La villa Fernandina de Jagua, luego rebautizada Cienfuegos, abre sus ojos al mundo un 22 de abril de 1819. ¡¡Y qué mundo!! La recién nacida dio su primer berrinche y todos aseguran que lo hizo de felicidad.
La tierra, bondadosa, la ungió con la miel de sus mangos y la coronó de marilopes, una flor dorada y pequeñita, pero tan avispada y risueña como la niña. De más está decir que se hicieron grandes amigas.
El mar, le dio vestidos de espuma, exquisitamente bordada; sembró en su pecho caracolas y corales y dotó a sus ojos de un brillo azul que nadie en esa isla había visto antes.
El viento, trajo hasta sus cabellos olor a sal y a salitre. La arrulló y le contó acerca de su futuro, le habló de penas y alegrías, y de que crecería fuerte, señorial y bella, dispuesta a halagar a aquellos que por sus predios algún día pasaran.
Si de hoteles se trata…
Y la predicción se cumplió con creces. Hoy, es Cienfuegos una de las ciudades más atractivas de Cuba. Orgullo de sus moradores y agasajo de los que la visitan, presta siempre a ofrecer, belleza, buen gusto, aventura y hospitalidad.
Y si de hospitalidad se trata, nada mejor que hablar, carísimos, de sus hoteles. Algunos citadinos, otros no tanto, todos yacen unidos por el fino hilo de la cubanía. Fino y profundo.
Le invito a que me siga, déjese arrastrar, o maravillar, que es lo mismo, y dedique algunos minutos de su preciado tiempo a conocer historia y fortuna de los principales y más grandes hoteles de Cienfuegos.
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Hotel Cubanacán Boutique La Unión
Inaugurado en 1869, en la calle 31 entre 54 y 56, esquina de San Fernando y De Clouet, es sin discusión el patriarca de los hoteles cienfuegueros. De corte neoclásico, tiene tres niveles y dos exquisitas fachadas.
Administrado por Meliá, hoy goza de la condición de hotel cuatro estrellas, y a su alrededor cosquillean el Parque Martí, La Catedral, el bar-cafetería El Palatino; el Bulevar, entre otros muchos sitios de dignos de su curiosidad.
En él se dan cita el donaire de antiguos estilos y el confort de la modernidad. Cuenta con 49 habitaciones, 34 clásicas, 2 suites y 13 junior suites. Ubicadas en los pisos 2 y 3, algunas tienen vistas a la ciudad, otras al patio interior.
Todas las clásicas están climatizadas, poseen camas dobles o King Size, TV satelital, minibar, caja de seguridad, cuarto de baño privado con bañera, y teléfono.
Le obsequia, además, el hermoso y fresco restaurant “1869”. Decorado con motivos de los tradicionales patios coloniales cubanos y hermosos vitrales, disfrute en él de la cocina internacional, propuestas A la Carta, experiencias de show cooking y salón privado con cava.
Posee, además, el bar terraza “Venus Negra” y el bar piscina Dama Azul; jacuzzi, gimnasio, sauna y área de masaje; elevador panorámico, galería de arte, tienda, internet, farmacia, servicios médicos, salón de reuniones, entre otros excelentes servicios.
Ahora bien, ninguna de estas bondades puede competir con la majestuosidad y suculencia de la terraza del hotel. Puede la terraza de El Unión trasladarlo en el tiempo y el espacio; puede, en un atardecer sureño, despertarle sentimientos ya olvidados…
Siembra paz donde antes había desasosiego e incertidumbre. Le mostrará otro rostro de la ciudad y al abrigo de buena la música cubana y un cálido trago de Mojito o Daiquirí, esta se le abrirá y quizás le haga llegar sus secretos en un tibio rayito de sol. ¿Quién sabe?
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Hotel Meliá San Carlos
1924, Cienfuegos tenía un nuevo hijo, el Hotel San Carlos. Construido en San Carlos, entre Gacel y Hourruitiner (Avenida 56, entre 35 y 33), este edificio de estilo ecléctico y 6 plantas, no tardó en convertirse en uno de los hoteles más prominentes del centro del país.
2018, el hotel, tras varios años cerrado y en completa decadencia, reabre sus puertas ahora bajo el ala del prestigioso grupo hotelero español Meliá Hotels International, en combinación con Gran Caribe.
