Cuatro calles con nombres de santos en La Habana Vieja

Cuatro calles con nombres de santos en La Habana Vieja

Recorrer las calles de la parte más antigua de La Habana es una faena diaria de capitalinos y turistas. Cada una de ellas, es dueña de su propia historia y afloran en su trayecto, el arte, los comercios y las leyendas.

Algunas sobresalen por sus nombres de santos católicos. Caminarlas de punta a cabo y descifrar sus encantos, es una sugerencia para quienes se adentran por vez primera en el entorno de una ciudad centenaria.

Si visita La Habana Vieja

Las calles habaneras son singulares por sí mismas. Sus arquitecturas y especificidades las hacen diferentes, pero también en sus nombres hay un sello de identidad. Así descuellan San Ignacio, Santa Clara, San Juan de Dios y San Isidro. Aquí le invito a conocerlas.

Calle San Ignacio

Turistas acompañados de un guia recorren la Calle San Ignacio

Muchos coinciden en que lo más llamativo en ella, es la capacidad de conservar el aire de la época del colonialismo español. Verá que es estrecha y sombreada, la Calle San Ignacio es una de las dos arterias que conduce hasta la Plaza de la Catedral.

Es atravesada por muchas otras calles de La Habana Vieja, entre las que destacan Santa Clara, Sol, Muralla, Teniente Rey y Amargura. Se extiende desde Chacón hasta la Alameda de Paula; consta de dieciséis cuadras y de sitios de gran interés para los visitantes.

Su nombre se debe a que en 1690 el obispo Diego Evelino de Compostela fundó una ermita dedicada a San Ignacio, ubicada en las inmediaciones de lo que hoy es la Plaza de la Catedral.

Turista toma fotos de la Plaza de la Catedral en su interseccion con la Calle San Ignacio de La Habana Vieja

Entre sus principales edificaciones sobresale el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam (San Ignacio número 22), dedicado a uno de los pintores cubanos más prestigiosos. Forma parte de la Plaza de la Catedral y es una excelente oportunidad para escudriñar entre las diferentes artes visuales allí expuestas. Y si coincide con La Bienal de La Habana, encontrará numerosas actividades artístico-culturales en la institución como parte de tan esperado evento en la capital cubana.

La casa número 61, devenida en la actualidad Museo de Arte Colonial, es uno de los inmuebles más reveladores del conjunto arquitectónico alrededor de la Plaza de la Catedral. Interesante oportunidad para disfrutar de vajillas, muebles, salas ambientadas y objetos de los siglos XVIII y XIX cubanos.

Y si los deseos de saciar el apetito le asaltan en pleno recorrido, no dude en visitar la Paladar La Moneda (San Ignacio, número 77, entre O’Reilly y Empedrado). Es popular por ofertar, a criterio de muchos, los mejores mojitos de la ciudad, aunque son muy famosas las chuletas de cerdo, especialidad de la casa.

La sombra de los portales de la Calle San Ignacion guarece del sol a los caminantes que se dirigen a la Plaza de la Catedral

No obstante, el Bar Restaurante ubicado en el 214, entre Obrapía y Lamparilla, sobresale por la calidad de sus ofertas. Especializado en comida internacional, el plato más demandado es el «Pescado San Ignacio»: filete de pescado grillé con salsa de pimiento de piquillo. También, los sándwiches que se proponen en los almuerzos son muy populares entre los clientes, fundamentalmente el de cordero y el de tres quesos.

La Calle San Ignacio conecta, desde sus extremos, la Plaza de la Catedral con la Plaza Vieja y la Alameda de Paula, hecho que facilita moverse por sitios emblemáticos del centro histórico habanero y disfrutar de todos sus atractivos turísticos. A través de sus entrecalles, también podrá llegar a diversos destinos de interés para los visitantes. Resaltan en ese sentido, La Bodeguita del Medio, los museos Casa de África y Casa de Asia, el de Ciencias Naturales y el Templete, entre muchos otros.

