La Habana se acicala por sus 500 años. Junto con la restauración de edificios, construcción e inauguración de nuevos inmuebles como hoteles, complejos recreativos y sitios de interés histórico y patrimonial, la ornamentación de la Ciudad Maravilla constituye uno de los puntales en el amplio movimiento en el que está inmersa para celebrar esa importante fecha. Este proyecto de embellecimiento se vio muy beneficiado por la XIII Bienal de La Habana, que supo combinar en ese maratón artístico la reflexión y el goce visual, pues las calles habaneras acogieron multitud de instalaciones artísticas y performáticas, muchas de las cuales fueron diseñadas para permanecer en el espacio urbano.
Como parte de las muestras colaterales de la bienal fue emplazada en la Avenida del Puerto una enorme bicicleta de 7,50 metros, regalo de la artista camagüeyana Martha Petrona Jiménez, a la capital de todos los cubanos.
La escultura se titula “Contra viento y marea” y según palabras de la creadora es una obra soñada e imaginada, acabada, en el entorno del centro musical de excelencia de la Iglesia de Paula sobre la huella de lo que realizaron ahí intelectuales y artistas precedentes.
Para la pintora, ceramista, escultora y Premio UNESCO 1997, “Contra Viento y Marea” habla de lo que significa ir en esa inmensa bicicleta, cargando nuestra propia casa que es como cargar nuestros sueños, nuestra fe, nuestras aspiraciones, todo cuanto de bueno y noble existe.
No se trata de una obra feminista. Muchos podrían pensar que el gran artilugio de acero, conducido por una mujer en esa alameda antigua se inscribe en ese movimiento; sin embargo, la autora ha explicado que su idea ha sido la de resaltar la acción de la mujer, de su carga de amor y de todo lo que lleva consigo en su avance, rompiendo tabúes y venciendo obstáculos.
La Cuba de las bicis
Fue en los años 90 cuando en pleno “período especial”, los cubanos se vieron obligados a buscar alternativas para moverse en sus respectivos pueblos y ciudades. La Habana no estuvo exenta de esa necesidad y las socorridas bicicletas chinas marca “Forever” comenzaron a formar parte del panorama citadino, así como el clin clin de sus campanitas que era, casi, una sinfonía en aquellos tiempos.
Aún plagada la urbe capitalina de esos artilugios que cargaban todo tipo de cosas inanimadas o vivientes, La Habana nunca se preparó adecuadamente desde el punto de vista vial para el tráfico de ciclistas.
En la actualidad tampoco se hace mucho al respecto y es curioso porque precisamente una de las aspiraciones de esa urbe es convertirse en una ciudad moderna. En ese sentido debiera tenerse en cuenta que ya no es tanto una necesidad el tema de andar en bicicleta, como una cuestión de conciencia ciudadana, en torno a un movimiento que crece cada día y apuesta por la energía renovable y las prácticas saludables como ejercitarse al aire libre.
De la autora y su obra
Martha Petrona Jiménez es una mujer de vanguardia del arte contemporáneo cubano y cuenta con numerosas exposiciones colectivas y personales de diverso formato en otros países.
En Turquía, por ejemplo, la artista ha dejado su impronta en la ciudad de Eskisehir con algunas esculturas monumentales como “La Equilibrista”. Pero la que nos ocupa en este artículo, “Contra viento y marea”, es su mayor pieza hasta ahora y por supuesto quedará expuesta con carácter permanente en el Centro Histórico habanero para el deleite de transeúntes foráneos y locales.
La Alameda de Paula
Si está de paso por la Habana o pretende visitarla próximamente le recomendamos visitar la Alameda de Paula, en la Avenida del Puerto. La enorme pieza escultórica fue instalada allí, muy cerca de los Antiguos Almacenes de la Madera y el Tabaco. Este complejo cuenta con una cervecería artesanal, de fabricación alemana, y su ambiente es muy movido, con la presentación de grupos musicales. También tendrá a su alcance unas hermosas vistas de la bahía que seguramente disfrutará.
Pero, fíjese bien, la Alameda de Paula es uno de los sitios de La Habana donde la historia puede respirarse. Data de 1777 y lleva ese nombre por su cercanía a la Iglesia de San Francisco de Paula, en la actualidad sede de un conjunto de música antigua llamado Ars Longa, cuyas presentaciones también le sugiero no perderse porque son exquisitas. Cuenta además con un espacio expositivo para valiosas obras de connotados artistas contemporáneos de la plástica cubana.
Posee una columna de mármol dedicada al que fuera Capitán General de Cuba, Leopoldo O’Donell y también una escultura de tamaño natural del poeta nacional de la isla, Nicolás Guillén, obra del destacado artista José Villa Soberón.
Una nueva obra en un paseo antiguo
La configuración de este paseo peatonal ha cambiado mucho a lo largo de los años; sin embargo, ha sido para bien. Es un espacio público con posibilidades de uso sociocultural, y posee un sitio arqueológico donde se muestran los cimientos de la sacristía. De conjunto, con árboles, bancos, verjas y farolas es un lugar fresco, que invita al descanso y la contemplación, sobre todo de lo mejor del arte cubano actual.