Ha llegado el momento que los cubanos esperaban: el cumpleaños 500 de La Habana. Hasta el rey de España Felipe VI y la reina Letizia viajaron a la isla que fuera colonia, para celebrar la herencia del país ibérico que junto a la cultura africana ha hecho de Cuba y su capital un lugar único.
Esta es una de las urbes primeras del continente, y todavía conserva su encanto fundado en sus tradiciones, su condición de encuentro de culturas, su patrimonio arquitectónico y sus hospitalarios habitantes. Esas razones contribuyeron a que en 2016 se le reconociera entre las siete ciudades maravilla del mundo.
Hay muchos motivos para celebrar. ¡Hagámoslo juntos!
Donde todo empezó
Hoy es una urbe cuyo Centro Histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad (1982), pero en el comienzo de esta historia era un asentamiento de incierta suerte en el Nuevo Mundo.
Fue bautizado como San Cristóbal de La Habana. Los españoles lo fundaron en la costa sur de Cuba, primero en 1515, pero luego cambiaron su emplazamiento hacia la zona definitiva, desde la que empezaría a crecer.
El 16 de noviembre de 1519 es la fecha de referencia para celebrar el nacimiento de la capital. La misa inicial fue alrededor de un árbol frondoso y fuerte: la ceiba, y desde entonces pervive una tradición que sin dudas hay que hacer en este 500 aniversario. En el sitio original donde nació la ciudad está el monumento El Templete, que resguarda una ceiba a la que llegan cientos de habaneros para rodearla y pedir deseos de buenaventura luego de darle tres vueltas y arrojar monedas al aire.
El Templete se ubica a un lado de la Plaza de Armas, cerca de la Avenida del Puerto. El pequeño edifico neoclásico resguarda grandes pinturas que relatan el momento de la fundación. Allí sucede, el 15 de noviembre en la noche, la tradicional ceremonia que da inicio a los festejos oficiales, con un pequeño discurso del famoso Historiador de La Habana Eusebio Leal.
La ciudad más bella por el 500 aniversario
Eusebio Leal es el principal artífice de la restauración arquitectónica del centro histórico de la ciudad, una obra que a propósito de este cumpleaños tuvo un gran impulso.
Gracias a la Oficina del Historiador, andar La Habana es una clase de historia y arquitectura. Es muy recomendable la aventura de sumergirse en las plazas de la zona antigua, bordeadas de casonas coloniales hoy convertidas en bares, galerías de arte, museos…
El hermoso Paseo del Prado encanta con su sombra de árboles y los edificios patrimoniales a lo largo de la famosa vía, que reserva para el final, justo donde se une al Malecón, el espectáculo de ver el «diálogo» de épocas arquitectónicas entre los castillos medievales de la zona y el hotel de lujo Paseo del Prado, recién inaugurado.
El boulevard de San Rafael (inicio en la esquina de la avenida Galiano y la calle San Rafael), se ha recuperado como una vía comercial y de entretenimiento muy importante. Un aspecto renovado a partir de la restauración de mosaicos y adoquines en el suelo, el remozamiento y apertura de tiendas y galerías de arte cubano contemporáneo, lo convierte en una opción imperdible.
Quizá el Capitolio Nacional sea la obra más importante reinaugurada por el medio milenio de La Habana. Unos cinco años ha demorado devolver su esplendor al fastuoso edificio republicano construido en 1929, ahora renovado con una cúpula cubierta de oro.
La sede de la Asamblea Nacional (Parlamento Cubano) es muy interesante y puede accederse a ella con visitas guiadas por salones inmensos, en los que se observan frescos con escenas de los combates por la independencia, grandes estatuas y salas museables sobre los símbolos patrios, las constituciones de la historia de Cuba y otra en la que se narra el devenir del lujoso edificio.
El Capitolio enciende sus luces de la cúpula a las nueve de la noche del 16 de noviembre, así como su hermoso diseño de iluminación exterior.
También encontramos dos museos muy cercanos entre sí, en las nuevas instalaciones de Estación de Ferrocarriles Cristina (con unas 30 locomotoras antiguas) y el Castillo de Atarés que exhibe réplicas de los inventos ingenieriles de Leonardo Da Vinci.
