Las fiestas más populares de Cuba

Las fiestas más populares de Cuba

Lo que alguna vez comenzó como una celebración puramente religiosa o el festejo de los desfavorecidos, se ha convertido en la tradición popular y masiva más esperada de todo el año en varias regiones de Cuba. Los carnavales, que adoptan nombres tales como «Parrandas», «Charangas», «Romerías» y otros, según sus raíces, pretexto y localización, conforman la máxima expresión de folclor e identidad motivadora de la alegría callejera.

Fiesta, tradición y patrimonio

De punta a cabo de la Isla, vamos a descubrir los poblados que tienen las fiestas más populares de Cuba, algunas trascienden por su fidelidad a las originales, por su colorido, la seriedad, entrega y profesionalidad de los protagonistas en busca de una dramaturgia sostenida y alimentada por siglos.

  1. Parrandas de Remedios

    Parrandas de Remedios

    Las Parrandas de Remedios son las fiestas populares más famosas, respetadas y reconocidas de Cuba, a tal punto que se convierten en el sentido de la vida de muchos pobladores y punto de encuentro para cientos de turistas cada año en su Plaza Central.

    Desde el 8 hasta el 24 de diciembre, con la Nochebuena, la otrora villa colonial de San Juan de los Remedios se divide en dos grandes bandos: El Carmen (Carmelitas) y San Salvador (Sansaríes), que se enfrentan simbólicamente como El Gavilán y El Gallo en una dura porfía por demostrar quién baila más y mejor, quién es más dinámico, alegre y mejor vestido, quién construyó la mejor carroza y la más vistosa, mientras los fuegos artificiales iluminan la noche y la gente no para de celebrar. Así ha sido por casi 200 años y en reconocimiento a la tradición, están consideradas como Patrimonio Cultural de la Nación.

  2. Carnavales de Santiago de Cuba y Fiesta del Fuego

    Las fiestas más populares de Cuba

    La primera semana de julio acoge La Fiesta del Fuego, asociada al Festival del Caribe en la ciudad de Santiago de Cuba. La idiosincrasia de los santiagueros es combustible ideal para estas celebraciones al ritmo de la conga por antonomasia, trompetas, tambores exorbitantes y mucho movimiento, arrollando por las calles sin detenerse, como poseídos por el espíritu del ron, el macho (cerdo) asado de oriente y el calor lluvioso de la temporada.

    Nadie es más rítmico, espontáneo y alegre que el santiaguero, siempre dispuesto a salir a la calle y bailar. Esas jornadas se aprovechan para compartir y disfrutar con otras manifestaciones culturales del Caribe y a una de esas naciones vecinas se dedica cada año el evento, abierto y desenfadado, fiesta de colores e idiomas, desde la procesión de la serpiente hasta la quema del diablo a orillas de la bahía.

    Un par de semanas más tarde, sin dar tiempo al acomodo pero sí a recuperar energías, comienzan los Carnavales de Santiago de Cuba, declarados como Patrimonio Cultural de la Nación. Los barrios compiten por ser el más bello y engalanado. Se abre La Trocha, la conga más sublime sigue su curso arrollando por las principales arterias y la cantidad de bailadores crece exponencialmente. Vuelven el tambor, los Mamarrachos, la Tumba Francesa, las trompetas chinas, las carrozas, las orquestas de son y salsa, y se baila hasta el delirio.

  3. Parrandas de Chambas

    Parrandas de Chambas

    Las Parrandas de Chambas, en la provincia de Ciego de Ávila, recibieron el premio «Memoria Viva» en el año 2001 por ser una de las manifestaciones culturales y festivas más notorias de Cuba y excelso ejemplo de tradiciones.

    En los días cercanos al 24 de febrero, fecha del reinicio de las guerras independentistas en 1895, la barriada de La Norte se viste de rojo y personifica El Gallo, mientras Narcisa hace de Gavilán y enarbola el color azul en sana competencia de carrozas, comparsas y congas. Vuelan los globos, cargan a sus mascotas vivas, decoran sus casas en acto de compromiso y salen a las calles en medio del júbilo colectivo. No existe jurado para definir un ganador por lo que nadie pierde. Siempre vence el poblado de Chambas.

  4. Charangas de Bejucal

    Charangas de Bejucal

    Las Charangas de Bejucal, reconocidas en 2015 como Patrimonio Cultural de la Nación, son fiestas populares navideñas donde se mezclan lugareños y forasteros alrededor del 24 de diciembre y adonde hay que ir con ánimo de bailar. La conga del bando azul, La Ceiba de Plata (Alacrán) reta y enfrenta al bando rojo, La Espina de Oro (Gallo) con ritmo endemoniado de tambores y evoluciones coreográficas incesantes, con una pasión transmitida por generaciones.

    Entre los espectadores se mueven la Macorina y la Boyera, dos personajes imprescindibles en la festividad. Por su parte, las carrozas comparadas con «catedrales de luz» por su altura que sobrepasa los 20 metros y su diseño de lámparas, mantienen su apariencia y propuesta danzaria en secreto hasta el último momento. Se baila hasta el amanecer.