Calle Santa Clara

Turistas recorren la Calle Santa Clara camino al muelle de la lanchita de Regla

Ubicada en el barrio de Belén, ha tenido diversos nombres desde sus inicios: «Punta de Bainas», «Cristóbal Granados» y «Cerrada de la Machina». También se le llamó «Cerrada de Redes», por ser muy frecuentada por pescadores, pero terminó adoptando la denominación Santa Clara, pues la calle concluye ante la fachada del antiguo Convento de Santa Clara.

Esta arteria de La Habana Vieja solo consta de cuatro cuadras y hacia el año 1638 permitió el traslado de la madera que se empleó en la construcción de dicho convento. En él vivieron, en clausura, las monjas clarisas. Está considerado el más grande y antiguo de Cuba.

Restaurante y Bar Dos Hermanos, lugar historico de La Habana Vieja ewn la esquina de la Calle Santa Clara

En la actualidad alberga el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología, encargado de la rehabilitación de La Habana Vieja, y se puede acceder a una parte de la edificación devenida interesante museo. Disfrute de su bello patio colonial, el pequeño cementerio y las celdas de las monjas. En el centro de su jardín está la Fuente de La Samaritana, que según se conoce, fue la primera fuente pública de la ciudad.

Terminal de la lanchita de Regla y Casablanca en la Avenida del Puerto y la Calle Santa Clara

Si busca un céntrico alojamiento en el casco histórico habanero, en esta calle está la opción ideal: el Hostal Boutique Sueño Cubano (número 66, entre Oficios e Inquisidor). Es un pequeño hotel próximo a la Avenida del Puerto y la Plaza Vieja, donde tendrá la oportunidad de sentir muy de cerca la vitalidad de una ciudad detenida en el tiempo.

Calle San Juan de Dios

Estatua a Miguel de Cervantes en el Parque Cervantes de la Calle San Juan de Dios de La Habana Vieja

Tiene solo 5 cuadras, de ahí que se trate de una pequeña arteria de La Habana Vieja. La Calle San Juan de Dios se extiende desde la calle Monserrate hasta Aguiar y su nombre lo debe a que frente a ella se encontraba el fondo del hospital de San Juan de Dios. La instalación fue la primera de su tipo que tuvo La Habana y la segunda de Cuba. En el espacio que ocupó la edificación, hoy se encuentra el Parque Cervantes, conocido popularmente como «Parque San Juan de Dios».

Cuando lo visite, podrá sentarte en unos de sus bancos y admirar la estatua del escritor español Miguel de Cervantes y Saavedra. Esculpida en mármol blanco, es de tamaño natural y responde a la autoría del italiano Carlos Nicoli.

San Juan de Dios es dueña de historias interesantes. La protagonista de la novela cubana Cecilia Valdés, según se revela en el libro homónimo, ubicaba su vida diaria por esos parajes. Incluso, los historiadores afirman que en la casa que antaño estaba marcada con el número 12, vivió la madre de Cecilia Valdés, Doña María de M. Valdés.

Turista atraviesa el Parque Cervantes camino a la Calle San Juan de Dios

Según se dice, el conducto de agua de la Zanja Real que llegaba al Callejón del Chorro, en la Plaza de la Catedral, corría por esta calle desde la de Egido; hecho que se mantuvo hasta que las nuevas construcciones interrumpieron su curso.

Si algo no falta en el trayecto de San Juan de Dios, son las casas de renta y restaurantes de gran calidad. Tan es así, que según TripAdvisor, en ella se ubican tres de los diez mejores restaurantes de La Habana: San Juan, Cinco Sentidos y Van Van. Este último sobresale por el buen trato, la exquisitez de sus platos y la decoración alusiva a la música cubana.

Recorriendo la Calle San Juan de Dios en su intersección con Monserrate, a un lado se ubica el majestuoso edificio Bacardí, ejemplo del Art Decó habanero y en el otro extremo, el concurrido Centro Comercial Harris Brothers.

calles con nombres de santos en la habana vieja

Muy cerca, se encuentran los hoteles Iberostar Parque Central, Plaza, el Gran Hotel Manzana Kempinski, la Plazuela de Albear, y el Bar Restaurante El Floridita conocido como «La Cuna del Daiquirí». Sugerencias para visitar en nuestra «Ciudad Maravilla».

