Considerado un largo muro de concreto desnudo, su construcción se remonta a 1901 y se realizó por partes. Es así que en el año 1958 se da por concluido el Malecón de La Habana que corre desde el Castillo de La Punta, a la entrada de la bahía, hasta La Chorrera en la desembocadura del río Almendares.
Por un lado custodia una amplia avenida y por el otro enfrenta los embates de la corriente del golfo. Su muro deviene el sitio predilecto de cubanos y foráneos para disfrutar el amanecer y las puestas de sol.
O daiquiri o mojito, pero siempre vista al mar
Desde varios escenarios pueden contemplarse hermosas vistas del Malecón en nuestra «Ciudad Maravilla». Tres de ellos constituyen prestigiosos restaurantes, que resaltan por la calidad de sus platos y su ubicación frente a este emblemático escenario. Son ellos: Nazdarovie, Castropol, La Cabaña y La Terraza en el Hotel Nacional de Cuba.
Restaurante Nazdarovie
Si es de los que desea conocer o evocar la cultura de las repúblicas que formaron parte de la ex Unión Soviética, la mejor oportunidad la encontrará en el Restaurante y Paladar Nazdarovie, frente al Malecón habanero.
El local se ubica en un segundo piso, en Malecón número 25, entre Prado y Cárcel, exactamente en Centro Habana. Su decoración intenta reproducir la atmósfera soviética que miles de cubanos vivieron durante sus años de estudio o trabajo en esa nación. Hecho que, a criterio de muchos, se logra gracias al ambiente y diseño interior que allí se logra y, por supuesto, a su selecta gastronomía.
El restaurante posee mobiliario cómodo, mesas bien vestidas, con espacio prudente entre ellas. Indiscutiblemente su decorado invita a los clientes a revivir el pasado de la URSS, así sobresalen carteles con propagandas y figuras políticas de aquella época, piezas vintage y muñecas rusas «matrioshkas».
Podrá saborear platos tradicionales de la antigua URSS, que hacen a los visitantes volver una y otra vez al establecimiento.
Aunque la especialidad de la casa es el pescado del día con segmentos de papa y manzanas doradas, los clientes demandan con mucha frecuencia el pollo «Tabaka», medio pollo, elaborado al estilo soviético. No obstante, resulta muy popular el stroganoff, que consiste en cortes de solomillo de cerdo en salsa crema con smetana, hongos porcini y champiñones.
Nazdarovie, que en ruso significa “a tu salud”, es sin duda uno de los restaurantes más codiciados con vista directa al Malecón de La Habana. Desde su terraza, devenida un estupendo mirador a pocos metros del citado muro, el cliente respira una atmósfera diferente. Fotografiarse en ese sitio, es casi una obligación. Así podrá llevarse consigo una parte entrañable de La Habana.
Ah, una recomendación es válida: si decide pasar la Navidad en la capital cubana, el Nazdarovie es la mejor opción para su cena de Noche Buena o para esperar el Año Nuevo.
Restaurante Castropol
Es cierto que la buena relación calidad – precio acompaña a este sitio, el cual sobresale además por sus sabrosos platos y favorable ubicación frente al mar.
Al recorrer el Malecón, podrá llegar fácilmente a esa edificación ubicada en la calle Malecón número 107, entre Genios y Crespo, también en Centro Habana.
Gestionado por la Sociedad Asturiana, el inmueble acoge el Complejo Gastronómico y Restaurante Castropol que cuenta con tres pisos. Si prefiere la parrillada o la comida italiana, en el nivel inferior, está el lugar ideal. Allí se asan carnes al carbón y en su cooking show se expenden pizzas artesanales y pastas elaboradas con leña en un horno de ladrillos refractarios.
Para adquirir sabrosos dulces finos, solo tiene que subir al piso intermedio o «mezzanine». En él se sitúa la tienda dulcería, donde se venden, según algunos clientes, los mejores pasteles de La Habana.