Hoy es una instalación 4 estrellas. En la planta baja, se encuentra el lobby con una decoración en la que predomina el buen gusto y la sobriedad de los grises, así como muebles que emanan confort y modernidad.
El bar del lobby “Rincon Azul” brinda una amplia selección de espíritu cubano e internacional en la clásica coctelería antillana, que puede disfrutar o en una copa de vino u otro trago de corte más cosmopolita.
Entre la planta 2 y 5 se reparten sus 56 habitaciones, 40 son clásicas y ofrecen vistas al patio; todas climatizadas, baño privado con agua caliente y fría, cama Kingsize y TV satelital.
En la planta 5, se hallan las suites, espaciosas, con vistas de ensueño al Centro Histórico y al puerto cienfueguero poseen la capacidad de librar a la mente de cualquier preocupación.
En la 6 planta se encuentra esencialmente el roof garden, mirador por excelencia de la ciudad y elemento identitario del hotel. El lugar perfecto para degustar desayunos, aperitivos o deliciosos cocteles y bebidas. Todo sazonado con música cubana en vivo.
El Hotel Meliá San Carlos es un sitio ideal, entre otras experiencias, para lunas de miel; banquetes y eventos de negocios.
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Hotel Gran Caribe Jagua
Remodelado completamente a finales del 2001, el Hotel Gran Caribe Jagua cumple este año seis décadas. Se inaugura en diciembre de 1959, en la calle 37, # 1 entre 0 y 2, en el extremo del reparto Punta Gorda.
Formaba parte del megaproyecto que durante años rumió entre las sombras el cabecilla mafioso Meyer Lansky: sembrar a Cuba de hoteles-casinos.
Pero, como cantara el cubano Carlos Puebla, “Se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar”. El Hotel Jagua fue nacionalizado y con el tiempo se convirtió en uno de los símbolos de Cienfuegos por excelencia.
Un Mondrian lo recibirá en la fachada del hotel. Luego, el bar en el lobby, que parece hecho de viento, todo cristal y luz, inmediatamente le seducirá e invitará a quedarse en este hotel de espuma.
Allí todo transpira años 50. Sus habitaciones están ubicadas en un bloque central de siete niveles, son 140; están decoradas al estilo de los 50 y poseen balcones privados tipo mirador, que permiten disfrutar de la bahía y la ciudad.
Destacan su piscina, fresca y relajante; el bar Escambray, el cabaret/discoteca Guanaroca, entre otros sitios. Ofrece, además, servicios de gimnasio, tienda, buró de turismo y renta de autos, entre otros.
Debido a su ubicación, este hotel es uno de los preferidos por los viajeros. Desde él parten excursiones hacia Trinidad y al Escambray o, si lo prefiere, recorra lugares emblemáticos de la urbe sureña, como el Palacio de Valle, La Punta, el Club Cienfuegos, etc.
En fin, el Hotel Gran Caribe Jagua es un atrayente destino, y de ello pueden dar fe las visitas de Fidel Castro y Hugo Chávez, de deportistas como Teófilo Stevenson o Deborah Andollo, y artistas del empuje de Joan Manuel Serrat y Wifredo Lam, entre otros.
Ha apoyado, además, a regatas, torneos y encuentros culturales, y continúa siendo subsede anual del jurado del premio Casa de las Américas.
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Hotel Islazul Pasacaballo
A la entrada de la bahía cienfueguera, frente a la antigua fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, se alza triunfal el Hotel Islazul Pasacaballo, en el kilómetro 22 y medio.
En 1950 el Pasacaballos Club de Turistas, compra esta propiedad a una acaudalada dama sureña y construye confortables cabañas al estilo americano, de tipo veraneo y retiro. Lo bautizaron “Rancho Pasacaballos”
En 1972, después del triunfo revolucionario, las instalaciones del Rancho Pasacaballos fueron demolidas y se empieza a construir el actual Hotel Pasacaballo, inaugurado en 1976.
El sistema constructivo empleado fue el Girón de 5 niveles, y consta de 188 habitaciones. Diez sencillas, once matrimoniales con cama King Side, 41 habitaciones dobles con balcón, 89 dobles sin balcón, 29 triples y 8 triples especiales.
