Villa Guajimico: un pedacito de mundo, un corazón gigante

Villa Guajimico: un pedacito de mundo, un corazón gigante

Alberto Giacometti, el famoso escultor y pintor suizo, expresó en una ocasión que (no cito textualmente) si se produjera un incendio en su estudio y él tuviese que elegir entre salvar una gran obra o un gato, salvaría al gato sin dudarlo.

El amor por las cosas vivas, por lo inapresable, es un matiz esencial dentro de esa gran paleta de color que es el ser humano. Los habrá, que gozan destruyendo, incluso a sus pares; o enjaulan animales, y creen que los poseen; o talan bosques, y huelen en vez del verde de los árboles, el verde de los billetes.

Es cierto, todo lo anterior es cierto. Pero eso no cambia, aunque reafirma más bien, que el ser humano posee un hondo lazo con la naturaleza. Un cordón umbilical que, pese a los muchos tirones, no ha sido roto.

Cartacuba, una de las especies mas hermosas de la avifauna cubana

Por ello, todavía existen personas que buscan intimar con los espacios naturales. Recorren medio mundo, se dejan absorber por ellos, constatan su inmensidad y magnificencia y dan gracias al gran arquitecto, según la íntima creencia de cada cual, por haberles permitido estar allí.

En Cuba, existen innumerables sitios así, de leyenda. Tiernamente mágicos, gloriosamente vivos, capaces de instalarse en el corazón del viajero para siempre. Uno de ellos, es Villa Guajimico, al centro-sur de la isla, en la bella provincia de Cienfuegos.

Entre las aguas del tiempo, navega un barco cargado de…

Historia. Es asombroso como un pedazo tan diminuto de mundo puede poseer un alijo tan grande de historias. La ensenada de Guajimico se encuentra ubicada en el kilómetro 42 de la Carretera Cienfuegos – Trinidad, municipio Cumanayagua, a 48 kilómetros del centro turístico Topes de Collantes y a 38 de la ciudad de Trinidad.

Ensenada de Guajimico vista desde el ranchon de la villa

En lengua aborigen significa “lugar de los peces”. Sus primeros descubridores bendijeron el sitio por su milagrosa prodigalidad en alimentos y agua. En la Cueva de la Calavera, por ejemplo, se han encontrado herramientas de concha (gubias, raspadores), y en otro sitio, fragmentos de vasijas de barro, burenes y material de sílex.

Luego, varios fueron los oleajes que se estrellaron contra estas tierras. Primero, los españoles, por supuesto. Se dice que hasta Cristóbal Colón pudo haber pasado por la noble ensenada de Guajimico durante su segundo viaje.

Luego, llegaron también los corsarios y piratas, por ejemplo, el capitán holandés Cornelio Foll, y otros filibusteros deseosos de atacar la ciudad de Trinidad. Tal es así, que la tradición local recoge historias de buscadores de tesoros desde esa época.

Durante las guerras de independencia, en el siglo XIX, representó abrigo y defensa para las tropas cubanas. La historia refiere que en la Cueva de las Mujeres se refugiaron un grupo de mambisas, y atendieron heridos y enfermos provenientes de las filas insurrectas.

En fin, tales son sus atractivos arqueológicos que, unidos a sus encantos naturales, en la década de los 90, 1997 exactamente, se inauguró en la ensenada la actual Villa Guajimico. Es una confortable instalación conformada por 54 cabañas, climatizadas; 48 dobles y 4 triples.

Estas pintorescas casitas son de hormigón armado y sus tejados fueron recubiertos con tejas, fueron construidas atendiendo a los diferentes niveles rocosos que conforman el paisaje, de tal forma que se integran sutilmente a él.

Se accede a las cabañas a través de varios senderos escalpados, pero seguros. Verdaderas galerías naturales, cuyos techos abovedados los moldean las ramas de yanas, patabanes y árboles de uva caleta.

Otras muchas excelencias lo esperan

Pintorescas cabañas de la villa Guajimico

Es cierto. Este centro turístico, regado por las aguas de los ríos “La Jutía” y “Guajimico”, resulta un magnífico destino para combinar el turismo de costa y mar con la práctica del excursionismo.

Administrado por la Cadena Islazul, posee la categoría de 3 estrellas. Puede encontrar en sus habitaciones cuarto de baño privado, televisión vía satélite, teléfono y balcón según disponibilidad.

Además, la villa ofrece servicios de piscina, playa privada, virgen, y puerto; bar/café, restaurante; sala de TV, sala de juegos, tienda y salón de masajes; telefonía nacional e internacional; así como un área de aparcamiento de autocaravanas.

Ahora bien, si es de los que no soporta estar encerrado en una habitación más de 24 horas, o los predios del hotel le resultan extremadamente exiguos, lo invito a que pruebe la diversa y animada gama de actividades que bien han cimentado la reputación del centro.

  • Senderismo. Entre plantas de casuarina y cuevas de piratas

    Amante del ecoturismo recorriendo uno de los senderos de Villa Guajimico

    Múltiples son los senderos que surcan los predios del hotel. Forman un entorno seductor, rico en delicadas formas de cartacubas y tocororos, así como en sutiles cambios de color. El azul turqués del mar Caribe, por una parte; y los audaces tonos de verde de casuarinas, bouganvillas, marpacífico, crotos, etc., por otra.

