Cuando llegue a Cuba, existe una gran posibilidad de que se enamore de ella a primera vista. Aproveche para recorrerla y vivirla intensamente y no se arrepentirá.
Para disfrutar del viaje, puede seguir el orden que aquí le propongo, un recorrido muy sugerente donde podrá optimizar el tiempo si solo cuenta con una semana en Cuba: conozca La Habana, luego Varadero, siga hasta Trinidad y de regreso visite Viñales.
Mi propuesta de recorrido por el Occidente y Centro de Cuba
La Habana con su sonrisa única
La Habana le sonreirá desde que ponga un pie en ella. Con su mar a flor de piel, su brisa y su olor a costa, su mezcla de colores y de sonidos, su sabor dulce y salado. Despertará todos sus sentidos y así estará dispuesto a conocerla.
En La Habana encontrará lugares increíbles. Si quiere acercarse a parte de la cultura cubana debe pasear por el centro histórico que incluye las plazas más importantes y antiguas. Las más reconocidas son la Plaza de Armas, Plaza de la Catedral, la Plaza Vieja y la de San Francisco de Asís.
Durante el periplo presenciará una arquitectura de lujo. En la Plaza de Armas visite el Castillo de la Real Fuerza, el Palacio del Segundo Cabo y El Templete al finalizar la concurrida calle Obispo.
En la Plaza Vieja pululan espacios donde sentarse a tomar una bebida refrescante y bailar junto a algún conjunto que lo llevará por un recorrido musical cubano. Si baja por la calle Muralla se topará con la Casa de la Cerveza o el Café Escorial.
La Catedral de la Habana y el Convento San Francisco de Asís dan nombre a dos de las plazas antes mencionadas. Estas magníficas reliquias muestran el paso del tiempo en una ciudad con profundas creencias, que vive y recuerda.
Vale la pena pasar por El Capitolio Nacional y el Gran Teatro de la Habana «Alicia Alonso» que desde la desembocadura del Paseo del Prado lucen todo su esplendor. Obras monumentales, que conservan y exhiben parte del patrimonio de la República.
La Habana nocturna es afrodisiaca. En múltiples bares retumba la música y podrá bailar a sus anchas. No pierda la posibilidad de probar la comida criolla cubana y compartir con los habaneros que siempre estarán dispuestos a conversar, a cantar y bailar.
Varadero, entre agua y cielo azul
En un clima tan tropical no pierda la oportunidad de bañarse en las aguas que rodean la isla. A solo 2 horas de La Habana por carretera estará en la playa, de arenas blancas, aguas claras, cálidas y con sol reluciente, más famosa del mundo: Varadero.
Esta zona de playa es también un poblado compuesto por 54 calles, un ambiente tranquilo y hospitalario que no deja de ser divertido. Lo cierto es que las casas de los «varaderenses» le adicionan un condimento especial a la estancia en este lugar.
Al caminar por sus calles, encontrará grandes ferias de artesanías que exhiben y comercializan bella bisutería elaborada con materiales del fondo del mar, entre otras muchas cosas. Este puede ser un buen souvenir para recordar su paso por Cuba.
Cual paraíso bajo el cielo azul, con más de 10 kilómetros de playa, Varadero permite combinar un buen bronceado y chapuzón en sus aguas con el paseo por sus calles. Será estupendo el intercambio con su gente, abierta a recibirle con el mayor de los abrazos.
Trinidad, Ciudad Artesanal del Mundo
Como viajar al centro de la tierra, continuar viaje al centro de Cuba es la posibilidad de encontrarse entre pinturas, tejido y barro, lo más representativo de la cultura de Trinidad, que en 2018 ha sido declarada «Ciudad Artesanal del Mundo».
Trinidad es la tercera de las villas fundadas en Cuba y se encuentra en la provincia de Sancti Spíritus. Una joya de la arquitectura colonial, de firmes raíces religiosas, que invita a caminar por sus calles adoquinadas a las cuales llega también la brisa del mar, hechizando con su encanto.
Estar en la Plaza Mayor, conocer la Iglesia de la Santísima Trinidad, la Casa de la Trova o la Casa de la Música son experiencias de mucho valor en una ciudad conocida también como «Museo del Mar Caribe», por conservar su esplendor y mantener sus tradiciones.
Viñales, un paisaje patrimonial
Rumbo a Viñales podrá disfrutar de majestuosos paisajes coloreados por el verde de la naturaleza que abunda en ellos. Ubicado en el área rural de la provincia de Pinar del Río, la más occidental de la isla, el Valle de Viñales revela un paisaje excepcional.
Si va por carretera le seducirán los llamados «mogotes». Son montañas lisas con formaciones de calcio en las que crece la vegetación del lugar, deslumbrando por su extraordinaria magnitud.
Al borde de la vía se puede apreciar la tierra roja en la que se cultiva el tabaco cubano, de fama y calidad mundial. Descubrirá las «Casas de Tabaco», hechas para secar las hojas del afamado producto y será como estar en otro mundo.
Los sitios más representativos para apreciar la belleza del lugar son: la Cueva del Indio a la que se accede en lanchas de motor y pasea por su interior; el Mural de la Prehistoria que se encuentra en un mogote llamado «Pita» y es el resultado de la unión de colores en una pintura gigante que impacta por su grandeza y contraste y el Mirador Los Jazmines, una parada en la que Viñales le regalará una alucinante vista de su valle.
Cuatro lugares cubanos para recordar
Cuba es un país que le abraza, entre cielo, mar y naturaleza, con sus misterios descubiertos al sol o conservados a la luz de la luna. País que desprende gracia y cordialidad. Si ha visitado o desea visitar «La Perla de las Antillas», considérese amigo de su gente. Su hechizo fraternal hará que se quede siempre con ganas de volver. Sin dudas, compruébelo.
Muy lindo todo lo que se muestra aquí, pero no se dieron una vuelta por los barrios para ver cómo vive la gente,la pobreza ,la desesperanza de no poder cambiar su futuro ,el racionamiento,los bajos y míseros salarios