  5. Carnavales de La Habana

    Carnavales de La Habana

    Durante dos fines de semana consecutivos de agosto se celebran los carnavales en La Habana, una fiesta que las autoridades y el pueblo claman por rescatar en todo su esplendor. Entre cerveza fría, música salsa, trompetas chinas, tambores, carrozas y comparsas tradicionales habaneras como La Jardinera, La Giraldilla de La Habana, Guaracheros de Regla, Los Marqueses de Atarés y El Alacrán, a las que se suman célebres agrupaciones de otras partes del país, y a tono con ese ímpetu se iluminan el malecón de la ciudad y las calles circundantes ante miles de espectadores.

  6. San Juan Camagüeyano

    San Juan Camagüeyano

    Desde las 12:01 de la noche del 24 de junio, y muchas veces bajo las copiosas lluvias de la primavera cubana que no detienen la celebración, arrancan las fiestas populares en la ciudad de Camagüey entre carrozas, comparsas y música en vivo para todos los gustos se celebra el San Juan Camagüeyano.

    La otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe también honra su profunda estirpe ganadera con exhibiciones de rodeo y monta de toros bravos. Se eligen la Estrella del Carnaval, sus Luceros y se degusta en las calles el sabroso ajiaco criollo, hasta que el 29 culmina todo con el entierro simbólico de San Pedro.

  7. Jornada Cucalambeana

    Jornada Cucalambeana

    En la ciudad oriental de Las Tunas se desarrolla la fiesta más grande de las tradiciones campesinas en Cuba, durante los días cercanos al 1 de julio para conmemorar el natalicio del decimista Juan Cristóbal Nápoles Fajardo «El Cucalambé«.

    Por más de 50 años ese territorio se ha vestido de gala para recibir a poetas de toda Iberoamérica que compiten en justas de repentismo, disfrutan los coloridos desfiles por las calles donde se elige a la más hermosa Flor de Birama, cantan y bailan en los guateques, aprecian exposiciones de artesanía y artes pláticas, carreras de caballos, ferias agropecuarias y un evento oficial denominado Coloquio Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado.

  8. Romerías de Mayo

    Romerías de Mayo

    Después de la peregrinación inicial hasta la mítica Loma de la Cruz, el arte en todas sus expresiones posibles inunda la ciudad de Holguín durante las Romerias de Mayo, la que se considera la mayor fiesta regional de Cuba.

    A cortas distancias, pueden coexistir conciertos de rock, salsa, tecno o música tradicional, un teatro callejero y una exposición de pintura, en medio de la marea de juventud que se apropia de una ciudad que no duerme durante siete días con sus noches de mayo, con una manera muy propia de hacer carnavales.

  9. Parrandas de Punta Alegre

    Parrandas de Punta Alegre

    El arraigo popular de las Parrandas de Punta Alegre es muy fácil de comprobar, con el concurso desinteresado de carroceros, decoradores, vestuaristas y ayudantes. Todo el pueblo, representado en los barrios del Yeso y la Salina, participa feliz y desinteresadamente por el éxito de sus fiestas. Delante de cada grupo, los abanderados con su danza, y detrás la conga exorbitante con sus cantos propios.

    Durante la primera semana de diciembre, las carrozas circulan atestadas con los motivos del año, especialmente histórico-mitológicos. Igualmente, podríamos encontrar a troyanos, aqueos o egipcios en el desarrollo de una escena o leyenda conocida.

  10. Parrandas de Camajuaní

    Parrandas de Camajuaní

    Durante el mes de agosto, las carrozas de los Chivos y los Sapos contienden en la calle principal para obtener el favor del público y sobrepasar el reto del rival. Allí se unen la música, la danza, las artes plásticas y los atronadores fuegos artificiales, en uno de los espectáculos populares más bellos de la Isla, con el apoyo de Vueltas, otro poblado cercano.

    Las congas arrollan sin cesar, como es costumbre en todas las fiestas de esta naturaleza, invitan a los espectadores a sumarse hasta el amanecer sin diferencias de razas, credos, género o estrato social. Los visitantes son más que bienvenidos.

Alegría extendida y heredada

Alegría extendida y heredada

Existen poco seres tan festivos como los cubanos, quienes siempre hallan un pretexto para divertirse, bailar y beber bajo cualquier circunstancia. Allí podemos encontrar celebraciones tradicionales, heredadas por siglos, y algunas de carácter espontáneo o religioso.

Por eso también merecen ser mencionados los carnavales acuáticos de los pueblos costeros (Caibarién, por ejemplo), las Parrandas de Zulueta, en Villa Clara, de Guayos, en Sancti Spíritus, el Carnaval de Manzanillo, y otros más exóticos, como El Entierro de Pachencho en Santiago de las Vegas, la Fiesta del Tambor Yuka, en la localidad de El Guayabo, Pinar del Rio, el toque de Tambor Kinfuiti, en Quiebra Hacha, provincia de Artemisa, la Fiesta Jamaicana del 1 de Agosto en Baraguá, Ciego de Ávila, y la Fiesta Haitiana Bandé-Rará en el extremo oriental de Cuba.

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