Son famosos los ríos de Baracoa, ya sea en la literatura local, el cine o la historia estos afluentes han sido motivo de escenas, descripciones o suscesos latentes para la sociedad cubana.
Por ejemplo, cuenta la historia cubana que por el río Duaba desembarcó el General Antonio Maceo, figura trascendental en las guerras emnacipadoras cubanas, suceso que marcó el reinicio de la última guerra mambisa. Desde 1979 exhibe el título de Monumento Nacional por haber sido testigo fiel del icónico acontecimiento para el devenir cubano.
Por su parte, el río Miel trascendió las fronteras cubanas gracias al filme «Miel para Oshún» del cineasta cubano Humberto Solás, rodada en el año 2001. Sin embargo, el Toa es el principal pues ostenta la condición de ser el más caudaloso de la isla, considerado por los especialistas como el mayor productor de agua en Cuba.
Amenazados por las persistentes agresiones del hombre y las industrias, así como por las constantes sequías, los ríos de Baracoa resurgen y continuan su cauce hacia el mar para abrazarse en esa hermosa simbiosis natural.
La vida cerca de un río en Cuba
Numerosos cubanos se benefician de sus torrentes, ya sea para saciar la sed de la tierra donde crecen sus cultivos, fundamentalmente el cacao, satisfacer las necesidades de sus animales o estimular el desarrollo de las zonas forestales que, muy cerca de sus márgenes, se elevan frondosas acogiendo especies diversas.
Los paisajes en los alrededores de estos afluentes deslumbran por su belleza y conservación. En algunos de ellos es posible navegar en varios tramos, lo que permite disfrutar de la vegetación, la fauna y hasta tomarse un tiempecito para sumergirse en sus refrescantes márgenes. Y mientras transcurre ese momento podrá observar cómo acontece la vida de los habitantes locales alrededor de sus ríos. Tómese su tiempo y con su cámara capte fotografías inolvidables en zonas apartadas y únicas a la vez.
Una curiosa tradición cubana: lavanderas de Baracoa
¿Imagina lavar su ropa sin la ayuda de una máquina? Pues esta es una de las escenas más comunes en Baracoa. Lavar según la vieja tradición implica introducirse en el agua, según la profundidad escogida, para lograr un mejor resultado.
Muchas lavanderas alegan que allí es más efectivo porque hay mucha agua. Y ciertamente aprovechan los espacios donde el torrente es mayor, sin ser caudaloso, claro, porque se corre el riesgo de perder la ropa.
Trasladan los bultos en grandes cestos tejidos que llevan sobre sus cabezas con gran destreza, como también lo hacen con vasijas llenas de agua. Resulta curioso como golpean las piezas con paletas hechas en madera argumentando que así se le extrae mejor la suciedad. Lo hacen sobre piedras y colocan debajo las piezas más viejas para con el fin de protegerlas. Hay quienes llevan pequeñas mesas de madera que colocan en medio del río y sobre ella realizan la ancestral faena.
Cuando divise esta inusual actividad localice algún sitio en los alrededores, una elevación podría ser entre las tantas que allí existen, desde donde pueda obtener instantáneas excepcionales. Estos motivos inspiraron a numerosos fotógrafos cubanos en épocas pasadas, como es el caso de José Tabío Palma, quien realizó una atractiva serie con la cual documentó la tradicional ocupación.
La cotidianeidad de los baracoeses rurales
Pintorescas escenas podrá contemplar en estos sitios. Una de las más comunes es la de asear a los animales, fundamentalmente caballos, y mientras lo hacen un poco de agua también satisface a los dueños.
En épocas de verano, estos afluentes se convierten en verdaderas playas. Con frecuencia le escuchará decir a los cubanos que no hay nada cómo un río para refrescar verdaderamente del calor en Cuba. Y no es menos cierto, el correr del agua la mantiene con una temperatura que mucho mitiga el sofocante clima que allí se vive buena parte del año.
Otra de las curiosidades que podrá apreciar es la de transportarse en «cayuca». La cayuca es una especie de balsa hecha con caña brava, planta similar al bambú que prospera en zonas aledañas a los ríos. Es uno de los medios de transportes históricamente más utilizados en Baracoa, sobre todo para surcar el río Toa gracias a su caudal. En ella trasladan pequeñas mercancías de un lugar a otro, se acercan a sitios de mayor asentamiento, incluso numerosos niños son llevados a la escuela en este medio tan popular.
«Osiel del Toa», un documental cubano realizado en los primeros años de la creación del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), captó escenas impresionantes que ilustran la vida de los habitantes de la zona y su dependencia de la embarcación. Una hermosa obra que mucho disfrutará al verla, ya sea antes o después de viajar a esa región.
Subirse a una cayuca puede ser una experiencia interesante para recorrer parte de aquellos parajes. No le recomiendo intentar conducirla porque requiere de cierta habilidad y fuerza; no es tan sencillo como parece. Pero le aseguro que tendrá intensas viviencias navegando en un ambiente sencillo, limpio y sosegado.
Imágenes para excelentes series fotográficas de Cuba
Ya sea en el Miel, Duaba, Yumurí o Toa, los ríos de Baracoa aseguran hermosas y auténticas imágenes de una Cuba alejada de los circuitos turísticos más transitados. Le serán muy comunes mientras avanza en los múltiples senderos que puede tomar en la «Villa Primada de Cuba». Son pequeñas pinceladas que nos devuelven a un mundo tranquilo y natural para disfrutar en toda su inmensidad.