Pero en el tercer nivel del edificio descansa el Restaurante Castropol de comida cubana e internacional, con encantadoras ofertas culinarias y gran afluencia de público. En su amplio salón climatizado con mesas bien distribuidas, sillas cómodas y un ambiente agradable, disfrutará de una grata estancia, que seguramente no olvidará.
Sin embargo, hay quienes prefieren las mesas de la terraza. Pues desde esa ubicación, el mar y el Castillo de los Tres Reyes del Morro, se presentan muy cercanos. Oportunidad idónea para captar con el lente del celular o de la cámara fotográfica un entorno colonial que traslada al pasado.
Resultan muy solicitadas las brochetas y pescados a la plancha. No obstante, el pato a la naranja y el conejo estofado, gustan mucho a los clientes. Así que si está de paso por La Habana, no deje de visitarlo.
Restaurante La Cabaña
En la calle Cuba, esquina a Peña Pobre, el Restaurante y Bar La Cabaña, es de esos establecimientos de La Habana Vieja que se erigen frente al mar para fusionar sus excelentes platos y cocteles con hermosas vistas del Malecón.
Aunque es pequeño, sobresale por la atención esmerada de sus trabajadores. A ello se le suma la exquisita elaboración de recetas de la comida internacional, pero también de la cubana, donde resalta el «Pollo Cabaña», favorito de los clientes.
Desde este sitio se admiran las fortalezas de La Punta, El Morro y La Cabaña, además de los visitantes que acceden a La Habana a través del mar. La música en vivo es otro de sus atractivos. Mientras la escucha, puede saborear un rico bistec de cerdo a la plancha, un sabroso pollo a lo campesino o el codiciado filete de pescado con salsa de manzana.
Pero si desea pasar una agradable noche cerca del Malecón habanero y sus encantos, el establecimiento le ofrece el video bar karaoke con capacidad para 60 personas. Se sentirá tan a gusto, que el regreso estará asegurado.
Terraza del Hotel Nacional
El Hotel Nacional de Cuba es tan famoso como la Plaza de la Revolución José Martí. Su inauguración se remonta al 30 de diciembre de 1930 y ostenta, entre otros reconocimientos, la condición de Monumento Nacional y catorce premios World Travel Awards.
Destacadas personalidades de Cuba y el mundo se han hospedado en esta emblemática instalación ubicada en la cima de una colina en El Vedado habanero. Muchos de ellos, seguramente disfrutaron de su terraza, sitio que también hoy prefieren los visitantes para tomarse los famosos “Mojitos” que preparan en su bar, respirar el aire puro proveniente del mar, así como admirar, desde sus cómodos bancos, las hermosas vistas del Malecón de La Habana y sus alrededores.
Pero entre los atractivos del lugar figura el restaurante La Barraca, muy llamativo por su decoración al estilo campestre, con taburetes colgados con sogas y las esculturas que simbolizan a uno de los platos tradicionales de la Mayor de las Antillas: el cerdo asado en púa.
El ambiente es muy acogedor, pues a las sabrosas ofertas culinarias se le suma la música que interpreta un trío de trovadores que habitualmente amenizan el sitio. La música tradicional cubana tiene en ellos a genuinos exponentes, quienes además se han hecho muy populares por sus particulares versiones de la cancionística local.
La terraza del Hotel Nacional de Cuba tiene de todo. Si se adentra en ella, podrá rememorar la época colonial de la isla antillana pues allí se conservan antiguos cañones de aquel período.
Las vistas son espectaculares y mucho dependen del lugar donde se coloque. Así apreciará el mar en su inmensidad o el Malecón con el constante ir y venir de las personas, el Habana Bus Tour o los «almendrones» circulando por la ancha avenida y un poco más alejado las emblemáticas fortificaciones de la bahía.
La visita se impone
Indudablemente. No hay nada más gratificante que degustar una rica comida sintiendo la brisa del mar, o simplemente divisando el movimiento de una ciudad centenaria a lo largo de su muro más popular.
El Malecón habanero se muestra rejuvenecido desde cuatro sitios con los ingredientes necesarios para asegurar una estancia memorable. Esa que cubanos y extranjeros vivenciarán a plenitud La Habana.