Ciudades cubanas de cumpleaños

Ciudades cubanas de cumpleaños

Celebrar el nacimiento de una ciudad es más que conmemorar una fecha. Es también celebrar las virtudes, talentos y pequeñas historias de las personas que han ayudado a edificarlas y sostenerlas.

La riqueza de Cuba no solo es natural, sino también cultural e histórica. Esto es especialmente notable en sus urbes, muchas de las cuales conservan casi intacta su arquitectura colonial y la de inicios del siglo XX, y en donde se puede conocer al cubano de a pie, siempre hospitalario y comunicativo.

En este post comento sobre tres bellas ciudades cubanas de cumpleaños, una invitación a visitarlas. ¡Celebremos juntos!

Matanzas, la Atenas de Cuba sobre puentes

Ciudades cubanas

Este 2018 se celebraron sus 325 años, lo que provocó un gran movimiento entre sus pobladores para embellecerla. Así que es un buen momento para viajar hasta Matanzas, edificada a la vera de la bahía homónima.

La ciudad, ubicada a unos 100 kilómetros al este de la capital cubana, es conocida por dos epítetos que se refieren a características que solo tiene ella. Uno es el de «Atenas de Cuba», y así se alude a la proverbial cultura elevada de sus habitantes, que propició que en la urbe surgieran numerosos intelectuales, músicos y poetas. También se le conoce como «La ciudad de los puentes», un homenaje a su arquitectura vial, única en el país.

La fundaron el 12 de octubre de 1693, bajo el nombre de San Carlos y San Severino de Matanzas. Ya desde entonces, los españoles le decían «La Venecia de América» por los ríos, canales y puentes integrados en su trazado. La atraviesan los cauces del Yumurí, el Canímar, y el San Juan, además de muchos afluentes.

Eso obligó a sus arquitectos e ingenieros a idear el fabuloso paisaje urbano que hoy vemos, hasta incluir una treintena de puentes, cinco de ellos con más de cien años en activo, algo sin parangón en Iberoamérica.

Entre los que no pueden faltar en sus fotos están el hermoso Puente de la Concordia, primero de hierro en Cuba, y el gran Canímar de tres arcos dobles de hormigón armado que le permiten alcanzar los 297 metros de longitud, a más de 35 de altura. Son conexiones imprescindibles para llegar a joyas arquitectónicas y urbanísticas importantes como el Teatro Sauto, la Calle del Medio y la Plaza de la Vigía, el Museo Provincial Palacio de Junco, el Paseo de Narváez, el Monumento al Soldado Mambí Desconocido y el Parque de la Libertad.

El encanto matancero también se siente cuando se lee unos versos del gran poeta romántico José María Heredia, o se escucha algunas joyas de la tradición musical de la región, como los danzones que nacieron allí y con el tiempo se convirtieron en el “baile nacional cubano”; y la fuerza de la rumba con la herencia africana.

Cienfuegos, la ciudad afrancesada de Cuba

Le dicen «La Perla del Sur», y sí que es hermosa y limpia esta ciudad del centro de Cuba, a unos 250 kilómetros de La Habana. Pronto cumplirá 200 años y es la única ciudad francesa fundada bajo dominio español durante el siglo XIX

Quizás está bendecida desde su origen, pues el nombre aborigen de la Bahía de Jagua donde nació significa fuente, manantial y riqueza. La fundaron en 1819 un grupo de colonos franceses liderados por Luis De Clouet y su relativa “juventud” entre las añejas villas de Cuba contribuyó a que su urbanización tenga un trazado moderno organizado en cuadrículas.

La excepcionalidad del centro histórico urbano fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2005. Allí, a lo largo de anchas y rectas avenidas, predomina el estilo ecléctico y la decoración neoclásica.

En medio de esa deslumbrante urbanidad, hay un oasis: el Jardín Botánico de Cienfuegos, fundado a principios del siglo XX por un científico norteamericano. Otros sitios recomendables son la Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, a la entrada de la bahía, y el Cementerio-Jardín Tomás Acea, presidido por un imponente edificio de estilo dórico.

Hacia el centro de la otrora Villa de Fernandina de Jagua está el imprescindible Parque José Martí. A su alrededor se ubican algunos de los símbolos de la ciudad, como el Arco de los Obreros, parecido al parisino Arco de Triunfo. Es el único monumento de ese tipo en Cuba.

A un costado, el bello y muy bien conservado Teatro Tomás Terry (1889) ofrece espectáculos de calidad, además de un pequeño patio donde beber tragos tradicionales y escuchar buena música. Cerca también se encuentra la gran Iglesia Catedral Purísima Concepción.

No puede irse de Cienfuegos sin recorrer el Paseo del Prado, el más extenso del país con sus casi 2 kilómetros. Acompaña el recorrido una excelente arquitectura caracterizada por las columnatas, galerías o portales continuos. En una de sus esquinas sorprende la estatua a tamaño natural de Benny Moré, el gran sonero cubano nacido en la región. Para los atardeceres, el Malecón cienfueguero es el lugar.

¡Oh, La Habana no tiene comparación!

Así dice una canción popular cubana, y los habaneros de pura cepa, desinhibidos y amigables, no dudan en reafirmarlo. También lo dicen no pocos cubanos de otras provincias, para quienes la capital siempre ha sido símbolo de progreso y bienestar.

La más antigua, poblada y famosa de estas tres cumpleañeras es La Habana. Su encanto ha sido reconocido por viajeros de todo el mundo, y recientemente se le otorgó el título de «Ciudad Maravilla» por ser punto de confluencia de culturas y exhibir un fascinante garbo a sus casi 500 años.

La fecha aceptada como la del definitivo asiento de la antigua Villa de San Cristóbal de La Habana, es la del 16 de noviembre de 1519, al pie de una ceiba sembrada en el lugar que hoy ocupa el monumento neoclásico de El Templete, regidor de un apacible y silencioso entorno.

Cerca de allí, la ciudad ya bulle en algunos de los sitios más bohemios del Caribe, como La Bodeguita del Medio y el Bar Floridita, unidos por la leyenda del Nobel de Literatura Ernest Hemingway y su afición a los cocteles típicos cubanos, especialmente el mojito y el daiquirí. En esa área la urbe se transfigura en una bosque de miles de columnas.

Pero La Habana es muchas ciudades a la vez y para conocerla hay que andar más allá del perímetro del centro histórico, declarado por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad desde 1982. Encontrará maravillas como el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, uno de los templos culturales cubanos por acoger al Ballet Nacional de Cuba y otras compañías clásicas y contemporáneas.

También el imponente Capitolio con su fachada neoclásica, sus espaciosos jardines y la enorme cúpula de casi 100 metros de altura. Nadie puede irse de la ciudad sin una foto frente a su gigantesca escalinata.

Un momento inmejorable para visitar las ciudades de Cuba

El turismo de ciudad se va convirtiendo de a poco en una opción fuerte para quienes se acercan a la Mayor de las Antillas, además del tradicional interés por las espectaculares playas y otros paisajes. Estas urbes cuyos aniversarios recién se celebraron, o están a punto de arribar a cumpleaños cerrados, están en su mejor momento para recibir a los viajeros deseosos de conocer el mejor rostro de un país sorprendente.

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