Los siglos han pasado y respetaron algunos de los elementos más entrañables de las urbes cubanas. Aún hay belleza en sus muros más antiguos. Sus fisonomías son heterogéneas y fascinantes.
Así lo ha sabido reconocer la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, que distinguió a varias ciudades Patrimonio la Humanidad.
¿Qué ciudades son Patrimonio Mundial en Cuba?
¿Cuáles? Pues anótelas porque aquí se las relaciono y las sugiero con énfasis para que los incluya en su próxima visita a Cuba. Se sorprenderá por sus bellezas, riquezas culturales y la población que las preserva.
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Centro Histórico de La Habana y sus fortificaciones
Comenzamos por la capital por una sencilla razón: fue el primer sitio cubano declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. En 1982 se reconoció como tal el conjunto urbano más viejo de La Habana y los emplazamientos militares destinados a su protección de los piratas y corsarios.
En 1519 fundaron la otrora villa de San Cristóbal de La Habana, a orillas de una bahía de bolsa que ofrecía excepcionales condiciones para un próspero puerto. Con el tiempo se convertiría en enclave fundamental para abrir el llamado Nuevo Mundo, una ciudad marinera por excelencia.
A lo largo de 500 años surgieron conjuntos arquitectónicos de gran valor cultural, entre ellos sus plazas, templos religiosos, palacios, monumentos y castillos. La labor de la Oficina del Historiador de la Ciudad, ha mantenido conservada y rejuvenecida una amplia área del centro declarado patrimonio, por lo que es una zona muy del gusto de paseantes y fotógrafos.
Visitar las Fortalezas del Morro y La Cabaña, retratarse en El Capitolio, ver un atardecer en el Malecón, tomarse un mojito en La Bodeguita del Medio, bailar en el Salón Rosado de la Tropical o pasear una tarde por el Prado son algunas de las actividades que le recomiendo para enamorarse de la Ciudad Maravilla del Caribe.
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Trinidad la ciudad museo, y su Valle de los Ingenios
Al sur de la Mayor de las Antillas, a unos 400 kilómetros de la capital, encontramos a una antigua dama de aspecto señorial e increíblemente bien conservada: Trinidad. Se le conoce como “ciudad museo” porque mantiene casi intacto su patrimonio arquitectónico de hace unos trescientos años.
La ciudad y el cercano Valle de los Ingenios fueron reconocidos por la UNESCO como Patrimonio en 1988. Además, en 2018 fue declarada Ciudad Artesanal del Mundo por preservar las tradiciones de hilanderas, alfareros y otros creadores de maravillas.
El Valle de los Ingenios atesora reliquias de la industria azucarera, esencial en el desarrollo cultural del país. Allí hay ruinas de fábricas, viviendas de esclavos, y los fastuosos palacetes de los ricos hacendados. Además, el paisaje es inigualable, con sus montañas lejanas y un mar de cañas ondulantes a la vista. Si sube a la Torre Manaca-Iznaga, tendrá algunas de las mejores fotografías del viaje.
En la ciudad hay mucho que ver, y basta con pasearse por sus callejuelas empedradas para apreciar las casonas coloniales trinitarias, con sus amplios patios interiores, sus puertas de maderas preciosas coronadas por vitrales multicolores, rejas forjadas…
El Palacio Iznaga, construido en 1820; la Casa Borrell con sus pinturas murales; y la Plaza de Santa Ana, con su cercana Ermita y la Cárcel Real aledañas, son algunas joyas características de este fascinante museo urbano.
No obstante, no pierda la oportunidad de entrar a los museos Municipal, Romántico, de Arquitectura Colonial y de Arqueología Guamuhaya, o de bailar con música cubana en la Casa de la Trova.
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Cienfuegos, como una hermosa perla
Muy cerca de Trinidad está la ciudad de Cienfuegos, bendecida por la naturaleza y la creatividad arquitectónica de los hombres. Es la única de América, entre las fundadas en el siglo XIX, que ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad (2005).
Surgió en abril de 1819 y antes de esa fecha existía en la bahía de Jagua un baluarte militar para ahuyentar a corsarios y piratas. El teniente coronel del ejército español, Don Luis De Clouet y Fravrot, obtuvo del rey Fernando VII autorización para crear una colonia en esa parte de la isla.
Así nació la otrora villa Fernandina de Jagua. Quizás sea la de mejor trazado urbano del país, y es la única de América Latina fundada por descendientes de franceses.
Hay mucho que ver en la ciudad, sobre todo en cuanto patrimonio arquitectónico. Es hermoso, aunque parezca raro el adjetivo del Cementerio Tomás Acea, concebido a la usanza norteamericana como un cementerio-jardín.
También puede caminarse por el Paseo del Prado más largo de Cuba, que supera al de La Habana. Es una gran vía arbolada, que permite observar mientras caminamos la evolución de la valiosa arquitectura local. Si lo recorre topara en el cruce de la calle San Fernando con un extraño paseante: es la escultura de bronce y a tamaño natural de Benny Moré, gran músico cubano.
Además, pueden visitarse el Museo- Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, el hermosísimo Teatro Tomás Terry, de 130 años, el Parque Martí y la Catedral de la Purísima Concepción. No debe faltar un atardecer en el Malecón cienfueguero.
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La auténtica ciudad de Camagüey
Otra que tiene el halo mágico de las primeras villas hispánicas en América es Camagüey. Su centro histórico fue el último en incorporarse al listado patrimonial de la UNESCO, en 2008.
La fundaron en 1514 con el castizo y novelesco nombre de Santa María del Puerto del Príncipe. Más de 500 años después todo está hermoso y no parece sostenerse por arte del restaurador en el siglo XXI, si no que andamos hace trescientos o cuatrocientos años.
Allí lo que más resalta ante el caminante es cómo en cualquier recodo de sus callejas laberínticas, aflora una plaza y una iglesia impresionante, la mayoría afiliadas al estilo barroco. Visite la Iglesia de la Merced, levantada en 1748, y sabrá lo que digo. Posee reliquias impresionantes, como un Santo Sepulcro de plata.
Por toda la urbe hay edificaciones notables y representantes de distintos estilos como el neoclásico, el barroco, el ecléctico y el neogótico. Entre lo interesante sugiero el cementerio de la ciudad, el más antiguo del país y abierto desde 1814; la hermosa Plaza San Juan de Dios; y el Casino Campestre, para pasear en un agradable entorno natural.
Conocer las ciudades Patrimonio de la Humanidad en Cuba
Como si no bastara la familiaridad y hospitalidad de los cubanos para sentirse en casa, hay ciudades de la isla que tienen un encanto a prueba del tiempo. Enamoran, nunca mejor dicho. De ellas, las declaradas Patrimonio Mundial son una apuesta segura para el viajero que gusta de la historia y los fascinantes entornos urbanos.