Todas climatizadas, con baño privado, radio y TV satelital, abiertas a una gran piscina de agua salada, un snack-bar y el ranchón. Respaldados, además, por “La Golondrinas”, un restaurant de comida marinera, el restaurant “Bahía” y un tercero “El Paisaje”.
Incluye un salón de reuniones, que emana solemnidad y buen gusto; mientras su espacio para fiestas se desgrana en sensualidad y “joie de vivre”, como dirían los franceses.
Para llevarse un recuerdo está la tienda; para no perderse del mundo tiene internet las 24 horas, y para liberar energías un salón de juegos y un gimnasio.
Por otro lado, si detesta quedarse mucho tiempo en un mismo lugar, el Islazul Pasacaballo también puede ayudarlo. Organiza recorridos a la Sierra del Escambray; por ejemplo, a los baños de Ciego Montero, las cascadas de El Nicho, la cueva de Martín Infierno, a las excelentes zonas de buceo en Guajimico, y al centenario Jardín Botánico de Cienfuegos.
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Hotel Club Amigo Rancho Luna
Primo hermano del Islazul Pasacaballo, se encuentra en el kilómetro 17 y medio de la carretera que conduce a este último. Se inauguró en 1981, y sin duda le dio nueva vida a la actividad turística en la Perla del Sur.
Los paneles de prefabricado del sistema constructivo Girón se estructuraron en cuatro cuerpos de dos plantas cada uno, tres para huéspedes y uno de servicios y administración, al centro se construyó una piscina.
El hotel posee 222 habitaciones, 211 estándares, 3 suites, 6 junior suites y dos con facilidades para discapacitados. Completamente climatizadas, con agua fría y caliente y televisión satelital. Se diseñó pensando en familias con niños y estancias prolongadas.
Al entrar al hotel, un impresionante lobby-bar lo recibirá estimado viajero. Luego, si le apetece un refrigerio, puede dirigirse a la piscina, su bar siempre está bien surtido, al igual que el snack bar, otra opción muy recomendable.
Y del bar en la playa, ni hablemos. Nada más placentero que tomarse un Mojito o un jugo de frutas a la orilla del mar, mientras la tarde se posa sobre él y le promete, además, un próspero futuro.
Completan las propuestas anteriores, otros servicios dignos de elogio. La tienda, un salón de juegos y un parque infantil; espectáculos, animación diurna y nocturna; un bien equipado gimnasio, enfermería y el servicial buró de turismo.
Ubicado en la playa homónima, el Hotel Club Amigo Rancho Luna es también un entorno propicio para disfrutar del buceo, pues su litoral esconde atractivas formaciones coralinas y un bello paisaje submarino.
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Hotel Club Amigo Faro Luna
Ubicado en una ensenada, en el kilómetro 17 y medio, el Hotel Club Amigo Faro Luna comenzó siendo una casa de visita del gobierno de Cienfuegos. Pasados algunos años se convirtió en hotel y en el 2003 fue objeto de una remodelación capital para aumentar su confort.
Hoy ostenta la categoría de 3 estrellas y una capacidad de 46 habitaciones. De estas, seis son matrimoniales y todas, en general, lo recibirán con climatización; baño privado; agua fría y caliente; TV vía satélite, entre otros servicios de excelencia.
Un restaurant, bar, tienda y una piscina estival darán a su estancia un cálido sabor que luego podrá compartir con familiares y amigos. Porque Faro Luna es eso, es familiar e íntimo, con un servicio siempre personalizado.
Si lo anterior le resulta insuficiente, Faro Luna tiene para complacer a los más osados. Dado el entorno subacuático que lo rodea, la práctica del buceo constituye ya una tradición y se sostiene sobre un bien pensado cronograma.
Cerca del hotel, además, se encuentra el delfinario de la provincia, una oportunidad única para interactuar con la elegancia y carisma de estos mamíferos.
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Hotel Islazul Punta La Cueva
Se encuentra asentado en la península del mismo nombre, en el kilómetro 3 y medio de la carretera a Rancho Luna-Pasacaballos. Acogedor, discreto, este hotel tiene todas las de ganar si desea pasar una estancia grata en la Bahía de Cienfuegos.
