La Habana es, como la han descrito algunos poetas una dama antigua, tan antigua que en este 2019 arriba a sus 500 primaveras. Por su puesto que allí se prepara todo para que la celebración no pase por alto. Restauraciones, reformas y actualizaciones forman parte de esas mejores galas que la ciudad pretende lucir. Y no solo son las mejores sino también las más modernas.
Entre ellas encontramos un nuevo tipo de espacio museístico, donde se pretende colocar a los visitantes frente a una interacción más cercana con sus muestras.
Museos dinámicos, atractivos, novedosos
La tradición museística en Cuba cuenta con muchas décadas, instituciones y prácticas arraigadas en la conservación de objetos de valor patrimonial. Algunos de los ejemplos más notables son el Museo de la Ciudad, creado en 1967 y ubicado en el Palacio de los Capitanes Generales; el Museo Napoleónico, fundado en 1961 siendo uno de los más importantes en este tema del mundo; o el Museo de Historia Natural Felipe Poey, abierto en 1939 y ubicado en la Universidad de La Habana, de estilo decimonónico por el diseño del mobiliario y la forma de exhibir la muestra.
Todas estas instituciones, y muchas otras, se caracterizan por establecer una distancia entre el visitante y las piezas, debido al carácter único de las mismas. La cultura de “se mira y no se toca” fue vista como necesaria para preservar objetos únicos y en estado delicado, sin embargo esto ha generado que las generaciones más jóvenes perciban a los museos como lugares aburridos, fríos y distantes.
La Habana, en su afán de modernizar y actualizarse se ha propuesto crear espacios más interactivos donde nuevos conceptos museográficos permiten atraer y acercar a la juventud al conocimiento de la historia, el arte y la ciencia de forma más amena y divertida. Le sugiero tres que pueden convertirse en objetivo de su próxima visita a la capital cubana.
-
El Museo Nacional de Historia Natural, uno de los pioneros
Actualmente instalado en la Plaza de Armas en el Centro Histórico. Es uno de los primeros que asumió un cambio en el concepto museográfico para los cubanos. Ubicado originalmente en el Capitolio de La Habana, abrió sus puertas en 1964. Sus colecciones se conformaron con diversas fuentes dispersas por el país en escuelas, y colecciones particulares, además incluía un planetario y la reproducción de una cueva con pictogramas aborígenes.
En el año 1999 reabre sus puertas, en su nueva sede de la Plaza de Armas, con un nuevo enfoque, la instrucción en el cuidado y preservación del medio ambiente, su flora y fauna.
El mayor logro del Museo Nacional de Historia Nacional radica en su presentación multimedia. La exhibición Mamíferos, Aves y Reptiles de Otras Partes del Mundo es mostrada en un pasillo donde se exponen animales disecados de diversas especies, acompañados de una iluminación tenue y cambiante.
Lo más significativo es la forma en que se ameniza la muestra, con la reproducción de las manifestaciones sonoras de aves, mamíferos y reptiles expuestos, enriqueciendo el ambiente en general de la sala. Esta muestra fue muy impactante en el momento de su inauguración.
Destaca, además, la exhibición Historia de la tierra y de la vida sección que muestra a través de videos y grabaciones la forma del planeta, su composición por capas, sus temperaturas etc., así como el surgimiento de la vida y evolución hasta llegar al ser humano.
-
El Palacio del Segundo Cabo, el más novedoso espacio museográfico de la isla
Ubicado también en la Plaza de Armas, el hermoso Palacio del Segundo Cabo acoge un museo de nuevo tipo para cubanos y visitantes. El reciente museo, nombrado Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba Europa se pudo concretar gracias a la cooperación de la Oficina del Historiador de La Habana, la Unión Europea y el Ayuntamiento de Barcelona. Su objetivo es precisamente develar la formación de la nación cubana y su relación con otras regiones geográficas y culturales.