Calle San Isidro

Fragmento de la antigua Muralla de La Habana muy cercano a la Calle San Isidro de la La Habana Vieja

Es una de las más conocidas en La Habana Vieja. Con solo seis cuadras, su nombre se debe a San Isidro Labrador, protector de los huertos sembrados.

Igualmente se llamó «Calle de la Tenaza», porque afloraba a la puerta de la antigua Muralla del mismo nombre. En el año 1928, por acuerdo del Ayuntamiento, se le denominó «Enrique Núñez». Sin embargo, más tarde retomó el nombre de San Isidro, el que se hace extensivo al barrio que circunda la calle, uno de los más populares e identitarios de la parte más antigua de la ciudad.

Cuentan que San Isidro, muy famosa por sus prostíbulos, fue objeto de una significativa transformación arquitectónica en las dos primeras décadas del siglo XX, con la construcción de edificios mixtos de apartamentos, «solares», y comercio en planta baja. Para los años cincuenta se erigieron obras modernas, fundamentalmente en respuesta a las funciones marítimo-portuarias.

Recorrerla, desde la Avenida del Puerto hasta la calle Egido, le permitirá interactuar con los cubanos que constantemente la transitan, evocar su historia y presenciar su fuerte vocación residencial.

En San Isidro y Habana, se ubica el Parque La Ceiba, respetado por las creencias religiosas afrocubanas. Si está de paso por allí puede que coincida con la presentación de algún grupo musical, pero es muy recomendable sentarse cerca de la agradable sombra proyectada por la ceiba y disfrutar de los murales pintados en sus paredes.

Pero otro encuentro con el arte le espera en San Isidro número 214, entre Picota y Compostela. Allí la Galería Taller Gorría, del joven artista cubano Adán Perugorría, funge como sede de un proyecto dirigido a intercambiar experiencias con jóvenes talentosos sobre temas de arquitectura, pintura y otras manifestaciones artísticas. Muchos pintores cubanos han expuesto sus obras en este sitio, entre ellos, Carlos Quintana, Choco, Roberto Fabelo, Mabel Poblet y el destacado actor cubano Jorge Perugorría, protagonista de una de las mejores películas cubanas: «Fresa y Chocolate», nominada al Premio Oscar como mejor película extranjera.

No obstante, si algo hace muy popular a San Isidro es el hecho de encontrarse en ella la casa (número 176) donde fue asesinado, el 22 de noviembre de 1910, Alberto Yarini Ponce de León, conocido como «El Rey de San Isidro». Yarini fue el prototipo de chulo cubano del siglo XX. Muy bien parecido, su popularidad se paseaba entre la alta burguesía cubana y los pobladores del Barrio de San Isidro. Aclamado por las prostitutas habaneras, su vida y muerte se convirtieron en una de las leyendas más llamativas de la Perla de las Antillas.

Tan es así que fue la inspiración de la obra de teatro «Réquiem por Yarini» y los multipremiados filmes «Papeles Secundarios» y «Los Dioses Rotos». Sin embargo, cuando camine por la Calle San Isidro, cualquiera de sus moradores, seguro le contará su interesante historia, esa que ha sobrevivido el paso de los años.

Próximos a San Isidro existen otros lugares que agradecerá visitar. Entre ellos figuran el Museo Casa Natal de José Martí, la Iglesia de la Merced y la de San Francisco de Paula, el Archivo Nacional de la República de Cuba y el Centro Cultural Almacenes de San José, el establecimiento más recomendado para adquirir souvenires en La Habana Vieja.

Recorrer La Habana Vieja de principio a fin

Las calles de la añeja villa encierran una riqueza cultural y patrimonial de gran valor. La gran mayoría es conocida por sus nombres de antaño; resaltan así las relacionadas con nombres de santos de la religión católica, dueñas de historias que disfrutará recorriéndolas de principio a fin.

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