Nació en la década de los 80 como casa de visitas, luego el Ministerio de Turismo vislumbró su potencial y la puso en manos de la Cadena Isla Azul, esta comienza su remodelación y ya en diciembre de 1993 es inaugurado como hotel.
Rodeado de perennes jardines tropicales, el hotel goza de una pequeña playa, su propio muelle y una vista perfecta de los amaneceres en el trópico. Entre ellos, asoman tímidas, algo perezosas, 67 cabañas, 64 dobles y 3 suites. Climatizadas, con baño privado, agua fría y caliente y TV vía satélite.
Cuenta, además, con salón de reuniones y sala de fiestas; un estupendo restaurante buffet, donde se sirve una comida sencilla, pero agradable y nutritiva.
Bar y parrillada, con una amplia oferta de bebidas a precios módicos; y una piscina, joya inestimable para cualquier agobiado viajero, que asado por el sol del Caribe, arribe a sus tumbonas.
La cercanía a la ciudad, facilita un amplio programa de visitas a su Centro Histórico y los recorridos en yate por la bahía.
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Villa Yaguanabo
Afortunado producto de la reactivación turística acaecida en Cuba en los años 90, Villa Yaguanabo se encuentra en el kilómetro 55 de la carretera hacia Trinidad y se abre a una playa coronada por un puente gigantesco.
Es una opción económica, correcta, pero acogedora y pintoresca para aquellos viajeros que gustan del turismo de naturaleza; paseos a caballo o en bote, rodeados por el entorno de exuberancias que envuelve al río Yaguanabo.
Cuenta con 56 cabañas dobles, pintadas de rojo y azul, perfectamente climatizadas, baño privado con agua fría y caliente, minibar y TV satelital. El balcón o la terraza que las acompaña resulta invaluable después de un día agitado y caluroso.
Un restaurante buffet, uno especializado en comida criolla o un tercero sólo para desayunos lo recibirán con los brazos abiertos a la espera de que salga ampliamente complacido con sus manjares.
Luego, pase por el bar, el snack bar o el ranchón y complete la experiencia en el paraíso de los sabores y los olores de este hotel.
El aliño restante lo ponen las diversas excursiones y visitas que la villa auspicia. Una escapada al Valle de la Iguana y un saltico hasta Trinidad, están entre las preferidas del viajero.
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Villa Guajimico
Guajimico significa, en la antigua lengua de los aborígenes de Jagua, “lugar de los peces”. Tal era la feracidad de sus tierras y aguas, y tan apacible el carácter de sus pobladores aborígenes, que los crueles conquistadores españoles no pudieron sustraerse al encanto del sitio.
Situada en la carretera a Trinidad, en el kilómetro 42, Villa Guajimico es el destino por excelencia de los amantes de la naturaleza y la libertad que brinda la aventura. Contempla la observación de flora y fauna silvestre; el senderismo; paseos en kayak, así como el snorkeling.
Inaugurada en 1997, está conformada por 54 cabañas, 48 dobles y 6 triples, climatizadas, baño privado con agua fría y caliente, minibar y TV vía satélite. Un restaurante a la carta, cafetería, discoteca, piscina y un bar.
Sin embargo, los tesoros de Villa Guajimico no están precisamente dentro de las paredes de sus pintorescas cabañas. Afuera hay mundo zigzaguea apasionado, llamándole, provocándole con sus misterios y esplendores.
Siga sus senderos, como un devoto las palabras de un santo, y déjese maravillar con los misterios de la Cueva de la Virgen, la Cueva Grande o la Gruta del Puente Natural, así como por el sendero submarino “Vía de los Corales”.
La villa, además, ofrece a sus huéspedes un atractivo programa de excursiones a diversos sitios, el Salto del Caburní; El Nicho; la hacienda La Vega, entre otros muchos, dignos de un picnic dominguero; un romance adolescente o la expedición de búsqueda y captura de un temible pirata.
De todo para escoger en Cienfuegos…
No deje que sus ansias de fantasía y ensueños se disuelvan entre estas líneas. Viva en primera persona, sin oficios de intermediario, ni trucos de escribidor. Por eso, viaje a Cienfuegos, escoja el hotel que prefiera, hospédese en él, y deje que le atiendan, le reconforten y salga a recorrer “mundo” que ahora le espera en el centro de Cuba.