    Abundan, además, el gris de los escarpes; el carmelita, diseminado en 40 hectáreas de caña de güín, y, coronándolo todo, el azul plata de las montañas.

    La instalación oferta los recorridos, con tiempo de duración aproximado de una hora y media, por los senderos “La Cueva Grande” y “Cueva de la Virgen”, así como por el sendero submarino “Vía de los Corales”.

  • La Cueva Grande

    Chica explora las bellezas que ofrece la cueva

    Como bien lo indica su nombre, es una extensa cavidad, orlada de multitud de claraboyas naturales que permiten la entrada de luz y crean mágicos contrastes y contraluces que inciden sobre columnas, mantos, estalactitas, estalagmitas y columnas fungiformes.

  • Cueva de la Virgen

    Interior de la Cueva de la Virgen

    Llamada así porque los pescadores erigieron en ella una imagen de La Virgen de la Caridad, patrona de Cuba, como agradecimiento a la protección que brindan las cuevas y la ensenada en tiempos de tormenta.

    Cuenta con bellas estalactitas, estalagmitas y columnas, y el acceso a ella es relativamente fácil, gracias a que el sendero se ha acondicionado con aceras y escalones.

  • La Gruta del Puente Natural

    Uno de los caminos que conduce a la Gruta del Puente Natural

    Es otro sitio de interés y alto valor estético. En uno de los salones hay un pozo que, cuenta la leyenda, fue cavado por buscadores de tesoros. Abunda, en sus alrededores, el aguacate cimarrón, un arbusto espinoso, endémico de Cuba.

    Otros destinos imprescindibles son la excursión al “Salto del Caburní”; el glorioso, no puede perdérselo, picnic en “El Nicho”; y la excursión a la hacienda “La Vega”, a 11 kilómetros de la villa, donde unido a la exquisita comida criolla, puede degustar los estimulantes vinos de los caseríos de la región. Vinos de uva (octubre a diciembre), arroz, naranja y mangle rojo.

Un pequeño alto en el camino, para admirar…

Vista de la piscina de la villa desde uno de los senderos con la ensenada de Guajimico de fondo

Abundan los magníficos ejemplares de yaya, almácigo, soplillo y ceiba, entre otros. En la manigua costera destacan el cedro, granadillo, sabina, arabo, baría y ayúa. Y, por supuesto, predomina el mangle, tanto el rojo como el prieto.

Una peculiaridad, para los más fervientes amantes de la botánica esta instalación reserva una agradable sorpresa. La existencia de la planta Alcalypha Hutchinson Britto, un ejemplar del Rabo de Gato.

Posee gran capacidad de supervivencia, pero necesita condiciones específicas de clima y suelo que sólo Guajimico puede ofrecerle. Es, por lo tanto, una especie absolutamente autóctona de esa zona.

La fauna, para los amantes de los animales, tampoco es remisa en aparecer. Abundan palomas aliblancas, rabiche, zunzunes, lechuzas, golondrinas, sinsontes, tomeguines del pinar, gavilanes de costa, caraira, y pelícanos.

Además de venados, jutías, iguanas, chipojos, bayoyas, cangrejos, jaibas, jicoteas y majases, la población equina ocupa un lugar privilegiado en el corazón del viajero, de ello son testigos las prácticas de equitación que oferta la villa y su popularidad entre los huéspedes.

El paraíso submarino de la Perla del Sur

Fondos marinos rocosos y con gran biodiversidad cerca de Guajimico

Las opciones en el mar no son menos. Guajimico posee un centro de buceo internacional, certificado por CMAS, con más de 20 puntos de inmersión, tres de los cuales son para principiantes y el resto son principalmente para el buceo de pared.

Abundan los fondos marinos rocosos, coralinos, recuerde que la Vía de los Corales lo espera, hábitat de más de 18 especies de corales, abundantes esponjas, pargos, rabirrubias, barracudas, guasas, cuberetas, sierras, tortugas, obispos y mantas. Todos perfectamente visibles gracias a la transparencia y luminosidad de estas aguas.

La Dama Azul, un equipado barco de recreo, lo recogerá bien temprano y hará realidad todos sus sueños marinos, pues desde él se ofrecen cursos, tanto para aficionados, como para profesionales.

Además, el centro oferta paseos en kayak, catamarán de vela, entre otras embarcaciones, así como el snorkeling, ideal para relajarse y entrar en extraordinaria armonía con este maravilloso ecosistema marino.

Guajimico para visitar a plenitud

Montañas del Escambray como telon de fondo de la hermosa Villa Guajimico

Nada más queda por decir. Y no porque se hayan agotado los privilegios y portentos de Villa Guajimico, no, el espacio de este post resulta insuficiente para seguir enumerándolos, solo que, mejor que enumerarlos, es vivirlos.

No se demore, reserve su estancia en este sitio paradisiaco y pásela bien en familia o solo, que para complacer a todos los gustos y deseos tiene medios este excepcional pedacito de mundo.

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