cubana que mira al mar hallará un pedazo de muro que va más allá de fungir como un simple rompeolas. Todos tienen elementos comunes que los agrupan: son espacios ideales para tomar fotos, respirar el aire puro, practicar ejercicios, conocer a los locales y disfrutar de excepcionales puestas de sol. Entonces, no pierda la oportunidad de conocer a la gente, y al mar, en cada ciudad costera cubana.

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