La Casa del Agua y una historia de La Habana Vieja

La Casa del Agua y una historia de La Habana Vieja

¿Cansado de andar por la Habana Vieja? ¿El día está muy caluroso y necesita hidratarse? Con las puertas abiertas para el caminante sediento está la singular Casa del Agua “La Tinaja”, un establecimiento dedicado a vender ese líquido, filtrado con antiguos métodos. De paso, es una oportunidad para conocer una historia oculta de la ciudad maravilla del Caribe.

Dependiente de la casa del agua La Tinaja sonrie a la camara

Este sitio curioso está medio escondido cerca de la Plaza de Armas, casi al final de la populosa calle Obispo, si recorremos la vía en dirección al mar. Es muy pintoresco y apenas lo identifica un letrero grabado en el vitral de encima de la puerta, pero bien vale dedicarle unos minutos.

De cuando el agua era oro en La Habana

El curioso lugar de la calle Obispo lo inauguraron en 1994 para recordar los tiempos, hace centurias, cuando la antigua villa de San Cristóbal de La Habana tenía varios sitios semejantes destinados a brindar agua a los pobladores de la colonia.

Vasos con agua potable

El problema del agua potable estuvo desde el origen mismo del asentamiento actual de La Habana en 1519, que por cierto se fundó cerca del lugar al que le invito y es recordado con el monumento de El Templete. Por entonces había escasez del líquido y la naciente ciudad, con la mayoría de sus edificaciones de una y dos plantas, era cubierta en todos sus puntos por un sol inclemente.

La ubicación de la villa, al interior de la bahía de bolsa, era ventajosa para el comercio, pero el más cercano río (Almendares) quedaba a varios kilómetros del perímetro de la población. El agua era traída desde allí a la urbe.

Rio Almendares atravenzando el Bosque de La Habana

Muchas soluciones se intentaron, entre ellas una de 1544 que proponía construir una zanja revestida de piedras, una especie de afluente artificial para desviar agua del río a La Habana. La Zanja Real se terminó en 1592 bajo la supervisión del famoso ingeniero Juan Bautista Antonelli. Fue tan importante este acontecimiento que en el Callejón del Chorro, donde desembocó el afluente, el entonces gobernador de la colonia hizo grabar en piedra un homenaje al hecho.

¿Cuál es el origen de la Casa del Agua?

Muchos años después, en 1831, se comenzó a construir un nuevo acueducto, el Fernando VII, pero no resultó y la Zanja Real continuó cumpliendo su función. Sin embargo, como el agua del río era turbia se recogía y “curaba” en vasijas de barro cocido. Entonces proliferaron los negocios para expender agua tratada, como el conocido “Agua de Soda del Sr. Crespo”, en la planta baja del Palacio de Gobierno.

Tinajas usadas para filtrar el agua

La solución definitiva llegó en 1857 con la propuesta del ingeniero Francisco Albear, cuyo acueducto terminado en 1893 aún se utiliza. La fundación de la Casa del Agua “La Tinaja” es un homenaje a todos los que trabajaron por resolver este problema de los habitantes de la capital cubana. Su primer aguador fue el simpático migrante gallego Pedro Pablo Oropeza Martínez, quien acostumbró a los viajeros asiduos al centro histórico a recibir un vaso de agua cristalina acompañado de un amistoso:

“¡Qué tal carallo!”

Dentro de La Tinaja

Interior de la casa del agua La Tinaja

Esta es la única Casa del Agua de la ciudad y abre cada día desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde. Todo lo que he contado hasta ahora, y más, se conoce en la Casa del Agua “La Tinaja”, que termina siendo una especie de museo del líquido potable. La historia se muestra en una de sus paredes un cartel donde detallan los antecedentes del peculiar establecimiento.

Es una dependencia del restaurante La Mina, donde se ofrece exquisita comida cubana tradicional y en su segunda planta se puede ver una galería que muestra obras de los mejores pintores cubanos, entre ellos Pedro Pablo Oliva, Roberto Fabelo y Zaida del Río.

Casa del agua La Tinaja

Me cuentan que son muchos los caminantes que llegan cada día a saciar su sed o a retratarse en el simpático lugar, pequeñito pero llena de fotografías y otras curiosidades. Mirando las paredes uno conoce que hasta allí han llegado periodistas famosos, artistas, políticos norteamericanos y españoles, el Historiador de la Ciudad Eusebio Leal, o gente común de Cuba, Holanda, Costa Rica, Honduras… Todos agradecen la hospitalidad recibida allí.

Turista toma fotos cerca del la casa del agua La Tinaja

El líquido se filtra en tres tinajas de barro cocido, unos artilugios de reliquia, como se hacía en los años de la colonia. Es límpida y fresca, muy saludable y muchísimo más barata que las botellas que se venden en las tiendas cercanas. Cada vaso cuesta apenas dos pesos cubanos o 10 centavos de dólar.

Descubrir un lugar insólito de La Habana

En las cecanias de la casa del agua La Tinaja

Puede ser que haya pasado cerca de la Casa del Agua “La Tinaja” y no lo haya notado. Hay muchas atracciones en su entorno, como El Templete, el Café El Mercurio, el Museo del Automóvil, el Palacio de los Capitanes Generales, el Castillo de la Fuerza. Pero ahora ya sabe que este lugar peculiar existe y no pierda la oportunidad de conocerlo. Allí lo recibirán amistosamente, calmará su sed y le revelarán algo más de las historias ocultas de La Habana,próxima a cumplir sus 500 años.

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