Sitios para fotografiar en La Habana

Sitios para fotografiar en La Habana

La Habana es una ciudad de luces y sombras. Mágica, de peculiares contrastes, ideales para su proyecto fotográfico o simplemente para conseguir aquellas imágenes que nos hablan de extraordinarios momentos o de nuestras mejores e inolvidables experiencias vividas.

Tan sólo unas horas de recorrido por sus calles bastan para constatarlo. Pareciera que la luz atraviesa todo el tiempo un delicado tamiz que nos habla del pasado, del presente e incluso del futuro.

Desde las primeras horas de la mañana es posible captar increíbles escenas porque no solo es la ciudad y su magia lo que acontece, sino la vida de su gente, el agitado y pintoresco ir y venir de los cubanos, tan sorprendentes y cálidos como La Habana misma, que casi está al cumplir sus 500 años de fundada.

¿Dónde tomar las mejores fotos de La Habana Vieja?

Para comenzar, el Capitolio

Fuente de la India o La Noble Habana, al fondo el Capitolio Nacional

El centro histórico de la ciudad, declarado en 1982 por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, es visita obligada para entender a esta urbe y quienes la habitan. Como punto de partida suele recomendarse el Capitolio Nacional, con una fachada acolumnada neoclásica y una cúpula que casi alcanza los 92 metros de altura. Desde diversos ángulos es posible captar su majestuosidad e incluir en esos planos la escalinata de 55 peldaños y dos estatuas esculpidas en bronce por el artista italiano Angelo Zanelli, «La Virtud Tutelar del Pueblo» y «El Trabajo», de 6,50 metros de altura cada una.

Gran Teatro Alicia Alonso y el Prado, dos atractivos insoslayables

Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso

El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, sede del Ballet Nacional de Cuba, por ejemplo, data de 1838. Fue en aquella época el más grande y lujoso del continente americano. De su belleza hablan los cuatro grupos escultóricos en mármol blanco de su fachada, que representan alegorías de la Beneficencia, la Educación, la Música y el Teatro. Esta elegante edificación es de por sí una fiesta para la lente. Su equilibrio y proporcionalidad son perfectos desde la disposición de balcones, ventanas, cornisas, torres y molduras.

Coche americano de los años 50 circula por el Paseo del Prado rumbo al Malecon de La Habana

Unos pasos más adelante, el Paseo del Prado, con sus leones y el cubaneo, en todo su esplendor, también sabrá recompensarle en su búsqueda. Desde vendedores ambulantes y artistas de un proyecto comunitario, mostrando sus trabajos, hasta niños en patinetas, resultarán muy atractivos, en medio de un entorno arquitectónico variopinto que se debate, a ambos lados de la avenida, entre lo descascarado o descolorido y lo remozado y restaurado, a tono con las nuevas urgencias y necesidades de una ciudad, incapaz de quedarse varada en el tiempo. Puede incluso ponerse de suerte y tropezar con una orquesta y veteranos bailadores ensartando recuerdos en un danzón, antes de respirar de cerca el mar.

Por supuesto, el Malecón

Malecon de La Habana, al fondo el Cristo de La Habana en Casablanca

El Malecón habanero, con siete mil metros de un ancho muro de concreto, también es una joya para los fotógrafos, especialmente antes de caer la tarde. Los destellos del agua, las irreverentes olas si sopla alguna brisa, los pescadores y sus embarcaciones, los edificios y monumentos representativos de la ciudad del otro lado de la avenida y todo aquel que lo visita, convirtiendo tardes y noches en eternas veladas con ron y música de guitarras, ofrecen fabulosas escenas para no pasar jamás inadvertidas.

Las calles y sus misterios

Sitios para fotografiar en La Habana

Entre las principales arterias capitalinas donde siempre encontrará excelentes imágenes también se hallan las emblemáticas y concurridas O’Reilly y Obispo.

Antes de remontarlas, el mundialmente famoso El Floridita, inmortalizado por el escritor y periodista Ernest Hemingway, le invita a degustar la especialidad de la casa: el «Daiquirí».

Turiostas toman fotos de perros callejeros en la Calle Obispo de La Habana Vieja

Obispo es un bulevar, repleto de comercios que van desde mercados, restaurantes y bares de exuberante ambiente musical hasta ferias de artesanos, farmacias, tiendas de suvenires, librerías, bibliotecas, centros culturales y museos.

En ambas calles se mezclan los estilos arquitectónicos colonial y neoclásico, respondiendo a que esta zona de La Habana es testimonio de épocas diversas. Tal riqueza histórica, desde la corona española, las influencias británica y francesa y posteriormente el período de intervención norteamericana, comenzó a rescatarse desde la década del 90, gracias al trabajo de la Oficina del Historiador de la Ciudad. En tal sentido Obispo cuenta con valiosas edificaciones: el Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad, el Templete y el Hotel Ambos Mundos.

Habaneros conversan en la Calle Empedrado, al fondo cuadros en venta para turistas

O’Reilly, en cambio, posee un encanto particular. Vendedores ambulantes, grafitis, talleres, galerías y nuevos emprendimientos gastronómicos confieren a esta calle un toque rocambolesco. Podrá escoger lo mismo un restaurante ruso como «Tabarich», que uno de comida fusión, «El del frente», con una divina terraza, descargas de jazz, cocteles y deliciosas tapas.

Muy cerca de ellas, tras un oportuno giro a la izquierda, es posible alcanzar la calle Empedrado. Justo entre Cuba y San Ignacio, también dos excelentes vías para fotografiar, le espera un inolvidable destino turístico: La Bodeguita del Medio, donde no faltan la música, el tabaco, el «Mojito» y la comida criolla.

Detalles del Templete, Columna de Cajigal

Todo el que la visita ha dejado su huella en fotos, objetos, grafitis. Allí grabaron recuerdos numerosas personalidades de la política y la cultura internacional. Por mencionar algunos, destacan las firmas del ex presidente chileno Salvador Allende, el actor Errol Flynn, los escritores Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Ernest Hemingway y el compositor e intérprete mexicano Agustín Lara.

La Catedral y la plaza

Turista toma fotos de la Plaza de la Catedral de La Habana

De modo que el ambiente es muy rico y oportuno para relatar en imágenes momentos memorables y de incalculable alegría. Pero imposible sería poner punto final a nuestro tour fotográfico sin llegar a la Catedral de la Habana, joya arquitectónica de estilo barroco, que data de la segunda mitad de 1700.

Turistas se aglomeran en La Bodeguita del Medio en la Calle Empedrado de La Habana Vieja

La plaza que lleva su nombre alberga las mansiones de la nobleza habanera de entonces. Casi podrá imaginar sobre sus adoquines a los Condes de Casa Bayona, hoy Museo de Arte Colonial; o a los marqueses de Arcos y Aguas Claras en franco intercambio.

Hay mucho que fotografiar en La Habana

Estatua de Carlos Manuel de Cespedes, al fondo la bandera cubana ondea contra el cielo azul de Cuba

Y en ese embeleso, entra tanta arquitectura y cultura, una brisilla apenas imperceptible delatará, otra vez, al mar, ahora custodiado por tres impresionantes fortificaciones y un Cristo redentor de La Habana que sin dudas le invitará a seguir descubriendo esta maravillosa ciudad detrás del lente de su cámara.

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