Otras obras patrimoniales en las que se trabajó para regalarlas a la ciudad son la la Estación Central de Ferrocarriles (joya de arquitectura art decó), el Cementerio de Colón (el más grande de Latinoamérica), el Mercado de Cuatro Caminos, el Jardín Japonés del Jardín Botánico y el Museo del Automóvil, con una muestra fascinante de autos y motocicletas antiguos restaurados.
Música para La Habana
Recientemente, la UNESCO reconoció a La Habana como Ciudad Creativa de la Música. En todas las épocas la capital cubana ha inspirado a músicos cubanos y extranjeros. Es más, en sus calles las sonoridades diversas reinan y conforman un mosaico de ritmos fascinante.
Por eso la fiesta del medio milenio debe ser uno de los momentos musicales más impresionantes que en años se ha visto por allá. Luego del encendido de El Capitolio, se planeó una gran gala en su imponente fachada, con actuaciones de las principales compañías de la isla, como el Ballet Español de Cuba, el Conjunto Folklórico Nacional, el Teatro Lírico Nacional, la Orquesta Sinfónica, el Ballet Nacional de Cuba y el cuerpo de baile del Cabaret Tropicana.
También se convocó a importantes cantantes y compositores como Vania Borges, Leo Vera, Liuba María Hevia, Beatriz Márquez, el jazzista Alejandro Falcón, los rumberos de Yoruba Andabo, los salseros Isaac Delgado y Ricardo Amaray y el trovador Gerardo Alfonso.
En la mente de todos, el mismo amor que inspiró a Los Zafiros, legendario grupo vocal de inicios de los años 60 del siglo anterior, para su canción «Hermosa Habana»:
«Habana
Hermosa Habana
Lindo es tu Prado
Lindas son tus calles
Bello es tu mar
Habana, a ti llega mi canto
Como gemir de violines
Que solo tocan para ti…»
Otros curiosos y bellos homenajes
Los cubanos no han escatimado en regalos para su capital, ofrendas que gustosamente comparten con todos. Algunos de los más curiosos son los rones alegóricos, como el costoso 1519 (de la marca Havana Club) y el más asequible La Giraldilla (CubaRon).
También en la noche del 16 se previó iluminar con 16 mil fuegos artificiales una pieza musical interpretada por el gran pianista Frank Fernández. En la iniciativa participan el diseñador Georges Wade y especialistas de la compañía canadiense Fireworks FX. El fascinante regalo es una pieza musical muy difícil de repetir en vivo, pues los fuegos artificiales funcionan como un instrumento más.
Las artes visuales no se quedan atrás en la fiesta, y ya están abiertas varias exposiciones que los amantes de la cultura no deben perder. En el Hotel Conde de Villanueva se exhibe «La Habana se retrata en cuerpo y alma», del gran fotógrafo cubano Julio Larramendi, una oportunidad para descubrir los secretos de la urbe y su gente.
La famosa pintora Zaida del Río inauguró en la Galería Carmen Montilla la muestra «Por mi Habana», mientras que en el Palacio de Lombillo los artistas Abela y Rancaño recrearán los conocidos cuadros históricos de El Templete.
Pero uno de los más perdurables y hermosos regalos es, sin dudas, el Plan de Luz, una iniciativa para iluminar con atractivos diseños lumínicos los principales monumentos de La Habana.
Los sistemas de luces fueron instalados en el área fundacional de la urbe, destacando los valores arquitectónicos de la Fortaleza de la Cabaña, la Plaza de Armas, los palacios de los Capitanes Generales y del Segundo Cabo y El Templete. También el Paseo del Prado, el parque de la Fraternidad, El Capitolio y otros espacios que se han convertido en lugares bellos para hacerles fotografías, también de noche.
Celebrar en la capital de los cubanos
El proverbial encanto de esta urbe está multiplicado por estos días. La celebración del 500 aniversario es el momento idóneo para vivir la pasión por La Habana, una joya del Caribe resistente al tiempo, los huracanes y la historia. La ciudad enigmática, apasionante, hermosa en su lucha contra la decadencia, con un garbo entre lo tradicional y lo moderno, celebra por todo lo alto que tiene medio milenio de historias para contar.