Ha sido catalogado como uno de los más modernos en la isla. No ofrece al visitante la visión de una colección de objetos fríos y distantes, sino que le propone vivir una experiencia personal que requiere su interacción con la tecnología para acercarse al conocimiento. De esta forma cada visitante percibe una experiencia distinta y además accede a conocimientos históricos y culturales de una forma diferente a la convencional.
La institución tiene además la ganancia de encontrarse en un hermoso edificio patrimonial. El Palacio del Segundo Cabo data de fines del siglo XVIII, y fue conocido, en otras épocas, como Palacio de la Intendencia y Real Casa de Correos y luego del triunfo revolucionario se convirtió en la sede del Instituto Cubano del Libro.
Posee 13 salas interactivas, diferentes gracias a un excelente diseño. El museo recibe al visitante con un túnel del tiempo que ilustra a un lado la historia de la isla de Cuba y al otro lado la de Europa.
Otra sala muy lúdica posee mesas multitáctiles que permiten interactuar digitalmente con determinados temas como arquitectura, viajes por mar, artes decorativas, entre muchos otros aspectos de la vida cotidiana de antaño.
Interesante resulta aquella que recrea uno de los camarotes del barco Santa María a bordo del cual viajó el famoso almirante Cristóbal Colón al Nuevo Mundo. Es este un espacio ideal para tomar fotos que luego pueden ser compartidas con los amigos.
En la sala del viajero se puede escuchar, a través de una selección personal, crónicas de personalidades relevantes de Cuba que visitaron ciudades europeas y de europeos que visitaron la hermosa isla de Cuba.
Existen espacios para la música, viajes virtuales, juegos de conocimientos, proyecciones audiovisuales y paneles con infografías que completan un entretenido recorrido por este centro.
Como valores añadidos el Palacio del Segundo Cabo, donde se encuentra hoy el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba Europa, y el Museo de Ciencias Naturales se encuentran muy cerca de otros sitios de interés, pues ambos están ubicados en el corazón del Centro Histórico habanero. Se localizan, por ejemplo, el Palacio de los Capitanes Generales que alberga el Museo de la Ciudad; El Templete, la Bahía de La Habana, el bulevar de Obispo, el Hotel Ambos Mundos y numerosas cafeterías, restaurantes y bares típicos.
-
Un museo orgánico y al aire libre
Otro de los proyectos que ha roto barreras y convencionalismos en cuanto a su forma de dialogar con el visitante es el Museo Orgánico Romerillo. También conocido por sus siglas MOR, fue impulsado por el célebre artista de la plástica cubano Alexis Leyva Machado, llamado popularmente como Kcho.
Desde el estudio de Kcho, ubicado en 120 y 9na, se irradian, hacia la comunidad circundante, muchas formas de expresión artística. De esta forma un mercado de la zona conocido como Los Marinos se convierte en galería donde prestigiosos artistas de la vanguardia, y otros más recientes, encuentran allí un espacio expositivo al alcance de los pobladores.
La propia calle 120 acoge en su paseo principal esculturas de notables creadores cubanos. Los parques, e incluso las viviendas, son intervenidos desde las artes visuales, con murales creando un museo al aire libre, perfecta y orgánicamente integrado al espacio donde se halla enclavado.
Si se atreve a una experiencia poco convencional en el plano museográfico visite el Museo Orgánico Romerillo y el Estudio de Kcho, ubicados en el municipio de Playa. Puede que le sorprenda cuán bien imbricados están comunidad y arte. Si se llega a este diferente sitio cultural puede visitar también el conocido restaurante La Cecilia, ubicado en 5ta avenida y 110, y en las noches el complejo cultural El Sauce.
Museos nuevos, diferentes, interactivos e innovadores
La Habana muestra un nuevo rostro. Ya no solo posee museos fríos con objetos en vitrinas y pequeños carteles con poca información. Hay museos al aire libre, integrados a la comunidad, museos interactivos donde tocar no está prohibido; museos educativos donde lo histórico no es lo único que importa. Los nuevos conceptos museográficos ya no son ajenos a La Habana, cada vez son más aquellos espacios que quieren mostrar sus valores a un posible visitante de una forma diferente.